La Reina Del Mafioso

Capitulo 71

 

Canciones:

Boy Epic - Dirty Mind

Trap Mafia Beat "Dark Night"

 

   Estaba en el paraíso y ese paraíso había sido construido solo para mi. Era un lugar que me encantaba, de experiencias nuevas, de emociones nuevas y sobre todo de mucho amor. Pero ahora solo estaba teniendo una nueva experiencia y una emoción muy intensa.

  Sentía algo extraño entre mis piernas era más extraño que yo colocándome kilos de maquillaje para verme bien, cual nunca paso. Aquello entre mis piernas era algo nuevo, una sensación nueva, un placer nuevo. Arquee mi espalda y sentí como algunas gotas calientes por el sudor recorrían mi cuerpo para luego estamparse contra las sabanas arrugadas de la cama. No se como llegamos a esto pero es algo verdaderamente delicioso.

 - Ah.- Deje escapar un quejido y tire un poco más del cabello del pelirrojo mientras mis piernas colgaban de sus hombros.- Enzo.- Gemí totalmente excitada.

  Sentí como la lengua húmeda de Enzo se adentraba dentro mio y eso me hizo volverme aun más loca de lo que ya estaba. Me sentía avergonzada por que el mirara ahí abajo pero eso no impide que quiera que siga haciendo lo que estaba haciendo. Escuche como un gruñido salia de sus labios el cual choco contra mi piel. Trate de ver lo que el estaba haciendo y tuve una vista que me excito aun más. Su cabeza seguía entre mis piernas y una de sus manos se acariciaba a el mismo.

 - Enzo. Por dios ya no aguanto.- Aquellas palabras sonaron sin fuerza pero si con advertencia.

  Enzo dejo de hacer lo que le hacia a mi cuerpo y acerco su rostro al mio. Yo respiraba agitadamente y el estaba completamente bien, con una sonrisa juguetona y con un brillo precioso en sus ojos que lo hacían ver más travieso que su cabello. Sus labios besaron los míos y su mano derecha acaricio mi rostro.

 - Enzo.- Volví a advertirle desesperada.

 - Lo se bebe. Yo tengo el control esta noche ¿Te acuerdas?- Me dijo como recordatorio.

 - Si no hacer nada ahora yo...- Hable molesta pero la mirada malvada de Enzo me hicieron temer de sus ideas.

  Enzo retrocedió gateando sobre mi cuerpo y tomo mi cintura con sus manos, me dio vuelta y de un tirón acerco mi culo a su cuerpo el cual se inclino sobre el mio.

 - Sera mejor que tomes una almohada, mi reina.- Me susurro al oído y si no fueran por sus manos ya estaría desplomada en la cama por como había hecho volver mi cuerpo en un flan.

  Coloco una mano sobre mi nuca y sin lastimarme coloco mi rostro contra el colchón y dejo mi trasero arriba. El nerviosismo hizo temblar mi cuerpo por completo. Sentí como dejo un beso cálido en mi espalda y aquello me hizo calmarme. Lentamente Enzo entro donde antes acariciaba su lengua. Con el primer golpe me quede sin aire por la sorpresa que me lleve al descubrir que de aquella manera se sentía completamente diferente, era algo que te dejaba K.O en la primera ronda. El segundo golpe hizo que gritara muy alto. Rápidamente tome la almohada que estaba más cerca y la mordí. Enzo entraba y salia pero sus labios no dejaban de besar cada dos por tres mi espalda. La respiración de ambos se volvió más rápida y eso solo significaba una cosa, estábamos llegando hasta la gloria. Enzo me quito la almohada antes de dar el ultimo golpe. El mordió mi espalda y yo solo pude aferrarme a las sabanas y pegar el ultimo grito.

 - Joder.- Dijo Enzo completamente agitado.

  El dejo un beso sobre donde me había mordido y lentamente salio de mi. Yo caí rendida sobre la cama y sin fuerzas para colocarme boca arriba y cubrir mi cuerpo desnudo y sudado. Enzo salio del baño y luego se recostó a mi lado. Sus manos me ayudaron lentamente a colocarme sobre el y cubrir mi cuerpo.

 - Te amo, Martina.- Hablo acompañando aquellas palabras con un beso sobre mi cabeza.

  Yo eleve la mirada y lo mira con una sonrisa en mis labios.

 - Te amo, Enzo.- Dije contenta. Me acerque a sus labios y deje un sonoro y lento beso sobre ellos.

  Enzo me envolvió con sus brazos y coloco mi cuerpo hacia la derecha cosa que lo dejo a el dándole la espalda a la puerta de la habitación. Nunca entenderé esa obsesión de estar siempre el dándole la espalda a la puerta a la hora de irnos a dormir. Sus dedos izquierdos acariciaron lentamente el largo de mi hombre y de mi brazo derecho. Rápidamente caí en un profundo sueño por todas las energías gastadas.

 

 - ¿Enzo te fijaste que lleves todo?- Le pregunte mientras revisaba mi maleta por quinta vez en la mañana.

  La cama estaba ocupada por cuatro maletas, dos grandes y dos de mano. Un juego de maletas era negro mientras que el otro era de un rojo y blanco con un efecto de estar derritiéndose como un helado.

 - Mart, no es la primera vez que viajo por una semana.- Dijo un Enzo absolutamente relajado.

  Gruñí por su respuesta y seguí moviéndome de un lado a otro alrededor de la cama en búsqueda de un buzo rosado. Estaba apunto de ir al vestidor pero un fuerte brazo rodeo mi vientre sin dejarme mover.

 - Enzo. Suéltame necesito buscar mi...- Antes de terminar mi sermón Enzo coloco la prenda rosada frente a mi rostro.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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