Cuando Zephyr tenía 7 años, ya llevaba un par de años en la academia local de música desde muy pequeño desarrolló sensibilidad hacia la música y se destacó por ello desde los 4 años, siempre andaba por allí buscando oír el sonido que generaban las cosas a su alrededor, los pájaros, el viento, los autos en la calle, hasta el sonido que hacía su madre al estar en la cocina, solía repetir lo que escuchaba a través de sus manos sobre cualquier superficie. Aquella acciones llamaron la atención de padre y decidió enseñarlo a tocar el piano, con tan solo 4 años y cuando iban a visitar a sus abuelos en Oslo, su abuelo pasaba tardes con él enseñándole todo cuanto podía entender, de noruego y de teoría musical, con los años se le fue haciendo cada vez más fácil entenderlo y en cuanto a la teoría musical, la cual le aburría, también la aprendió, pero sentía que no la necesitaba, porque cuando se sentaba a tocar piano, su mundo se expandía y penetraba en una dimensión paralela, en la que solo existían las notas, el ritmo y el sentimiento que deseara transmitir, definitivamente era un prodigio de la música y eso haría que se destacara, como persona integral, también le permitiría viajar y alejarse de sus problemas, su hermana también había heredado esa característica y eso mantendría a su padre vivo, con cada nota.
Cuando Aaron tenía 6, su madre lo inscribió en la academia porque no deseaba que su hijo se convirtiera en un adicto al televisor como su padre, quien solo charlaba con los partidos de futbol o los comentaristas de los canales en transmisión. Ella no permitiría ese hecho, tampoco quería sentirse más culpable de lo que lo hacía por no participar en su infancia más que un par de horas al día, la dura elección entre estar con sus seres amados o hacer lo que amaba, le costaría muchos sacrificios que marcarían la vida de Aaron, como su ausencia en su graduación de secundaria y muchas otras reuniones importantes, luego se adaptaría a su ausencia. Así que cuando ingresó a la academia, su madre le había sugerido que aprendiera a tocar la guitarra, lo cual haría un par de años después, pero en ese momento, se había propuesto un reto a sí mismo y también quería algo que le fuera difícil para poder impresionar a su madre. Escogió el violonchelo, era un instrumento grande y pesado y él era un niño bajo y delgado, su cabello dorado y largo siempre le estaba tapando los ojos y esa corta edad ya usaba anteojos, era un niño tierno y divertido, siempre trataba de llamar la atención de todos, así que se concentró tanto en tocar su enorme violonchelo, porque sobretodo eso haría que su madre se quedara as tiempo en casa, con el tiempo fue el sonido el que llenaba su ausencia, aunque no su impulsividad. Mediante se iba dedicando a entender ese instrumento comenzó a ganar disciplina y practicaba con más fuerza cada vez que su madre no le prestaba atención, ni hablar de su padre.
Su dedicación lo llevó a ascender rápidamente de nivel y sobresalir ante otros chicos, eso hizo que los profesores lo dejaran participar en el recital de navidad, como uno de los alumnos más destacados del primer año y como era costumbre, eso significaba que debía tocar con otro niño, uno más avanzado, fue entonces cuando el profesor Sharp de teoría y solfeo, consideró que debía tocar con un chico bastante serio llamado Zephyr, había previsto que la disciplina y técnica que aplicaba Zephyr al desempeñarse con el piano, ayudaría a Aaron a tener un nivel mayor de concentración y podría aprender a controlar sus impulsos, ya que s nuevo compañero era perfeccionista y así fue, al principio algo difícil para ambos al ser unos niños, Zephyr al ser tranquilo y obstinado no entendía el por qué Aaron quería llamar la atención de todos con cada cosa que aprendía y el rubio no comprendía como un niño podía ser tan obstinado a esa edad.
Con los años descubrieron que serían grandes amigos por todas las cosas en común que compartían, y las que compartirían también. En cuanto Zephyr supo sobre los sueños de Aaron, conociendo a lo que se dedicaba su padre realmente, formó una amistad fuerte con él, luego tuvo la suficiente confianza en él para querer que fuera su mano derecha en el los oscuros, el sería definitivamente la fuerza, a sus 14 años había crecido lo suficiente para superar su estatura y él era ya bastante alto, también había crecido su musculatura y no por el hecho de tener años tocando el violonchelo, sino por ser atlético y ágil, considerando el hecho de que nunca dejó de ser impulsivo y valiente, aunque ya no le interesase ser el centro de atención. Entonces le solicitó al señor Tennfjiord, rey del clan mørkt van, el ingreso de un nuevo miembro, tras acceder a las pruebas de conocimiento y lealtad, se convirtieron en mano derecha, Aaron la fuerza y Zephyr la mente, habían jurado permanecer como uno hasta la caída del otro, serían uno desde entonces y debían actuar como una sola energía. Adentrarse en el mundo de lo oculto fue algo que cambió la vida de Aaron por completo, adaptarse al conocimiento de que todo lo que había creído ser fantasía, era ahora una realidad.
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Editado: 16.07.2018