(En algún lugar de los bosques del Norte).
Uldor resultaba ser un antiguo hechicero caído en desgracias de un reino proveniente del Oeste, en el pasado grandes monarcas solía buscar su ayuda, pagando grandes tributos por sus servicios y consejos. Por cerca de 80 años fue conocido como Uldor el magnífico pero su buena fortuna acabo luego de verse implicado en un sinfín de acusaciones sobre utilizar antiguos hechizos prohibidos y magia oscura.
Gran parte de su vida la enfoco en el estudio de la antigua civilización de los Esperianos, seres parecidos a los humanos con la diferencia que podían dominar todo tipo de magia e incluso desarrollando tecnología avanzada eclipsando a las demás razas. El hechicero caído en desgracia había conseguido algunos artefactos de la mencionada civilización, luego de décadas investigación, experimentos y finalmente algunas muertes fue capturado por parte de los grandes monarcas y hechiceros de los territorios del Oeste.
Luego de verse acorralado con ayuda de sus escasos siervos huyo hacia los territorios del Norte. En medio de su investigación pasada dio con un antiguo pergamino revelando ciertas instalaciones pertenecientes de los antiguos Esperianos donde se convirtió en su nueva morada.
-¡Tráiganla!- ordeno Uldor.
En el pasado había sido un hombre con cierto atractivo pero ahora solo era un anciano decrepito, completamente calvo, con la mayoría de sus dientes perdidos, sus ojos eran de color azul apagado, sufría de gota en su pierna derecha y vestía ropas desgatadas por el paso del tiempo en compañía de sus siervos resultando ser jóvenes hechiceros deseosos de poder que les otorgara su maestro.
Sentando en su asiento junto a él, se encontraba un joven aprendiz resultando ser el escriba personal del hechicero.
-Hemos obtenido resultados fascinantes en el último año- comento el escriba a su maestro.
-No me sorprende… ella es una elfa con los ojos de esmeraldas- contesto Uldor.
Las diversas investigaciones realizadas e incluso entre las creencias de los elfos de los territorios del Norte, se habla sobre los bendecidos por la diosa del bosque a los niños o niñas de dicha raza donde desarrollaban ciertos dones que superaban a los usuarios de la magia sin importar su especie. En medio de su exploración por los bosques del Norte en el continente, se encontró con una aldea de elfos lanzando un rápido ataque y capturando a varios sujetos de pruebas pero la gran sorpresa de encontrarse con una niña elfa con los ojos de color esmeraldas.
Durante los últimos dos años había utilizado a cada adulto, infantes y ancianos en sus experimentos provocando la muerta de 50 elfos exceptuando por la joven elfa llamada Lyra.
-¡Hola, Lyra!- dijo Uldor viendo a dos de sus siervos traer a la joven. –Ella ha sobrevivido por dos años a mis experimentos y su voluntad de vivir sigue intacta- pensó.
Lyra resultaba estar en sus 13 años, extremadamente delgada por la falta de comida recibiendo solo algunas porciones, de un largo cabello rubio estaba completamente sucio por la falta de limpieza, su piel pálida por la falta de luz del sol y sus ojos esmeraldas apagados.
El anciano hechicero Uldor se quedo contemplado esa mirada vacía por parte de la joven elfa:
-Esta niña… es mi única esperanza para lograr conseguir mi inmortalidad y poder vengarme de aquellos que me arruinaron- pensó y mostrándose ansioso.
El plan de Uldor básicamente era conseguir la inmortalidad con ayuda de los antiguos artefactos Esperianos podría cumplir y en especial al contar con una joven elfa de ojos esmeraldas. Entre las creencias élficas los niños o niñas de dicha raza que eran bendecidos por esos ojos resultaban poseer un poder mágico innato capaz de romper las reglas establecidas por los mortales en torno a la magia e incluso abrir portales hacia otros mundos.
La joven elfa llamada Lyra resultaba ser mucho más de lo esperado resistiendo a continuas torturas en las maquinas, golpes de látigos, beber diversas pócimas e incluso ser expuestas a la radiación mágicas de los artefactos Esperianos.
-Sin duda eres una niña desagradecida…. Otros podría cometer ciertas fechorías y mis siervos tampoco han tenido la osadía en poner un dedo encima tuyo... donde fácilmente podrían ultrajarte- comento Uldor. –¿Sabes la razón?- pregunto.
-No…
-¡Solo es una niña tonta con un gran poder en su interior!- se dijo Uldor aclarando su voz antes de responder. –Mañana será el gran día y finalmente podre transmitir mi alma a tu cuerpo pero debo lograr despertar tus dones mágicos, por ultimo cobrare venganza contra esos hechiceros que me obligaron a exiliar…pequeña Lyra- tratando de percibir algún rastro de magia de la chica.
Lyra solo era una victima de las ambiciones de un anciano hechicero en el final de su vida, sediento de magia, venganza y burlar a la mismísima muerte.