No se sucedió nada en los primeros tres segundos, ¡luego la cripta comenzó a temblar y a derrumbarse sobre ellos!.
-¡Afuera! – gritó Cai.
Todos corrieron a la entrada. La primera en salir fue Diana seguida de su hermano quien la había ayudado; Cai subió y ayudó a Kháli y a Jim. Billmorzei salió solo y con toda tranquilidad.
Jim se apresuró a desatar a Daphni, pues los temblores los sacudían de un lado a otro. Jadeando y asustados se alejaron de la cripta mientras ésta se desmoronaba. Una nube de polvo comenzó a ascender de las ruinas y todo se quedó en silencio.
Kháli temblaba de los nervios y el enojo. -¡Les dije que no debí tomarlo!
Billmorzei se veía como alguien que escapaba de desastres todos los días. -Bien, ya no importa, salimos. Ahora dámelo.
Ella apartó el libro bruscamente. -Llévanos con el Peón primero, – exigió.
-¿Con el Peón?, – preguntó Reff - ¿De eso se trata? ¿Él nos llevará?
-Sí, dice poder viajar entre escaques, nos ahorrará el problema de ir en avión. Pero no te daré el libro hasta que nos lleves con él. – añadió dirigiéndose a Billmorzei.
-¿Y qué quieres hacer?, – preguntó éste - ¿Aparecer frente a él y decirle que es un Guerrero perteneciente a un ejército antiguo y que es su deber acompañarlos a la muerte? ¡Ja!
-Tal vez ya lo sabe…
-No creo que sepa mucho de nada. Se veía como un chico muy tonto, no sé cómo algún día llegará a ser Rey.
Todos se quedaron en silencio.
-¿El Peón que estamos buscando es el Rey?...
-Futuro Rey, – corrigió.– Me sorprende que no lo supieran.
-¿Y sabes qué será mi hermana?, – Reff señaló a Diana.
-¿Tampoco saben eso? Ella es un Peón doctor, está destinada a ser Reina… si llega a sobrevivir.
Todos giraron a ver a Diana con asombro, ella se removió incómoda y bajó la vista avergonzada.
Billmorzei aprovechó el momento de distracción para intentar quitarle el libro a Kháli, pero ella fue más rápida y se apartó.
-¡Te lo daré cuando nos lleves con el Peón! - repitió enojada, – en lugar de perder el tiempo ¿Por qué no cumples con tu palabra?
Billmorzei. -No puedo, tienen compañía.
Confundidos, los Peones se miraron unos a otros.
-¡Por allá! – Cai señaló a un grupo de personas que estaban a alguna distancia de ellos y comenzaron a aparecer entre los mausoleos.
-¡Los de nariz cubierta! – Kháli no podía creer lo que estaba viendo - ¿Cómo puede ser? ¡Ellos se fueron antes que nosotros!
-Han estado aquí desde hace rato. – Billmorzei caminó alejándose de los Peones. – Supongo que el derrumbe de la cripta llamó su atención. Les sugiero que se escondan.
-¿Escondernos? – preguntó Jim encolerizado - ¡Podemos contra ellos! ¡Estoy seguro!
-No. – el tono de Cai era autoritario. – Son más de una docena ¿Puedes enfrentar tú sólo a varios de ellos? Ni siquiera has intentado montar tu caballo.
Jim no daba su brazo a torcer. Kháli creía que su espada y caballo incrementaban la confianza que tenía en sí mismo. -¡Ya estoy cansado de siempre escondernos!
-Pelearemos para la próxima, Jim, - le aseguró ella tratando de presionarlos para moverse - ¡Ahora debemos escondernos, rápido!
-Vamos a ese mausoleo, – Cai señaló a uno cerca.
-No cabremos, será mejor que nos separemos… ve tú con Diana. – Kháli no le dio tiempo a Cai para discutir empujándolo en la dirección del mausoleo que había señalado. – Jim, tú ve con Daphni en esa dirección, – apuntó a su derecha. – Si no puedes ocultar a Daphni, ocúltate tú, no sospecharán de una potra.
Kháli tomó a Reff de la mano y corrió hacia un monumento en forma de mujer con cuerpo de león, era lo suficientemente grande para ocultarlos. Subieron de manera que podían ver sin ser vistos.
Escucharon unos pasos cerca y una cabeza se asomó a su campo de vista. Era uno de los hombres de nariz cubierta, estaba justo debajo de ellos, buscando. Como si sintiera que alguien lo observaba, levantó la vista y pudo divisarlos. Estaba a punto de gritar, pero Reff lanzó una maceta sobre su cabeza que se rompió al hacer contacto dejándolo caer inconsciente.
La maceta, Kháli se dio cuenta, era la que Bill había colocado ahí antes de que entraran a la cripta. La mascarilla que tenía el hombre en la nariz se desprendió cuando este tocó el suelo. Kháli y Reff dieron un grito ahogado pues la nariz del sujeto estaba al revés.
-¿Oyeron eso?, – preguntó alguien desde lejos. – sonó algo quebrándose.
-Sí, vino de ahí, – respondió alguien más. - ¿Telfo, qué sucede?
-¿Qué hacemos?, – preguntó Reff.
El corazón de Kháli se le aceleró aún más al escuchar los pasos del grupo corriendo hacia donde estaban. ¿Qué hacer? Se preguntó con urgencia. Las pisadas sonaban más cerca. Intentó pensar en alguna palabra que los ayudara. Sentía su mente en blanco.