La Reina Del Mafioso

Capitulo 77

 

Canciones:

Capo Plaza - Nom Cambieró.

 

  Me lleve el borde de mi copa a los labios mientras sonreía gracias a las caderas de mi novia las cuales se movían de un lado a otro haciéndolas parecer más hermosas y excitantes que siempre. Martina desapareció de mi vista junto a su nueva amiga. Últimamente no pudimos pasar mucho tiempo juntos ya que mi tío me estuvo necesitando en la mafia junto a sus dos hijos menores, ellos dos manejan la mafia como jefes secundarios pero luego Elio se hará cargo de la mafia para que su padre se pueda relajar sus últimos años de vida y disfrute de la compañía de su amada esposa, mi tía.

 - Sabes.- La voz femenina de aquella chica que me estuvo acosando toda la noche hizo que mi rostro dejara de demostrar de lo feliz que soy viendo a mi novia. Sus pechos fueron restregados contra mi brazo y el olor a su perfume me parecía penetrante y molesto, era extremadamente dulce.- Veo que ella no te deja dar una mordida a su manzana cuando tu quieres, pero yo te dejare que muerdas la mía siempre que quieras.- Me susurro en el oído.

  Libere mi brazo, guarde mi mano derecha en el bolsillo de mi pantalón y suspire.

 - Mira linda.- La chica sonrió y dejo ver sus blancos dientes.- Me he pasado toda mi vida con mujeres como tu, las clases de mujeres que abren sus piernas tan solo por un poco de mi dinero y la atención del publico que me sigue pero me he aburrido de esa mierda, ahora solo quiero sentar cabeza con una mujer que se sabe respetar y que sobre todo, nunca se rebajara a la altura de mujeres como tu.- Hable mientras hacia que el liquido de mi copa girara dentro de ella.

  Ella soltó mi brazo y se largo molestas hacia los brazos de Elio, el cual no dejaba de admirar el cuerpo de la chica y de sonreirle con aquella sonrisa de lobo hambriento que Elio le dirigía a sus chicas de una noche. Todos en esta familia nos gusta estar con diferentes mujeres pero Calisto es diferente, es mas a la antigua.

  Mire a mi alrededor mientras mis primos se distraían con la presencia de las chicas que no tenían miedo de hablar como se les daba la gana. La orquesta en vivo tocaba con pasión mientras los meseros y mecerás paseaban por el lugar con sus bandejas en alto con bocadillos o copas con bebidas, y los invitados hablaban en grupos y algunos bailaban al son de la música. Busque a mi madre con la mirada y la encontré junto con Brina, ambas hablaban en un grupo el cual era muy poderoso, eran empresarios pero también son socios de la mafia de los Abagnato.

 - He escuchado que tu auto es único en su clase.- La voz molesta de la chica hizo que mirara de reojo a la parejita. La chica no conocía como era Elio, es malvado con las chicas luego de que obtenía lo que el quería de ellas.

 - ¿Quieres que demos una vuelta en el?- Le pregunto Elio sin dejar de quitar sus ojos de los senos de la chica los cuales estaban a punto de salirse de su vestido.

 - Me encantaría.- Dijo la chica y luego mordió su labio con sensualidad.

  Revolee los ojos y tome otra copa de la bandeja de un mozo que iba de pasada. Creo que el chico ni se entero que le había quitado una copa ya que camino como si nada.

 - Calisto.- Llamo con molestia Elio a su hermano el cual hablaba con unas chicas alegremente. El hermano menor lo miro con una sonrisa a la espera de sus próximas palabras.- ¿Tomaste nuevamente mis putas llaves de mi maldito auto?- Tome un trago de mi copa mientras miraba al confuso Calisto y al enojado Elio mirarse fijamente.

  Calisto movió sus labios para responder a la pregunta de su hermano pero el ruido de un motor y de ruedas chillando hizo que todo el mundo se congelara y los de la orquesta no fueron una excepción. Solo se oían gritos que venían del exterior, el auto ya no se escuchaba.

 - Chicos.- Nos llamo Renardo cuando paso a nuestro lado en dirección a la puerta.

  Los cuatro lo seguimos completamente tensos ya que no entendíamos que sucedía pero tendría que ser algo malo por todo aquel ruido. Renardo abrió las puertas de golpe y luego la cerramos detrás nuestro. El jefe de seguridad de la casa entro por la puerta de la entrada y se acerco a nosotros acomodándose su saco.

 - Señor Abagnato.- Dijo el hombre.

 - Quiero saber que carajo esta sucediendo fuera de mi casa.- Mi tío hablo molesto. Todos estábamos a la defensiva y en la espera de la respuesta del hombre.

 - Alguien se robo el auto del señor Elio. No pudimos detenerlos a tiempo.

 - ¡¿Y QUE MIERDA HACES AQUÍ?! BUSCA MI PUTO AUTO.- Parecía que a Elio le salia humo por la nariz. Elio podría ser todo un hombre para algunas personas pero para mi solo es mocoso consentido y con un ego más grande que el coliseo romano.

 - Ya hay caravanas detrás de sus pasos señor Elio.- Dijo el hombre. Parecía que le costaba hablar con respeto a mi primo, lo entendía a la perfección.

 - Calisto.- Hablo Renardo el cual estuvo cayado hasta ahora lo cual era extraño en el.

 - Si padre.- Calisto se coloco en un angulo en el que su padre pudiera ver su rostro.

 - Fíjate que las chicas estén bien y llévalas a mi despacho.- Ordeno Renardo. Calisto asintió y se fue escaleras arriba rápidamente.- Enzo y Antoni.- Ambos lo miramos con seriedad en espera de sus ordenes.- Quiero que vayan con nuestros hombres para saber como sucedió todo y esta noche ustedes dos serán mis ojos y oídos. Elio.- El hijo del medio dejo de mirar con ira al jefe de seguridad para mirar a su padre.- Ve a la sala de vigilancia y quiero que veas quien se llevo tu auto.- Renardo nos miro con las cejas elevadas.- ¡MUÉVANSE NIÑOS!- Los gritos de mi tío hizo que todos nos dispersáramos como ratas que le temen a la luz.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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