La Rosa

La pérdida de un corazón

"¿Qué sucedió?", pregunté mientras abría mis ojos lentamente e intentaba ponerme de pie, pero no tenía fuerza.

"Gracias, mis señores", comentó mi tío aliviado al verme despertar.

"Elena, gracias a los divinos que te encuentras mejor", dijo Aurora entre lágrimas.

"¿Cómo te sientes?", preguntó mi tía. Para mi sorpresa, se la escuchaba preocupada por mi salud.

"Me duele el pecho y mi corazón", dije mientras conseguía colocar mis manos sobre mi corazón.

"Donde está ese doctor que no llega", dijo mi tío.

"Ana ya fue por él, ya deben de estar por llegar". En ese momento, mi prima entró seguida por un hombre que nunca había visto.

"Soy el médico del castillo ¿qué le sucedió a nuestra condesa?"

"Nos encontramos en el pasillo cuando nuestra prima venía a buscarnos para ir a la calle del comercio. Antes de darnos cuenta, nuestra prima se encontraba pálida y comenzó a perder el aliento" comentó Aurora

"Debo solicitar que los sirvientes abandonen la sala. ¿Hace cuánto cayó inconsciente?" El médico comenzó a examinarme mientras escuchaba que estuve inconsciente por más de treinta minutos. "Mi condesa, ¿ha perdido a alguien últimamente?"

"A nadie. Mis padres se encontraban bien de salud cuando me trajeron a Mirza".

"Es muy curioso, su cuerpo está en perfectas condiciones, pero su corazón..."

"¿Qué sucede con mi corazón?", pregunté bastante preocupada.

"Pareciera que su corazón está sufriendo. No sabría explicarlo, es una rama poco conocida en la medicina, pero es como si hubieran intentado arrancarle su corazón".

"¿Mi sobrina se pondrá mejor?"

"No debe preocuparse, su corazón estará bien. Es posible que siga sintiendo dolor, pero no será nada de que preocuparse. Le recomiendo que no haga esfuerzos por los próximos días", comentó el médico mientras guardaba sus herramientas. Cuando el doctor se fue, mi tío llamó a los sirvientes y les ordenó que me llevaran a mi habitación.

"Descansa tranquila. Si necesitas algo, llámanos. Además, ellas dos estarán aquí por cualquier necesidad", dijeron mis primas mientras señalaban a dos sirvientas. Durante el resto del día, mis tíos y primas no dejaron que me levantara.

Cuando el sol de un nuevo día comenzó a salir, les dije a las sirvientas que me ayudaran a ir al jardín. Las sirvientas me acompañaron todo el camino hasta llegar al quiosco donde pasé esa mágica noche con Arthur, mi tío ya se encontraba aquí tomando el té.

"Sobrina querida, ¿cómo te encuentras?" preguntó mi tío.

"Me siento mejor, pero necesitaba un poco de aire fresco", respondí mientras una de las sirvientas me ayudó a sentarme.

"Dile a los sirvientes que traigan el desayuno al jardín y díganle a mis hijas que desayunaremos aquí", ordenó mi tío.

"Como ordené, mi señor", respondió uno de los sirvientes.

No pasó mucho tiempo hasta que mis primas llegaron al jardín seguidas por mi tía y los sirvientes, los cuales cargaban con tazas y dulces. Luego de que se sentaron comenzaron a tomar el té tranquilamente, estaba por terminar mi taza, cuando observe a alguien con uniforme imperial ingresar al jardín desde el interior de la mansión. "Tío, viene alguien", comente, haciendo que mi tío se volteara. Resultó que la persona que se acercaba era el prometido de mi prima, pero algo no se veía bien con él y no fui la única en notarlo.

"Cariño, ¿qué sucede?" preguntó Ana mientras se ponía de pie.

Parecía que le costaba hablar"Nues... Nuestro príncipe ha muerto", dijo el prometido de mi prima. Tras escuchar esas palabras, perdí todas mis fuerzas y dejé caer mi taza.

"Elena", gritó mi tío mientras me atrapaba. Lo único que sentía era cómo mis lágrimas empapaban mi rostro y el dolor de mi pecho se intensificaba. "Por favor, Elena, no me hagas esto, otra vez", gritaba preocupado.

Cuando me desperté, descubrí que me encontraba nuevamente en mi habitación. Las cortinas estaban cerradas y solo veía la luz proveniente del pasillo, del pasillo se escuchaba la voz de mi tío y del doctor.

"Doctor, ¿cómo se encuentra?" preguntó mi tío.

"Su corazón está muy herido. La noticia de la muerte del príncipe ha profundizado esa herida, por lo tanto, debemos evitar cualquier cosa que la ponga triste. Perdón que lo pregunte en este momento, mi señor, ¿pero qué relación tenían la condesa y su majestad?" preguntó el doctor.

"Mi sobrina conoció a nuestro príncipe cuando tenía ocho años", escuché decir a mi tío. Los días pasaron y yo no tenía fuerzas. Me la pasaba en mi habitación todo el tiempo. Mis primas intentaban animarme al igual que mis tíos, aunque nunca lo dijo, pude sentir que solo mi tío era capaz de sentir el dolor que yo sentía.

La noticia de la muerte de Arthur no fue dada hasta que los soldados regresaron y los ciudadanos vieron que él no venía con ellos. En cuanto los rumores surgieron, el ex gobernador tuvo que salir a hablar con los ciudadanos. Todos en Mirza culpaban a los soldados de no proteger la vida de Arthur y exigían un castigo. A diferencia de otros, yo pude observar lo que sucedía desde el jardín de rosas. He venido al jardín cada vez que recuperaba mis fuerzas. Los guardias ya habían sido informados de mi amistad con Arthur y tenían órdenes de dejarme pasar.

Sala del trono del castillo de Mirza:

"Debemos enviar la noticia a la capital imperial", dijo un miembro del consejo.

"Pero ¿cómo se lo informaremos a su majestad imperial? La razón de la muerte del príncipe no es clara", dijo el ex gobernador.

"El ex gobernador tiene razón. La explosión provocada por el dragón no debería de haber sido capaz de destruir el acantilado. Incluso si la bola de fuego hubiera golpeado los barriles de pólvora, la explosión no sería suficiente", dijo un noble que utilizaba uniforme militar.

"¿Es posible que el acantilado fuera inestable?", preguntó el almirante.

"Existe la posibilidad, pero de ser así lo hubiéramos descubierto cuando posicionamos esos pesados cañones. También debemos recordar que no se ha encontrado el cuerpo de su majestad y los de algunos caballeros santos".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.