La Revolución Del Ejército I: Los Experimentos Malditos

Capítulo 14

Los entrenamientos con Naila eran difíciles y Ziehen lo sabía, aunque el chico ya empezaba a ver los avances poco a poco, a pesar de que los entrenamientos del ejército se concentraban en la fuerza, era más bien técnica, el teniente se preocupaba de cómo debían golpear y tener una compostura adecuada, él siempre decía que es poco probable que entren a una pelea con algún oponente de Nigerzad, pero era más que nada para que estuvieran en forma. Aun así, a pesar de no darle tanta importancia a los entrenamientos, el teniente le gustaba mucho decir quién era el mejor y el peor, para Ziehen eso no tenía lógica.

El joven aún recuerda lo mucho que le dolían los brazos los primeros días luego de comenzar los entrenamientos de Naila, y hasta en algunas partes tenía moretones, lo cierto es que la chica golpeaba fuerte, lo peor es que ella le decía que trataba de no golpearlo fuerte, ya que le estaba enseñando, eso lo hacía pensar, ¿Qué tan fuerte le pego a Arivel esa vez?, porque la chica terminó con hematomas que duraron semanas en su cara y brazos, además que la chica se quejaba mucho al tener que comer, porque le dolía la cara.

— Mejor nunca hacerla enojar.

Lo cierto es que la chica le había enseñado mucho, siempre le repetía que usara lo que aprendía del ejército y lo que aprendía de ella para mejorar, y es que ciertamente ya podía ver mejor ciertos errores cuando ella peleaba u otros, principalmente separaba mucho las piernas y no mantenía la guardia arriba mucho tiempo, lo que le faltaba era la fuerza bruta, razón por la cual aún no podía ganarle a la chica, por esa razón Ziehen le pedía que usarán más tiempo para tener más fuerza.

— Tengo una duda — comentó Ziehen golpeando un saco, la chica lo sostenía —¿Cómo es Cerillan? — la chica lo miró extrañado — me causa curiosidad, ya que no entiendo que hay ahí para que seas buena peleando.

— De por sí vivir ahí te exige un esfuerzo físico y mental, es difícil — se quedó un tanto perdida en sus pensamientos — a pesar de eso es un lugar bonito — de pronto suspiró de forma pesada — digamos que la única forma de subsistir es robar, cualquier cosa sirve para ganar dinero o para tener un plato de comida, eso hace que los policías te persigan, debes ser inteligente y saber cómo huir de ellos.

— Es una vida difícil — dijo más para sí mismo que para ella — ¿Cómo pueden vivir así? — pregunto, dejó de golpear el saco cuando la chica estaba hablando, la verdad es que se quedó sorprendido con lo que le estaba contando.

— Yo no diría que se vive, más bien se sobrevive, además el clima tampoco ayuda mucho como sabrás — lo cierto es que el joven Merte no sabía mucho de Cerillan, solo que era una ciudad con muchas montañas y lleno de nieve.

— La verdad es que mi conocimiento sobre tu ciudad es un tanto limitado — dijo volviendo a golpear el saco.

— ¿No les enseñan de las ciudades de Zodarte?

— Sí, pero no son tan detallados, más que nada nos dicen la geografía y el clima, el cómo viven la gente se omite por completo.

— ¿Y nunca buscaste por ti mismo?

— Sí, lo intenté, pero hasta para la gente de Beluziet los libros son limitados — y hasta el chico tenía dudas si es que los de Termachot tuvieran esa facilidad.

— ¿Cómo es tu ciudad? — preguntó la chica, eso le sorprendió mucho, jamás nadie le preguntaba nada de su hogar — no sé casi nada de las ciudades de Zodarte.

— Pues… — no sabía muy bien cómo reaccionar ante la pregunta, no se la esperaba — Beluziet es un poco más cálido, en invierno cae nieve, pero… — se sentía incómodo hablando de él, era extraño — está bien.

— No eres muy expresivo con tu ciudad natal — el chico había dejado de golpear el saco, estaba concentrado en Naila, se veía tranquila.

— Es solo que me sorprendió que me preguntaras eso — este la miró por largos segundos — pero es una bonita ciudad — volvió a golpear el saco — en fin, ¿Cómo vivían ustedes? — preguntó intentando cambiar de tema.

— No creo tener la confianza necesaria para contarte cosas de mi vida personal — Ziehen no esperaba que la chica le dijera eso, entendía que se llevaban conociendo poco, pero no esperaba que ella fuera tan reservada — Sabes jamás te he escuchado decir algo en tu dialecto.

— ¿Cómo?

— Yo tengo palabras que solo se dicen en Cerillan, incluso Creyl tiene palabras que solo se dicen en su ciudad, pero a ti jamás te he escuchado decir algo en tu dialecto natal — sinceramente si la chica no le lo comentaba no se habría dado cuenta, es cierto que de pronto escuchaba palabras que no entendía, pero él no tenía ninguna que pudiera usar diariamente, además no se sentía cómodo.

— Supongo porque mi padre no hablaba con dialecto de nuestra ciudad, además mi educación pasó mayoritariamente en Termachot, por lo que creo que perdí cualquier rastro de mi ciudad natal — cuando recién había comenzado a trabajar con Brais, si usaba algunas palabras que los demás no entendían, pero ahora, luego de tanto tiempo, ya las había perdido, o su gran mayoría, todo con neutralizar su voz.

Las únicas palabras que medianamente que conservaba son algunas que no decía en voz alta y no tenían un significado muy lindo, que incluso se le habían olvidado hasta ese momento que Naila le recordo.

Ziehen notaba que aun la chica era un tanto reacia a hablar mucho, en especial todo lo que tuviera que ver con su vida personal, tampoco es que le molestara, ya que de cierta forma la entendía, tal vez en un futuro ambos podrían acercarse y confiar los unos en el otro.



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En el texto hay: cienciaficcion, amor, poderes

Editado: 10.03.2024

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