La Reina Del Mafioso

Capitulo 43

  El maldito ruido de algo hizo que me removiera entre el cuerpo de Enzo y las sabanas molesta porque mi sueño había sido interrumpido por algo molesto. El cuerpo del hombre que estaba a mi lado en la cama se movió y el ruido se fue.

  Desenrede mis piernas que estaban enroscadas con las de Enzo y me estire todavía acostada con los ojos cerrados, trate de abrirlos de golpe pero un rayo de luz solar estaba contra mi rostro haciendo que cierre de golpe las persianas de mis ojos. Parpadee varias veces hasta que me acostumbre a la luz solar que chocaba contra mi rostro.

 - Hola.- La profunda voz de Enzo hizo que en mis labios se marcara una sonrisa somnolienta.

 - Hola.- Le conteste mientras terminaba de estirarme.

  Abrí los ojos de par en par cuando me di cuenta de algo. Tome las mantas y me tape hasta la cabeza mientras maldecía en voz baja.

 - ¿Por que te cubres?- El hombre de tinta intento sacar las mantas que se encontraban cubriendo mi cuerpo pero tire de ellas con fuerza para que nos las retirara.

 - No veas, debo estar horrible.- Conteste a su pregunta.

  De seguro tenia el cabello como el nido de un pájaro, los dientes sucios, el aliento apestoso y los ojos hinchados y sucios.

 - Oh, vamos. Estas hermosa.- El hizo más fuerza y mando a volar las mantas que me cubrían el cuerpo.

  De un salto salí de la cama y corrí hasta la puerta. Intente abrir pero estaba cerrada con llave. Me quede como hielo cuando sentí una respiración en mi cuello. Una mano se poso sobre mi hombro y otra en mi cintura las cuales me obligaron a voltear. Me tape el rostro con las manos y coloque mi espalda contra la madera de la puerta. Las manos de Enzo se colocaron en mis muslos y de un impulso hizo que mis pies dejen de tocar el piso. Rodee su cuello como autoreaccion y el coloco mis piernas al rededor de su cintura. Coloque mi cabeza sobre uno de sus hombros para que el no pueda ver mi rostro. Vi como mi vista de la habitacion cambiaba mientras el caminaba haciendo ruido con sus pies desnudos.

 - ¿Enzo?- Pregunte miedosa.

  De un movimiento fugas mi espalda termino contra el colchón nuevamente. Solté un grito agudo por el inesperado choque. Mis piernas seguían alrededor de su cintura y mi manos pasaron a mi rostro para cubrirlo de nuevo.

 - No.- Dijo el mientras retiraba mis manos de mi rostro y las aprisionaba por mis muñecas en la cima de mi cabeza con una de sus grandes manos.

  Intente retirar mis piernas de su cintura mientras trataba de liberar mis manos pero su mano libre obligo a que una de mis siguieran rodeando su cintura. Intente protestar pero sus labios se impactaron contra los míos. El beso comenzó suave y luego su lengua se paso por mis labios haciéndome temblar para luego introducirse en mi boca. Deje de forcejear con mis manos y rodea su cintura con fuerza con ambas piernas. El gruñio dentro de mi boca mientras su lengua paseaba por ella. Ahora la que gruño fui yo cuando separo nuestros labios lentamente. Enzo comenzó repartir besos por mi rostro para de apoco bajar. El soltó mis muñecas y lo primero que hice cuando las libero fue enredar su cabello entre mis dedos. Mi respiración comenzó a acelerarse junto con mi ritmo cardíaco cuando sus besos humedecieron mi mentón. Tome aire de golpe cuando su lengua recorrió el largo de mi cuello y suspire excitada. Moví mis caderas hacia arriba. Enzo gruño y mordió la piel de mi cuello mientras le tiraba de su cabello. Una de sus manos corrió la tela de mi pantalón y acaricio la piel de mi muslo haciéndome gemir.

 - Amor... creo que es hora de irnos... al trabajo.- Hable entre suspiros por sus caricias que quemaban mi piel.

  Enzo me dio un beso lento en mis labios y luego rodeo mi rostro con sus manos.

 - Eres tan hermosa hasta recién levantada, bebe.- Sonreí por sus palabras.

 - Estas loco.- conteste alegre.

  El me robo un beso.

 - Loco de amor por ti, Martina.- Mi corazón salto y estrelle mis labios contra los suyos.

  Mi beso fue correspondido con energía y risas por parte de ambos.

  Luego de haber ido a la habitacion donde estaban mis cosas y darme una cálida ducha baje a la planta baja para desayunar con Enzo.

  La mujer del otro día nos trabajo el desayuno en la mesa y lo devoramos mientras Enzo escuchaba una información que le brindo uno de sus hombres. No preste mucha atención a lo que hablaban ya que me distraje al ver a Noche sobre uno de los escalones de madera de la escalera. El animal me miraba fijo y giraba su cabeza curioso de mi persona. Cuando terminamos de comer Enzo me ayudo a colocarme mi abrigo y luego se coloco su saco bordo. Salimos de la casa por la puerta de entrada y fuera frente a esta estaba estacionado el auto que siempre usa Enzo para ir de un lado a otro.

  El auto salio del frente de la casa con las camionetas escoltándolo como siempre.

  Mire el paisaje mientras acariciaba la mano de Enzo la cual estaba adornada por el anillo del rubí rojo y se encontraba sobre mi muslo cubierto por uno de mis jeans.

 - ¿Tiene algún significado... el anillo?- El me miro de reojo.

 - Este anillo tiene varios años en mi familia. Siempre pasa al líder de la mafia. Antes le perteneció a mi padre pero cuando el murió yo pase a ser el líder de la familia Cock.- Asentí con la cabeza a pesar de saber que el no me podía ver ya que se encontraba concentrado en la calle.



#3140 en Novela romántica
#1179 en Otros
#195 en Acción

En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.