Omnisciente
Aura se limpió por quinta vez las manos en su vestido, se tocó el cabello muchas veces que ya había olvidado la cuenta. Cuando la ayudaron a bajar del transporte se alisó la falda una vez más.
Las mangas de encaje le cubrieron la mitad de sus brazos, esta vez solo tenía una pequeña y simple corona, no quería acaparar toda la atención pues nadie iría por ella.
El festejo se realizará en un jardín, por lo que llevaba algo simple.
Llegó a la otra entrada donde un montón de guardias los esperaban, entró y se encontró en otro lugar a la pareja entrelazados.
—Su majestad. Su alteza.
Se reverenciaron ante ellos.
—Síganme por aquí, por favor.
Los guio hasta la mesa que el guardia amigo de ellos pidió que prepararan una mesa en especial para ellos.
Le ofrecieron una copa de vino a Aura lo que ella rechazó con toda la formalidad. Los invitados seguían llegando y ellos los saludaban con una gran sonrisa, vio como el guardia que los guio se acercó a Tayden y le habló al oído lo que lo hizo voltear a su dirección.
Discretamente se sobó las palmas de la mano sacando el sudor de estas.
Yago le ofreció la mano haciendo que se pare de su sitio y comenzaron a caminar, todo el gentío que se reunió a la ceremonia, se dividió para dejar pasar a la reina y al príncipe, al mismo tiempo los guardias los protegían a los costados.
Si su intención era no llamar la atención y no opacar a los demás, pues no lo consiguió.
Vio que Vania estaba un poco intimidada y sin querer disfrutó ver eso.
—Su majestad.
Hizo una reverencia.
—Su alteza.
—No están acostumbrados a ver a la realeza tan de cerca.
—Claro.
Vania la inspeccionó de arriba hacia abajo.
—Me gusta tu vestido.
—Los confeccionan dependiendo del evento y la importancia de este.
—Nosotros seguiremos recibiendo a nuestros invitados.
—Adelante.
La jaló llevándose a su comprometida a la entrada.
—Por poco y le dices que ese vestido era muy simple.
—Sabes que no lo haría —habló.
—¿Enserio?
Caminé lejos de él ignorándolo.
⊷⊶
Estaba rodeada de niños que la bombardeaban de preguntas, pero todas ellas eran respondidas por la sonriente reina Aura.
Para ella era todo un honor que los niños la vean como alguien digno de admirar, como un ejemplo de nunca rendirse. Pues la historia que le contó les encantó a los niños, la historia que hasta ahora era como se desarrollaba su vida y que les gustó la manera de actuar de esa reina. Tayden la veía con una gran sonrisa.
Él siempre pensó que terminaría así con ella, con una familia y todos felices.
Pero no todas las cosas siempre se cumplen.