—Un poco más por favor.
Nani, mi sirvienta personal me observó temerosa si debía o no opinar, pero al final, igualmente lo hizo.
—Pero su alteza, no es bueno que tomé tantas gotas.
Lo sabía, pero las necesitaba.
—Está bien, nada malo me pasará —contesté y le coloqué una mano enguantada para tranquilizarla—. Son naturales.
—Aun así…
—Por favor —insistí presionando un poco su mano.
No quería caer en el chantaje o en el autoritarismo, pero de verdad las necesitaba.
El doctor me había recetado gotas para los nervios. Conocía las indicaciones, no más de tres, pero ya no me hacían efecto. Necesitaba dosis más fuertes para resistir.
Faltaba poco, de verdad muy poco para que todo acabara.
En el próximo banquete, mi hermano vendría y al fin podía ver una luz de esperanza.
No me había callado y arriesgado tanto por nada, estaba muy cerca de tener las evidencias que tanto habíamos estado buscando.
—Aquí tiene —indicó Nani pasándome el vaso con agua y gotas de tranquilizante.
Le agradecí y lo bebí de una sola. Ahora, a esperar que hicieran efecto.
—¿Su alteza tomará pastillas también?
Miré las cajas de pastillas que otros médicos también me habían recetado con anterioridad hasta que dejaron de serme útiles y negué con la cabeza.
—Hoy no.
Después me levanté y me miré en el espejo. Otra vez había despertado con ojeras. Y como no, si me había costado horrores volver a dormir. Siendo más una esclava que una invitada en este palacio, me costaba conciliar el sueño o siquiera tener un momento de tranquilidad.
—Nani, agrega un poco más de maquillaje para ocultar estas ojeras —pedí y mi sirvienta se apresuró a tomar la maleta de maquillaje.
—¿Qué color desea usar hoy en los labios, alteza?
—Buena pregunta. Usaré el vestido amarillo, un tono parecido al de mis labios para que haga contraste.
Pero no escuché a mi sirvienta contestar. Al girarme encontré a Donovan en el umbral de mi habitación, él siempre era la razón por la que mis ayudantes y sirvientas dejarán de escucharme mientras estaba presente.
—¿Desea algo, su alteza? —pregunté tratando de ser amable, pero a estas alturas, a ninguno de los dos nos salía natural. Quizá desde nunca.
—Amarillo no, te queda horrible ese color —dijo él ignorando mi pregunta—. Un verde tal vez. Algo con lo que contrastes conmigo.
No respondí y miré a Nani. Le asentí con la cabeza, para que buscará algo del color que acababa de mencionar.
—¡No! —Detuvo de pronto a mi criada y ambas nos volvimos a verlo— Mejor un rosa, ese color le quedaba bastante bien cuando lo ocupo en la cafetería más famosa de la ciudad.
Un escalofrío me recorrió. Esos comentarios que parecieran sutiles o inocentes, eran demasiado crueles para mí. Sabía perfectamente a que se refería.
El cumpleaños de Dorian, hace tres años.
Mis manos comenzaron a temblar, pero hice lo posible por ocultarlo. En su lugar le pedí a Nani que obedeciera, pero no conforme, Donovan se adentró a mi cuarto y aprovechando que mi sirvienta nos daba la espalda buscando un vestido de ese color, él me tomó del mentón y me susurró con burla.
—Se acerca mi cumpleaños y no me he enterado que me prepares alguna sorpresa.
—De eso se tratan las sorpresas —respondí con desdén.
Me miró un poco más y me deposito un beso en la frente. Odiaba que hiciera eso, odiaba todo tipo de tacto con él.
—Que sea una que me agrade.
Dicho eso me soltó y salió de mi habitación. Solo entonces me deje caer sobre la silla más cercana.
—¡Su alteza!
—Estoy bien —le dije a Nani.
Lo que había bebido ya no estaba haciendo efecto.
—Su alteza, perdón que lo diga, pero no puede seguir así.
La mire y el miedo que sentía también se reflejaba en sus ojos. Yo tampoco lo soportaba, tener que vivir preocupada y preocupando a los demás.
Un poco más, me recordé. Falta muy poco.
Y con eso en mente me forcé a darle una sonrisa amable y tranquilizadora, o el intento de ello.
—Estaré bien —le dije—. Cosas mejores se acercan.
O eso esperaba.
Porque estaban por acabarse los tres años que vi en el futuro de Dorian.
#1807 en Novela romántica
#364 en Fantasía
#246 en Personajes sobrenaturales
romance, princesa realeza romance principe, enemytolovers romance odio amor
Editado: 12.08.2025