Desde que el viaje de la I-245 inició en medio de los sistemas que tenía a su cargo, nada de lo que había pasado en los límites de los territorios de la Federación podía considerarse excesivamente extraño. Siendo las mayores incidencias los ataques lanzados por las flotas piratas que abundaban por allí.
Pocas fueron las ocasiones en las que el capitán se había visto obligado a tratar con estos problemas en persona y mucho menores fueron las situaciones que le representaron alguna especie de dificultad. Nada de lo que había ocurrido a lo largo de aquel tiempo había sido tan grave como para informar directamente al comando central. Y mucho menos como para que algún oficial de alto rango de la Federación se comunicara con ellos. Pero…
En aquel momento el capitán se encontraba sentado en su silla, leyendo los informes que le habían enviado los grupos de mantenimiento y de ingeniería a los que les había ordenado, por medio de Nemo, que revisaran el estado de los elevadores.
Habían tardado algunas horas en confirmar que únicamente el elevador que él había usado tenía un desperfecto, para luego repararlo. Pero, además, conociendo su manera de ser, enviaron también reportes sobre el estado general de aquellos elevadores que, a pesar de estar en buen estado, poseían piezas que dentro de algún tiempo podría ser necesario reemplazar.
Nemo, del mismo modo, le había entregado su propio reporte, pero además de los sistemas de transporte. Y, al ir leyéndolos en paralelo, el capitán notó que las diferencias que entre el suyo y los demás, eran casi inexistentes, por lo que supo que en verdad habían hecho un excelente trabajo.
Su primer oficial, por su parte, se encontraba a su costado, haciendo las revisiones del caso de los sistemas que eran operados por los tripulantes que cubrían ese turno en el puente de la nave.
- Nemo, por favor, asegúrate de que tanto tu informe como el de los equipos de mantenimiento e ingeniería sean almacenados en la base de datos generales de la Colonia. Y ya sabes que lo quiero impreso en papel para mis registros personales, asegúrate de que alguien lo lleve a mi cuarto cuando me retire de este turno.
- Por supuesto. ¿Debo indicar algo a los equipos que envió a la revisión?
- Tan solo que de que no dejen de informar si encuentran cualquier desperfecto. Y diles que han hecho un buen trabajo.
- De acuerdo señor. Eso alegrará mucho a los muchachos.
Inmediatamente después de eso, el capitán comenzó a leer los últimos informes que enviaron los ingenieros encargados de la revisión del blindaje exterior de la nave.
Si no mal recordaba, algunos días atrás, habían impactado con lo parecían ser algunos escombros o basura de la cual no conocían su origen. Para entonces ya deberían haber descubierto la ubicación exacta del golpe y el tipo de daño que se había producido, el cual no debería ser más que unos cuantos rasguños. Y así parecía ser.
Los daños que se daban a conocer en aquel informe no pasaban de todo lo que se podía esperar. Simples rasguños en el lado sur de la nave. Estos ya se habían sido reparados. Pero, por otro lado, la naturaleza del objeto que había impactado contra ellos no era del todo clara.
Si bien, dentro del informe, se especulaba que se trataría de basura espacial o incluso de alguna clase de antiguo satélite fuera de curso, se dejaba bien en claro que, en realidad, el origen del objeto en sí mismo no era algo que se pudiera determinar. Y eso fue algo que, al capitán, le parecía un tanto raro. Sobre todo, después de repasar el tipo de daño que se había infligido en la coraza. Este no era de mayor importancia, pero destacaba de cualquier otro debido a la marca que había dejado. Un pequeñísimo cráter había quedado del golpe y, lo que era aún más extraño, según lo que leía, había incluso rastros de radiación. E iba a ordenar que se hiciera una nueva investigación, con el propósito de esclarecer todo sobre lo que sea que hubiera impactado con su nave, cuando lo interrumpieron.
- Señor, disculpe por la interrupción, pero hay algo que necesita ver.
- ¿Qué es Artur?
- Hay una solicitud de contacto proveniente de una frecuencia del Comando Central de la Federación.
El capitán se sorprendió inmediatamente, teniendo en cuenta de que eso jamás había pasado en ese tiempo, algo particular debía estar ocurriendo.
- Está bien. Conécteme. A ver de qué se trata…
- De inmediato Capitán.
Fue así que el Primer oficial hizo una señal a uno de los tripulantes, y este a su vez, en su puesto, manipuló su pantalla, provocando que frente al capitán se proyectara la pantalla holográfica de las comunicaciones, completamente en negro, esperando por que la conexión se concretara.
Y al cabo de algunos segundos, en aquella pantalla de dejó ver el rostro de una hombre, con un uniforme muy similar al del capitán, y una apariencia que denotaba una edad sumamente avanzada, pero no tanta como la del capitán.
- Buenos días, Capitán Herrera. Soy el subcomandante general de la Tercera Flota Mayor de la Federación, George Gattas.
- Muy buenos días, Señor. Es un honor hablar con usted. ¿A qué se debe esta conexión?
- Hay cierto asunto del que necesito hablar con usted… Últimamente hemos estado recibiendo ciertos reportes de avistamientos un tanto extraños a lo largo de la frontera que tanto usted como los demás capitanes custodian. Estos informes hacen referencias a naves de pequeño y mediano tamaño que se mueven a grandes velocidades entre nuestros territorios y los de Ndare.