La Reina Del Mafioso

Capitulo 52

Canciones:

C.R.O - Beso Amargo.

Drefquila - A Fuego.

 

  Comencé a masajear mi cuello mientras colocaba mi espalda contra el respaldar de la cama.

  Apenas habíamos llegado a la casa de Enzo habíamos cenado y luego cada uno se fue a una diferente dirección, yo me fui a la habitacion para comenzar a preparar unos trabajos para mis clases de la universidad y el se fue a su despacho para solucionar unos problemas con una de las pandillas que estaban bajo su mando.

  Mire todos los papeles que me rodeaban y sentí que mi cabeza podría estallar en cualquier momento. Tome mi celular y comprobé la hora. Ya era de madrugada para ser exactos eran las una y media pasada de la mañana del domingo. Deje el celular en la mesa de luz y salí de la habitacion en búsqueda de Enzo. Una vez frente a la puerta de su despacho toque y nadie me respondió. Estaba por abrir la puerta del despacho cuando una voz llamo mi atención.

 - El jefe esta en la piscina climatizada, señorita.- Mire a uno de los hombre de seguridad de la casa el cual me miraba serio.

 - Gracias.- Dije con amabilidad y antes de largarme escaleras abajo le regale una sonrisa la cual fue correspondida con un leve asentimiento de cabeza.

  Mis ojos encontraron al ave nocturna que Enzo tenia como mascota.

 - Notte.- El búho dejo de rascarse su ala para girar su cabeza para encontrarme.

  Le acaricie las plumas de la cabeza y el animal cerro un poco los ojos dejando que la expresión de su rostro sea igual a la que su dueño, una expresión de perro malo. Notte me observo bajar las escaleras hasta que desaparecí por uno de los pasillos que me llevaba a la habitacion donde estaba la piscina climatizada. Empuje la pesada puerta y el vapor del agua caliente provoco que mi cuerpo quisiera liberarse de las pocas capas de prendas de invierno que lo cubrían.

  Mis ojos brillaron como diamantes al ver como Enzo sacudía su cabello pelirrojo el cual estaba más obscuro por el agua. Comencé a bajar la mirada, sus labios humedecidos por el agua parecían más rosados que nunca y el brillo de su cuerpo por el agua y la luz que había en las paredes de la habitacion y en la piscina lo hacían ver como todo un modelo de traje de baño. Un Enzo distraído me dio la espalda y miro a través de los ventanales algo empañados el jardín trasero bañado en oscuridad y nieve blanca.

  Comencé a caminar por el borde de la piscina con las manos detrás de la espalda mientras apreciaba el cuerpo de Enzo el cual estaba totalmente oscuro por la tinta que el mismo le había decidido aplicar con un profesional. Mordí mi labio inferior para reprimir las ganas de tocar aquella espalda que me llamaba con palabras seductoras.

 - ¿Relajándote? Cariño.- Enzo se dio vuelta sorprendido por escuchar mi voz.

  Sus ojos se encontraron con los míos mientras el se acercaba con una sonrisa coqueta mientras yo me sentaba en el borde de la piscina como una india.

 - Algo así.- Dijo una vez cerca mio.- ¿Quieres relajarte conmigo?- Enzo coloco sus brazos cruzados sobre el borde de la piscina.

 - No, gracias. No tengo traje de baño y no se nadar en lo absoluto.- Hice puchero con mi labio inferior y pude ver como algo atravesaba en los ojos de Enzo para luego de apoco su pupila se comenzó a agrandar.

 - Oh, vamos. Lo del traje de baño es lo de menos y la piscina no es tan profunda.- Intento convencerme pero yo negué con la cabeza.

 - Voy a terminar de hacer mi trabajo de la universidad.- Me incline hacia delante para probar sus labios.

  Nuestros labios se unieron con tranquilidad y con ganas de estar pegados con un pegamento industrial. Las manos de Enzo tomaron mi cintura y en un abrir de ojos algo cálido cubrió por completo mi cuerpo.

  Esto me pasa por confiar en mi mafioso, un hombre serio con otros y un hombre juguetón y amoroso conmigo, su reina.

  Enzo nos saco del agua hacia la superficie y apenas el aire rodeo mi cabeza comencé a toser y a tratar de recuperar la respiración. La risa de Enzo llego a mis oídos logrando que la ira comience a florecer dentro mio como una flor en primavera.

 - ¡ENZO!- Grite frustrada por su acto de niño pequeño con ganas de jugar.

 - Lo siento.- Dijo entre risas cerca de mi oído izquierdo y dejo un beso detrás de este.

  Mi ceño se frunció y lo aparte de un empujón lo cual lo tomo por sorpresa. En sus ojos vi la culpa y sabia que en los míos estaba la molestia.

 - Amor.- Intente alejarme de el pero sus brazos me volvieron a rodear y decidí no poner resistencia.- No te enojes, es solo agua.- Mire hacia todos lados menos a sus ojos.- Vamos.- Sus labios volvieron a estar cerca de mi oído.- No me puedo relajar por completo si tu no estas a mi lado y pegada a mi cuerpo.- Una sonrisa coqueta se escapo y se coloco en primera fila en mis labios.

  Enzo hecho la cabeza hacia atrás y sonrió al ver mis labios.

 - Te odio.- Le dije sin ninguna maldad en mis palabras.

 - Lo se. Soy el peor novio.- Dijo algo triste.

  Negué con la cabeza y rodee su cintura con mis piernas. Enzo me miro con malicia.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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