La Reina Del Mafioso

Capitulo 9

  La secretaria hace fuerza y abre la puerta hacia dentro, yo solo me quedo quieta en mi lugar algo tensa. La mujer me dedica una sonrisa y con pasos algo torpes me adentro a la gran oficina iluminada por unas luces cálidas, el lugar es tan... formal. Sus paredes están tapadas por trozos rectangulares de mármol blanco de diferentes tonos, el piso de madera gris, una alfombra rectangular que parecía que le habían dado pinceladas con la brocha de diferentes tonos de rojos se encontraba en mitad de la habitacion, una sofás de cuero negro descansaban sobre la alfombra junto con una meda de café de metal y cristal, estanterías cubrían las paredes, cerca del gran ventanal estaba el escritorio de roble con pinta de ser carisimo junto con dos sillas modernas y otra del otro lado en donde estaba sentado aquel hombre con la mirada fija en uno de los tantos papeles que estaban perfectamente acomodados en su escritorio.

  El levanta la vista y sus ojos azules decididos y calculadores se conectan como un cable usb y un celular con mis temerosos y inseguros ojos.

 - Tome asiento, señorita Argagnon.- Dice señalando con su mano abierta las sillas que se encuentran frente a su escritorio.

  Camino con cautela mirando el suelo. Este lugar parece un bunker para ricos. Observe la obscuridad de la noche a través del gran ventanal detrás de aquel hombre intimidante. Me senté es una de las sillas procurando no hacer ruido.

 - La he citado para hablar de sus entrevistas dadas en la empresa.- El acomoda unos papeles que estaba leyendo sobre la pila ordenada que hay a un lado del escritorio y entrelaza sus dedos de la mano sobre el escritorio.- Me complace informarle que estamos interesados en tomarla como nuestra empleada de medio tiempo, no hemos basado en base a su estudio en la universidad lo cual sabemos por experiencia que asistir a clases toma toda la mañana y parte de la tarde.- Se toma un segundo para pensar o quien sabe.- Quería hablar personalmente con usted lo de su horario, que tipo de trabajo le ofrecemos y la paga que se le otorgara por sus servicios.- Su seriedad lo hacen ver como un hombre que en verdad merece el puesto de "Jefe".- El trabajo consiste en los correos en el área de diseño, tendrá que tener mucho cuidado en no perder nada y traspapelar los documento, planos,etc. El horario requerido es a las cinco y media de la tarde y toda la mañana los sábados, y por ultimo la paga sera de diez la hora, los días de semana trabajara seis horas y los sábados siete.- Me quedo sorprendida al comenzar a hacer cálculos en mi mente.- Me gustaría saber si todavía esta interesada en el trabajo y si le interesa cuando podría comenzar a trabajar.- El coloca su espalda en el respaldo de su silla.

  Trago saliva ya que me ha quedado algo seca la boca.

 - Si, sigo interesada y podría comenzar cuando usted me lo indique.- Digo mientras juego algo nerviosa con mis uñas.

 - Perfecto, el miércoles comenzara su jornada laboral en la empresa.- Dice con sus manos descansando en los apoya brazos de su asiento.

  Me levanto de mi asiento y el me imita. Extiendo mi mano hacia el para estrechar nuestras manos, su mano derecha envuelve mi izquierda. Siento como el metal frió de su anillo choca contra la calidez de mi mano.

 - Se lo agradesco mucho, Señor Cock.- Digo con amabilidad y una pisca de seriedad.

  Un nudo dentro de mi cabeza se comienza a desanudar como si fuera un pedazo de un tallo de un diente de león, tan suave, frágil y algo gomoso.

 - No hay de que.- Dejo de apretar su mano y el hace lo mismo, ambos comenzamos a alegarlas.- Abigail le dirá sus horarios de trabajo y en que planta esta su sector, ademas de algunas instrucciones extras.- Para terminar con broche de oro en esta reunión sonríe.

  Algo en mi se mueve y no porque me sonrió sino porque aquella sonrisa era una macara que ocultaba mil cosas de tras, era una sonrisa falsa, forzada, y por alguna razón ese movimiento dentro mio me hizo recordarme a mi.

  Trate de devolverla la sonrisa de una forma genuina pero no puede lograrla al %100, baje la mirada y con mi mochila en mis hombros salí de la oficina con una ojos encima mas pesados que aquella puerta gruesa.

  Ya en la seguridad y comodidad de mi departamento me siento en el sofá con la calculadora de mi celular, el papel que me dio la secretaria, Abigail, y otro papel en blanco, comienzo a hacer cuentas de multiplicación y una de suma, me quedo mirando los números escritos con un fibron rosado chillón, levo una pierna hasta mi pecho y la abrazo con mi mano libre para luego colocar mi mentón sobre mi rodilla.

  No es tanta la diferencia de salario, solo por 120, pero necesito esos 120 para poder alimentarme y seguir con esta guerra interminable la cual muchos se enfrentan y se llama "subsistir". Deje caer la hoja y pase mi mano por el nacimiento de mi cabello haciendo que mis uñas raspen la piel que cobre la sima de mi cráneo, largo un suspiro y miro la pared vacía frente a mi, la veo tan triste, tan vacía. Tengo que hablar con Lupe sobre mi nuevo trabajo y la renuncia repentina que tendré que presentarla en una carta, nunca fui de ser tan pegada a la gente, excepto por dos personas que estuvieron desde el comienzo de mi vida, Milo y la directora del orfanato, Carol, una mujer de mediana edad tan dulce como la miel, pero ahora que tengo que renunciar a mi primer trabajo formal como una persona adulta me da mucha pena dejarlo, pero tengo que hacerlo, no me queda de otra, necesito respirar con tranquilidad.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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