Capítulo 9

De nuevo en la agencia Estrellas, termino de grabar unas escenas y miro para todos lados buscando a Selenia. No la he visto en días, no sé si es mejor o peor, tampoco es que pueda convencerla de que me regrese mi cuerpo. Rouge está aquí, así que me le acerco, luego de tomar un poco de mi botellita de agua. La dejo sobre una mesita, entonces procedo a hablarle.

—Me alegra que estés por aquí.

Se cruza de brazos.

—Aún no hay noticias de Ginji —aclara serio.

—Ojalá pudiera hacer más —expreso nervioso—. Pero valoro tu ayuda, quiero decir, él valora tu ayuda.

—Sí, como sea —exclama molesto al rodar los ojos, entonces se retira.

Lástima, su amor por mi nuevo yo se murió muy rápido, supongo que no quiere traicionar a sus sentimientos, pero hubiera sido de gran ayuda ese entusiasmo que tiene por mi verdadero yo. No es que quiera abusar de ello, sin embargo siendo Ginji me ayudaba más. Ojalá me creyera, Rouge no es malhumorado cuando se encuentra conmigo. 

No puedo creer estar extrañando eso.

—¿Pero qué tenemos aquí? A la que no le interesa el mundo del espectáculo. —Escucho detrás a Talk y me giro—. ¿Por qué nunca me dijiste que eres la prima de Ginniska? ¿Me tengo que enterar por terceros? —Enarca una ceja.

—¿Y yo por qué tengo que darte explicaciones? —Lo miro confundido.

—Gini… —Se acerca a mi rostro y me sobresalto—. Sé que esta relación no es algo serio, pero pensé que estábamos progresando y al menos éramos amigos. —Se lo piensa—. Con beneficios, pero es lo mismo.

Quedo petrificado.

—¿Relación? ¿Amigos con beneficios? Eso no hay entre nosotros, lo lamento.

—Qué graciosa eres. —Se ríe y me toca un segundo la nariz—. No hagas esos chistes bobos. —Se acaricia el cabello—. Permiso, tengo que ir a firmar autógrafos. —Se gira para retirarse.

Me mantengo en el lugar, mirando cómo se va.

¡¿Pero qué está pasando?!

Intento procesar y recordar. Es cierto, desperté en su casa. Ojalá supiera por qué. O sea, ¿por qué justo tenía que ser el departamento de mi némesis? Esa Selenia debe odiarme. Estoy sufriendo. Ni siquiera sé cómo es que este cuerpo tiene una relación o algo parecido con Talk.

¡Alguien despiérteme de esta pesadilla!

            ¿Quién en su sano juicio sueña con estar en una relación con su rival? Sé que algunos artistas lo intentan y otros no se caen muy bien, ¡pero lo hacen para obtener más seguidores y hay un contrato de por medio! Esto se vuelve cada vez más absurdo.

Además si todavía tengo fans, saben que no me interesa estar con nadie, yo solo me desvivo por mi carrera y nada más.

Cierto, otra vez olvidé que no estoy en mi cuerpo.

Ya no sé qué hacer, moriré.

Toco mi bolsillo y me doy cuenta que tengo algo, lo saco de allí, entonces me percato de que son entradas para el cine. Qué asco, es una película de Talk. No, mierda, las puso a propósito mientras hablábamos. Si ese tipo piensa que voy a ir al cine con él, está muy equivocado. Menos a verlo en una pantalla, ver dos Talk a la vez, no gracias.

Le diré a Rouge y él se deshará de esa estupidez.

Me dirijo a buscarlo y cuando voy a tocar la puerta de su oficina, me detengo, al quedarme pensativo.

«¿Siempre dependo tanto de Rouge?», no me había dado cuenta.

            La puerta se abre y me sobresalto, dejando de pensar tanto, entonces él enarca una ceja al verme.

            —¿Qué pasa? —pregunta.

            Balbuceo.

            —Eh… yo… yo…

            —¿Me estás invitando a ir al cine? —exclama extrañado al ver las entradas.

            —Eh, no, sí, no, lo que quiero decir es… —Se apaga la luz de repente y grito—. ¡Ay!

            Adiós a mi tranquilidad, murió con mi escepticismo.

            Mis padres no están aquí para decirme cómo comportarme, si quiero gritar grito y punto final.

            —¿Podrías soltarme? —aclara Rouge, entonces me alejo.

            —Perdón, siento que algo raro está pasando.

            —Qué bueno que ya no seguiste el chiste de que eras Ginji, porque no te pareces nada a él, él es escéptico y calmado, tú por otra parte…

            Punzada directa al corazón.  

            —Auch —me quejo interrumpiéndolo—. Eso dolió.

            —¿Por qué dolió?

            —Eh, digo, sí, qué bueno que el chiste no funcionó, vamos a ver si el personal logra encender las luces.

            ¿De verdad estaré cambiando mi forma de ser? ¿Y si es magia también? No lo comprendo, ojalá termine esta pesadilla, tengo que estar en un sueño mal contado. Eso debería tener más sentido para mí, pero por alguna razón ya no pienso así. Lo sobrenatural, por extraño que parezca, cada vez parece más lógico.