Capítulo 21

Austin observaba como Ariana cruzaba el restaurante y para su desagrado, no era el único que estaba a punto de comérsela con la mirada. Los hombres volteaban la cabeza para mirarla como lobos en cacería, mientras que sus acompañantes lo hacían con deseos de que sufriera una muerte lo más dolorosa posible. Esto a pesar de que el traje que llevaba puesto era un conjunto de blusa y pantalón color cinder rose[1] además de una chaqueta gris sostenida solo de los hombros. Lo usual para un día más de trabajo.

Durante los siguientes diez días luego del acuerdo de matrimonio, los futuros esposos no tuvieron ninguna oportunidad de encontrarse porque Ariana tenía su agenda completamente llena entre asuntos de su empresa y los preparativos de la boda. El único medio de contacto que tenían era una que otra llamada por teléfono.

Bueno, eso y las sospechas en Austin de que su prometida estaba involucrada en la sorpresa que les había dado a todos en el estudio esa semana el representante editorial de Elle Davidson, solo para informarle a Harvey que, sin Austin como protagonista, podía irse despidiendo de realizar Amor de Sangre.

Quizás todo esto estaba contribuyendo a que aquella mujer lo estuviera afectando más de lo esperado esa noche.

—Hola extraño. Tiempo sin vernos. ¿Cómo has estado? —le saludó de lo más natural e informal como si se tratara de un simple conocido que se encontró en el mismo restaurante. Definitivamente, ella sabía cómo lastimar los puntos débiles de Austin.

—Lo mismo digo, cariño —respondió él tratando de ocultar su reacción a la cubeta de agua fría que acababa de arrogarle Ariana. —Estas hermosa como siempre.

—Eso no es cierto —replicó ella, tratando de evitar sonrojarse. —Supongo que querrás saber cómo van los preparativos de la boda.

—¿En serio quieres que sigamos discutiendo de eso ahora? Creí que después de varios días sin vernos nuestro encuentro sería un poco más cálido.

—Evidentemente, ya hay mucha familiaridad entre nosotros. ¿No crees que la etapa del cortejo ya ha quedado atrás?

Austin no terminaba de dar crédito a lo que escuchaba. Esa mujer realmente no dejaba de sorprenderlo. —El cortejo jamás termina, tesoro mío. Al menos no cuando uno está lo suficientemente inspirado.

Ariana se ruborizó. Le molestaba que Austin siempre encontrara el modo para avergonzarla.

—¿Eso lo sacaste de algún libreto o han sido consejos de tú querido amigo?

Austin sonrió. —Todo es de mi autoría. Si quieres, puedo darte un libro autografiado y un poster para cuando me extrañes en las noches.

Ariana elevó los ojos. —Ahórratelo.

Austin respondió con una risa, señal de que se estaba divirtiendo a lo grande. —¡Vamos! También puedo agregar una almohada en tamaño real de mí.

En ese momento inoportuno, el camarero apareció para servir el champagne que Austin había pedido con antelación.

—En mi experiencia, te faltan como mil años para intentar siquiera llamarte escritor —le replicó ella una vez volvieron a estar solos.

—En eso no puedo discutirte. Y menos sabiendo lo buena amiga que eres con Elle Davidson.

Ariana se tensó al escuchar aquella afirmación. ¿Habría actuado precipitadamente? —¿Por qué lo dices?

—Lo imaginé después de enterarme que la encantadora escritora solicitaba mi participación en la serie.

—¿Encantadora? —susurró Ariana, con los ojos brillantes.

Austin levantó una ceja.

—¿Celosa? —bromeó.

—¿Cómo podría? —replicó Ariana, intentando disimular su rubor.

—Cierto. ¿Cómo podrías estarlo?

El camarero volvió a aparecer para anotar lo que iban a comer mientras Ariana se preguntaba de qué diablos venía la reacción de Austin. No se podía creer que estuviera molesto por que ella no sintiera celos de la encantadora escritora, y menos aún, sabiendo lo que ella sabía.

—No sé nada al respecto.

—¿Por qué es que no te creo?

—Lo estás pensando demasiado. ¿No piensas que Elle únicamente haya querido molestar un poco a ese tal Harvey y tú solo hayas ganado en el proceso?

—Y ya que no sabes de lo que hablo, ¿cómo es que conoces ese nombre?