Ya era de noche y todo parecía tan tranquilo para Sharon y su familia. Ryan, su novia y todos los vecinos estaban reunidos en la casa de Andrea.
—Ya estoy cansada —dijo Andrea—, ¿cuánto tiempo seguiremos con esto?
—Aquí se va a hacer lo que yo diga y nadie va a decir nada más —dijo Ryan—, ¿oyeron? Aquí no se hace lo que ustedes quieran, sino seguiré aquí molestándolos, tenemos un plan, apéguense a ello.
—Yo no quiero participar en esto— dijo Lorraine.
—Entonces vete, pero si te atreves a meterte, me las pagarás.
—Lo haré, pero no le hagan nada a mi hija.
Lorraine se fue, pero realmente le daba miedo que le hicieran algo, desde el principio no estuvo de acuerdo con ese plan, sin embargo no podía hacer nada porque los demás sí lo querían llevar a cabo.
—Muy bien, repasemos el plan... Todos vamos a llamar la atención de los demás vecinos con Sharon, ellos tienen que notar que ella está aquí, cuando se den cuenta, todos deben firmar para que la calle sea remodelada, todo lo que conocían va a desaparecer y yo también, ¿alguna pregunta?
—Sí —dijo Fernanda—, ¿cuánto tiempo llevará eso?
—Si seguimos el plan al pie de la letra a lo mucho en dos meses.
—¿Y por qué no la asesinamos?
—Porque no habría ninguna prueba, necesitamos este plan, es bastante sencillo y así, la escuela y nosotros podremos irnos de este lugar.
—No estaríamos aquí si no fuera por ti.
Ryan se paró y ahorcó a Fernanda.
—Voy a matarlos las veces que sean necesarias, no necesito gente inútil.
—Amor —dijo Nicole—, déjala, vas a matarla.
Ryan soltó a Fernanda tirándola al suelo. Fernanda trató de recuperar el aliento. Todos los que conocían realmente a Ryan le temían y sabían que hacerlo enojar era una mala idea.
—Creí que todos estaban de acuerdo con este plan, pero si lo prefieren lo olvidamos y todo sigue igual.
—No le hagas caso a Fernanda —dijo Andrea—, solo está un poco estresada porque quiere que esto termine cuanto antes, todos te apoyamos.
—Perfecto, entonces procedamos con el plan.
••••
Ya todos dormían. No había ningún ruido alrededor. Parecía una noche tranquila.
Sharon estaba en su cama durmiendo plácidamente. En sus sueños estaba sentada en el pasto viendo el atardecer cuando de pronto volteó y vio a su ex esposo a su lado.
—¿No es una hermosa vista?
—Sharon, debes irte, ese lugar no es seguro, llévate a los niños, huye antes de que sea tarde.
—No entiendo, ¿por qué me iría? A penas llegué, no va a pasar nada malo. Lo único malo que pasó fue que me abandonaste, prometiste que nunca te ibas a ir y ese día... Solo te fuiste y lo último que supe de ti es que estabas muerto.
—Siento haberles hecho daño, yo realmente los amaba, pero hice algo malo y querían verme muerto, me alejé para que no les pasara nada, mi intención nunca fue abandonarlos, por favor créeme.
—¿Pero quién quería hacerte algo? No entiendo, por favor explícame, ellos preguntan por ti y yo no sé qué decirles.
—Siempre has sido buena madre Sharon, pero, no me queda tiempo, por favor huye con los niños, yo después responderé todas tus preguntas, ahora debo irme.
Francisco se acostó boca abajo y abrazó su almohada. Durmiendo vio a Megan de espaldas. La agarró del hombro y la volteó. Megan tenía un vestido rosa rasgado de las piernas y estaba manchada de sangre de la cara.
—¡Hermana! ¿Quién te hizo eso! ¿Estás herida?
—No... Convence a mami de irnos, es peligroso estar aquí, ellos no son lo que creemos, por favor créeme.
—Pero Megan, no entiendo, ¿quién nos haría daño? ¿El huérfano de la escuela?
—No, de hecho él quiere ayudarnos, por favor créeme.
Empezó a escurrir sangre del cuerpo de Megan. Francisco despertó de golpe y abrazó a Megan en su cama.
>>Mami dice que estás muy grande para dormir en mi cama.
—Solo hoy.
—Está bien.
Francisco abrazó fuertemente a Megan. Para él, ella era más que solo su hermana, la veía como alguien que debía proteger sin importar qué.