La solicitud que nos unió

11

 

Sentimientos encontrados

 

Después de releerlo muchas veces, lo único que se me ocurrió fue llamar a Andrea. 

—¡Más te vale que sea importante! porque estoy con mi programa favorito. 

—Es Red, el me… escribió. 

—Ajá. ¿Y ahora que dice?— pregunta de mala gana.  

—Que… quiere ser amigo. 

—¿Enserio? Detallalo. 

—Me escribió ¿"quieres ser mi amiga mi amiga de verdad"? 

—Ah bueno. Entonces no te ha dicho que quiere ser tu amigo. 

—Eso significa ¿no?

—¿Y si es otro tipo de experimento?

—No. No lo creo. 

—Tu le preguntaste eso mismo ¿no? 

—Si. 

—Y no respondió. 

—Pues no. 

—Has lo mismo. No le respondas. No hasta otro día.

—¿Crees que sea lo correcto?

—Claro chica.

—Si tú lo dices. 

—Pero hoy en serio hazme caso. 

—Claro—Digo sin ánimos. Tal ves no debí decirle a Andrea. 

¿Que no tienes dignidad?

Si. Si tiene razón no debo mostrarme tan necesitada de su amistad. 

Aunque si lo esté. 

Mi conciencia está un poco extraña hoy. 

Cerrando mi computadora caigo en un sueño profundo. 

*****

—Amaneciste de buen humor hoy— exclama mamá cuando me ve que he preparado un buen desayuno. 

—Madre, yo siempre estoy de bueno humor— digo pniendo los ojos en blanco. 

—Si tú lo dices— rie burlándose. 

Papá como siempre tiene turno de noche y no vendrá hasta las 8:00 a.m. cuando ninguna de las dos este aquí. 

—¿Qué tal todo en el asilo? 

—Pues bien. Los ancianos aún siguen ahí y hay mucho que hacer. 

—Un día que no tenga mucho que hacer, te acompañare— promete. 

—Genial— digo sonriendo. 

Después de desayunar voy hacia el lavaplatos y lo lavo mi plato, después cepillo mis dientes y voy a esperar el autobús. 

En cuanto subo Andrea inspecciona todo mi ser. 

—¿Y bien? —Pregunta. 

—Hola ¿cómo estás? —Ironizo. 

—La pregunta es ¿cómo estás tú? 

—Muy bien, podría decir. Comí desayuno y aquí voy esperando que sea un buen día. 

—Estás feliz ¿no es cierto? 

—¿Tu no? —Bromeo. 

—Solo no te iluciones por favor —Súplica. 

Esas palabras arruinaron mi estado de ánimo. Después de todo ella tiene razón y siempre la tiene. 

Aceptemoslo. 

Cómo puede ser que por un mensaje que ni he respondido me sienta feliz. 

Estúpida bipolaridad. 

Durante el día de clases me obligo a no pensar en eso y enfocarme en las metas propuestas. En los recesos solo hablé con Andrea de algunas tareas pendientes agradecí que no tocará el tema nuevamente. Por lo menos ella si respeta mi espacio de silencio. 

Hasta que nuevamente otra vez en casa. Es este lugar el que hace que me sienta solitaria, mis ánimos están bajo cero y no me apetece nada más que tumbarme en mi  cama. 

A veces quisiera no ser la típica chica cliché solitaria, la que tiene una buena vida por que sus padres son profesionales hay veces que solo necesito de ellos. Para no sentirme sola y no apegarme a otras cosas para olvidar que estoy sola. 

Lágrimas gruesa bajan desde mis ojos perdiéndose entre mi pecho. 

Encendiendo mi celular y voy directo a la play store y descargo la aplicación de facebook. 

Así nuevamente caigo en mi pasatiempo favorito. 

Anciosa reviso todo lo que me he perdido los últimos días pero no hay ninguna novedad. 

Y mis dedos pican por ir al perfil de Red. Pero me obligo a que no es buena idea. 

Y gracias a Dios no caigo en la tentación. 

Por el momento. 

Sigo deslizando pero vuelven a aparecer las publicaciones que ya ví y eso hace que me aburra. 

Entonces prefiero salir y volver a tumbarme y así caigo en el mundo de los sueños. 




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