124. Dorian

Desperté con la respiración agitada a mitad de la noche. El sueño era muy vivido y de nuevo sentí temor por Stella. Habían pasado semanas sin saber de ella y aunque me repetía que estaba bien, de no tener noticias pronto me volvería loco.

Fue un impacto lo que me despertó de la pesadilla.

Miré hacia mis pies, Sunny había brincado a mi cama y estaba buscando la manera de acurrucarse conmigo.

Me maulló al verme despierto.

—Duérmete Sunny.

Soltó otro maullido.

Volví a acostarme. Sentí como Sunny llegaba hasta mi estómago y comenzaba a amasar con sus patitas antes de recostarse a dormir conmigo.

Le acaricié la cabeza y le escuché ronronear.

Ojalá pronto regresará Stella, me encantaría que se reencontrará con Sunny.

Tenía poco de haber regresado al castillo para las vacaciones y todas las mañanas lo primero que hacía era mirar las noticias, ya fuese en la tv del salón de descanso o en los periódicos. Aun nada sobre mi princesa, pero al menos las tensiones en Rosnia parecían ir disminuyendo.

Y así pasaba otro día más sin tener novedades.

A veces acompañaba a mi madre a sus eventos, otras veces pedía el día para mí. Quizá si me distraía en el jardín el tiempo pasaría más rápido.

Donovan no se me acercaba mientras estuviera en el jardín, tampoco es que yo lo buscará, mientras más lejos estuviéramos el uno del otro, mejor.

Hoy tendría una salida, mi padre insistió en que comenzará a pasar más tiempo con Verónica. Sin duda era una buena amiga, no la repelía, pero no era el tipo de interacción que deseaba pasar con ella.

Y aunque nuestra platica sobre nuestra situación fue breve, también sucedió antes de que Stella y yo iniciáramos nuestra relación.

Si quería estar bien con Stella, veía fundamental que hiciera las cosas bien y aunque la familia Dufré estaba en constante cercanía, la verdad es que ninguno de los dos deseaba esto. Por esa razón hablaría con Vero, antes de hacer ideas equivocabas.

Llegó antes de lo citado, llevaba un vestido veraniego, cualquiera podría confundir nuestra reunión y asumir que se trataba de una cita.

Esperaba que no hubiese confusiones tras esto. Apenas libre el asunto de Becca y lo que menos quería era más mal entendidos con Stella.

Cuando me miró se acercó a la mesa donde la esperaba en una de las cafeterías más importantes del reino. De inmediato me saludo.

—Hola Dorian, creí que llegaría antes que tú.

—No tenía muchas ganas de estar en el castillo —conté, en parte era verdad—. ¿Sabes para que te pedí venir? —le pregunte con cortesía.

—El lío que tenemos en común —contestó con ternura.

—Así es —corrobore nervioso—. Sé que acordamos antes no mencionarlo o hacerlo lo menos posible, pero escucha, yo no quiero malos entendidos y es probable que ya lo sepas, tengo una relación con Stella y la quiero a largo plazo, así que…

—Nuestro “compromiso” negociado por nuestros padres es un problema y no quieres afectarme —interrumpió ella.

—Sí —contesté apenado—. De verdad quiero a Stella y tú eres una buena amiga, no me gustaría tener problemas contigo. ¿Te parece si buscamos una solución para romper el compromiso?

Vero no cambio su expresión angelical, parecía que esto ya lo veía venir, después solo colocó una mano en su mentón y pareció meditarlo.

—Mmm… no.

Me congelé al escucharla.

¡¿No?! ¿Por qué?

Una corriente recorrió mi cuerpo, yo no quería problemas… Sin embargo, de pronto su expresión cambió a una más alegre y entonces soltó una carcajada.

—¡Es broma! —dijo tratando de contener la risa—Debiste ver tu cara. Claro que sí. No tengo ningún inconveniente. Ninguno de los dos quiere este compromiso.

Suspire aliviado, jamás había visto a Vero tan bromista, pero me alegraba que lo tomará a bien.

—Cuida mucho a Stella —añadió—. Se nota que te quiere.

—Gracias.

—¿Te importa si tengo que irme? Yo también tengo mis asuntos.

—No hay ningún problema —contesté recuperándome.

—Nos vemos.

Me despedí de ella y la vi salir del lugar.

Al prestar especial atención a su bolso noté un regalo con moño azul. Recordé la pregunta que me hizo antes de salir de vacaciones, sobre gustos de los chicos, en especial de uno. Comprendí a que se refería al relacionar su vestimenta. También quería a alguien más.