Kailam
Al llegar a casa, tengo una sonrisa de oreja a oreja; primer beso de mi hijo, y pensándolo bien es todo un galán, Alaska está dando vueltas reconoce mi alegría, no tengo ganas de cocinar, pero tengo hambre, mucha diría yo, así que toco pedir domicilio; pido algo que me recuerda a mi madre "Fish and chips" que es básicamente frituras de pescado, papas fritas y un poco de salsa tártara.
En qué momento me comí todo, no sé, pero estoy feliz hoy conocí a mi hijo y le salve la vida a mi hija, con ese pensamiento caigo en brazos de Morfeo.
Despierto porque están tocando fuerte, y Alaska esta ladrando como loca, miro el reloj y son las 11 de la mañana y mi teléfono tiene 20 llamadas perdidas de un numero que no conozco, me levanto y me miro en el espejo y medio me arreglo salgo para la puerta
- Kailam abre la puerta que pasa – la voz de Octavio me sobresalta y abro la puerta de golpe –
- Octavio que te pasa, porque llegas a mi casa así – esta agitado, como si hubiera estado corriendo-
- He estado llamándote, y como no contestabas me preocupe – se me había olvidado mis fachas –
- Ahh, adelante, anoche después de comer algo me dio mucho sueño – me está mirando mucho –
- Pensé que te había pasado algo – tiene la mirada dulcificada-
- Gracias por preocuparte... eee me voy a cambiar, ya vuelvo
Me mira y asiente, me apresuro a bañarme y cambiarme de rapidez, cuando vuelvo está mirando mis fotos
- Que haces Octavio – me voltea a mirar-
- Viendo tus fotos, muy lindas, por cierto
- Gracias, para que viniste – se sienta como dueño y señor –
- Ya te dije me preocupé- y doña Alaska está moviéndole la cola –
- Aja, tengo cosas que hacer Octavio, ya como ves estoy bien
- Eso veo kailam, Rafael quiere hablar contigo – se levanta y camina hacia la puerta –
- ¿Como así Octavio? – me ignora y sale de la casa- hey te estoy hablando
- Me echaste de tu casa de una forma educada y me voy, yo entiendo mujer – me salió digno el hombre-
- Bueno si Octavio, el trato que habrá entre nosotros será por los niños, nada más- endureció su mirada-
- ¡¡Quien está diciendo lo contrario!! Las llamadas no eran mías, Rafael me pidió el teléfono para llamarte y se preocupó porque no contestabas – está muy molesto – contenta
- Octavio ... - se aleja y monta en su carro –
- La próxima llamada que recibas va a ser Rafael, no yo – se va dejando con una culpa-
Si lo admito lo eche de forma educada, no me gusta su cercanía, me porte con una boba pensando cosas que no son, y si efectivamente a los minutos recibo una llamada del teléfono de Octavio; pero escucho la dulce de voz de Rafael, me dice que me invita a un almuerzo en su casa mañana
Me quedo en shock, jamás pensé que era para una invitación y si, se cuándo la embarré por no decir otra cosa.
Como nunca esa mañana me levanté super temprano, la verdad no dormí mucho, estoy algo estresada por la invitación de Rafael; me arreglo lo mejor posible, me coloco un vestido floreado, me dejo el cabello suelto, mis zapatos bajos y me maquillo un poco. En este momento caigo en cuenta que no se llegar, estoy casi llamando a Octavio o a Sofia, cuando tocan la puerta al abrir me doy de cara con Octavio
- Buenos días Kailam - no me mira –
- Buenos días Octavio adelante
- No te preocupes, vine para llevarte al almuerzo, yo espero afuera
- Entra necesito conversar contigo – ahora si me mira –
- Dime – está de pie, la traidora de Alaska está feliz de verlo-
- Ayer me comporte muy infantil al echarte pues de mi casa, me disculpo Octavio a veces se me suele ir la lengua – y le entrego un dulce-
- Disculpada, ahora vamos – volvió a sonreír y yo descanse –
- Pero comete el dulce, así se que estoy disculpada – niega con la cabeza y se come el dulce –
- Eres un caso kailam
Estoy en paz, espero que todo sea como me lo imagino y pasemos un buen almuerzo.