La Reina Del Mafioso

Capitulo 37

  Le había dado muchas vueltas a lo que me había contado Enzo y mi forma de verlo no cambio en lo absoluto. A pesar de tratar de que mi mente vea como algo malo a lo que el se dedica no cambie de parecer. Seguía estando enamorada de aquel hombre pelirrojo lleno de tinta y perforaciones.

  Caminaba decidida por el lobby del edificio en donde vivía. La camioneta negra con los hombres de traje negro esperando fuera de ella estaban cruzando la puerta de cristal. Tire del mango cromado y el frió llego a mi cuerpo pero estaba en mi mundo como para darme cuenta que mi piel descubierta sufría por la baja temperatura del exterior.

 - ¿No tienes frió? Niña.

  Jonh estaba encojado de hombros mientras me veía dirigirme a la puerta trasera de la camioneta parada.

 - Nop.- Conteste siendo digna del apodo que Jonh me había puesto.

  Sin esperara nada más entre al vehículo y los chicos no esperaron a que el frió los deje como unos grandes bloques de hielo para entrar a la camioneta.

  Mire la hora en el celular. Llegaría a tiempo al trabajo.

 - Diego, ¿tienes la tablet?- Me incline hacia delante para poder ver al hombre que conducía.

 - Esta en la guantera.- Dijo señalando el tablero del lado del copiloto.

  Jonh abrió la guantera y la saco para luego pasármela haciendo pasar su brazo izquierdo sobre su hombro. La tome entre mis manos y la encendí para luego revisar la agenda del día. A primera hora Enzo tenia una junta ejecutiva en el edificio. tire hacia atrás la cabeza y mire el rostro de Adan. El sintió mi mirada sobre su cara y la giro para verme.

 - ¿Sucede algo? Martina.- Pregunto con una ceja en alto.

  Ese gesto me encantaba pero verlo en el rostro de otro hombre que no sea Enzo dejo de gustarme.

 - No dormí bien.- Coloque mi cabeza recta y frote mis ojos con la unión de mi muñeca y mi mano.

  Mi cabeza giraba tanto anoche que me obligaba a quedarme despierta a pesar de mis deseos de soñar con aquellos labios sobre los míos nuevamente.

 - ¿Quieres que te compre un café negro doble?- Diego hablo mientras esperaba con tranquilidad a que el auto de enfrente avanzara luego del que semáforo diera luz verde.

 - No, gracias. Tengo que llegar a tiempo al trabajo.

  Me acomode mejor en el asiento y mire como los autos se movían a través del parabrisas.

 - ¿Por que? Si tu y el jefe tiene una relación de confianza. Puedes retrasarte unos minutos para ir a buscar un café.

  Ricardo por fin hablo pero sus palabras me hicieron arrugar la nariz. El era joven, creo que tenia mi misma edad, pero su cuerpo decía lo contrario su desarrollo corporal era avanzado.

 - Ricardo.- Hablo amenazante el más grande de edad del grupo de hombre que siempre me custodiaban. Bueno desde hace unos días.

 - Tranquilo, Jonh.- El hombre molesto exhalo hondo.- Soy consciente de la confianza mutua que tenemos yo y "el jefe", pero eso no quita que no me guste aprovecharme de mis relaciones. Ricardo.- Le hable con tranquilidad al chico que había a mi izquierda.

 - Lo siento, hable de más.-Se defendió apenado.

 - No te preocupes, esas cosas ya no me afectan y viniendo de alguien como tu no me molesta demasiado.- No quería que ellos dejen de tratarme como una amiga por la relación que tengo con su jefe.

 - ¿Alguien como yo?- Pregunto curioso de saber.

 - Un amigo.- Conteste con una sonrisa.

  El me devolvió la sonrisa.

 - ¿Y yo?- Adan se metió en la conversación como un niño pequeño y juguetón.

 - Cambien.- Lo mire y moví un poco su cabeza con mi mano derecha hacia un costado de forma amigable y divertida.

  Las bromas en el auto comenzaron a ir y venir mientras más nos acercábamos al edificio Cock. Estaba ansiosa de hablar luego de la junta con Enzo y quería hablarle en su despacho ya que nadie se atreve a entrar a no ser tocando la puerta y esperando la aprobación del hombre intimidante.

  El vehículo entro al estacionamiento subterráneo del edificio donde trabajaba. Luego de recorrer algunos pasillos para estacionar en el lugar reservado de siempre pude ver como del auto deportivo de Enzo salia el mismo con un traje impecable negro y verde oscuro. Su rostro estaba serio. De un volantazo Diego estaciono la Camioneta y no esperamos para que la camioneta se apague para salir de aquel cacho de metal con ruedas gordas y negras. Todo en el hombre de tinta cambio cuando sus ojos se encontraron con los míos. Su cuerpo se relajo y sus labios sonrieron mientras me acercaba a el con pasos rápidos.

 - Hola ¿Vamos a la junta?- Hable una vez a su lado.

  El me miro desde los pies hasta la cima de mi cabeza.

 - ¿Estoy muy mal vestida para la junta?- Pregunte curiosa.

  A pesar de haberme vestido con un buzo, unos jeans y una zapatillas para ir a juntas tenia la duda de si me había pasado con mi elección de ropa para hoy. Tal vez la junta a la que estábamos por ir era más importante que las anteriores.

 - No, estas perfecta.- El extendió una mano en mi dirección y enseguida entendí lo que intentaba hacer.

  La duda me invadió por el que dirán los demás pero la mande al diablo para colocar mi mano sobre aquella que la hacia ver tan pequeña y tan limpia.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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