La reina del cementerio

Capitulo 46

Cap 46

Ela y Ricchi salieron del auto.

El ex policía miró a la chica con interés como a una persona famosa.

- Me alegro señorita Dickens que pudo salvarse.

Miró adentro del auto. Vio el cuerpo de Jerome.

- ¿Es senior Dickens, su padre? ¿Se desmayó?

- No - dijo Ela y limpió una lagrima.

- Entiendo - dijo Tom.  - Si conseguiremos elixir, lo vamos a revivir. Es muy importante señorita Dickens que usted está con nosotros.

Ela lo miró con timidez.

- Por favor cuéntenos un poco que pasó. Todavía tenemos muchas preguntas.

- Está bien - dijo el hombre y sacó un cigarrillo.

- ¿Usted también es uno de los "crimson"?

Tom asintió.

Sonrió tristemente.

- Me mató la doctora - el hombre prendió cigarrillo - y después convirtió en...esto. Me reclutaron sin preguntarme, para los propios intereses de la doctora. Solo agarraron y metieron en este juego – el hombre tiró una nube blanca de humo. - Y ahora no me queda otra opción que obedecer las órdenes, si quiero estar vivo. Si no, me dejan sin elixir.

"Lo mismo que me paso a mí. A mí tampoco me preguntaron si quiero ser una "crimson"." - pensó Ela.

- Éramos dos - siguió ex policía. - yo y mi compañero. Y cuando nos resucitaron, nos dimos cuenta que estamos vivos, pero vivos en otro mundo. No podríamos ver a nuestros seres queridos. Para ellos estábamos muertos. Yo extraño mucho a mi mujer y no puedo verla. Trato de llevar esta vida adelante como puedo. Pero mi compañero no aguantó y fue a ver a su mujer y el hijo. ¿Se imaginan la escena? - Tom sonrió tristemente y tiró el cigarrillo. - Papá volvió del cementerio.

Ricchi no quería imaginar cómo fue esto.

- Por supuesto la familia se quedó en shock, llamaron a la policía y mi compañero cayó en manos de Herbert.

"¡Dios mío!" - pensó Ricchi - "si después de la muerte tienes una vida, nunca será la misma."

- Y que pasó con la señora Clemens? - preguntó Ricchi.

- ¿La doctora? No sé. – Tom hizo un gesto con los hombros. - Cuando atacamos el hospital, calculamos mal la táctica de la batalla. Las fuerzas de Herbert estaban ubicadas en puntos estratégicos. Ni si quiera pudimos enterar a la morgue. Probablemente nunca vamos a volver a ver a Elizabeth. 

Tom otra ves sonrió tristemente.

- Yo tenia que disparar a mis ex compañeros.  Que locura es todo esto.

Ricchi se apoyó en el capot del auto.

Ela estaba temblando de nervios.

- ¿Y qué hacemos ahora? - preguntó el chico.

El hombre suspiró.

- Tenemos que actuar rápido. Estamos sin elixir. Algunos de los "crimson" pueden morir ya hoy a la noche. Los policías descubrieron el laboratorio de la doctora que ella tenía en el sótano de su casa.

- ¿Y que, nadie más puede preparar el elixir?

- Lamentablemente no. Muchos intentaron, bajo supervisión de la doctora. Pero sus intentos los llevaron a la muerte definitiva. Este elixir es una cosa muy extraña. No sé qué poder tiene para obligar a un alma volverse al cuerpo.

- Entonces tenemos que buscar la receta, armar un laboratorio nuevo e intentar de vuelta - dijo Ela.

- Exactamente - contestó Tom – pero primero de todo necesitamos a usted, señorita Dickens.

- ¿Para qué? – preguntó Ela sorprendida.

El hombre sonrió.

- Lo que le digo ahora le parecerá extraño. Yo mismo no soy un partidario de las cosas antiguas. Pero algunos "crimson" dicen que es necesario para que todos obedezcan sus órdenes.

- ¿Pero qué es? – dijo Ela muy nerviosa.

El ex policía miró al cielo, suspiró y sacó otro cigarrillo.

- La coronación, señorita Dickens. A Usted la espera la maldita coronación.

Los ojos de los chicos se abrieron grandes.

 

 




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