Me detengo ante la escena.
Es lunes por la mañana. Un día y horario de mierda. Lo sé. Voy de lo más dormida y estoy muy segura de que solo me funcionan tres neuronas.
Sin embargo, todos mis sentidos se ponen en alerta cuando veo a Cameron hablando con una chica. Una chica que no es mi hermana.
Por no agregarle que estaban apoyados en los casilleros y Cameron está por poco encima de ella, quien se ríe por cada estupidez que sale de la boca del otro.
Esto es lo que estaba y estoy intentando prevenir.
Acorto la distancia rápidamente y le toco el hombro a Cameron. Voltea y parece sorprendido de verme. ¿Qué piensa? ¿Qué hay un campo de magia que lo vuelve invisible?
—¿Juliette?
—La mismísima —sonrío sin enseñarle mis dientes.
—¿Dónde está mi hermana? —interrogo sin rodeos. Se rasca la nuca nervioso.
—¿Qué sucede aquí?
Bufo.
—¿Y a ti quién te manda a llamar? —le pregunto a Hunter cuando se acerca a nosotros con su mochila colgada al hombro.
Ni siquiera me mira. Se fija en su hermano y parece ignorar el hecho de que hay una chica roja de la vergüenza junto a él.
—¿Qué te está haciendo la loca? —inquiere refiriéndose a mi.
—Nada —intervengo—. Solo preguntaba por mi hermana. Ya sabes, su novia.
—Juliette, solo estaba pidiéndole a María ayuda con la tarea de álgebra.
Entrecierro mis ojos a María. Ella asiente rápidamente con la cabeza.
—Vete —ordena Hunter y la chica se va casi corriendo.
—¿Mi hermana y tú siguen juntos? ¿No la dejaste por Maria?
—No, no la dejé por nadie. Seguimos juntos.
Bufo. Suficiente por ese intento. Volteo y me dirijo a mi clase, hoy toca la única que comparto con Hunter.
Entro al salón casi lleno. Sonrío al ver que Derek tiene un lugar vacío a su lado y me hace señas con la mano para que me acerque.
—Hola —saludo con una sonrisa y desordeno su cabello.
Segundos después suena el timbre y mas alumnos comienzan a entrar. Entre ellos, Hunter y Tanner.
Sonrojarme es inevitable cuando lo veo. El viernes nos besamos y desde ese día no lo he visto, ni hablado con él. Parece buscar algo con la mirada. Se topa con la mía y cuando estaba a punto de bajarla, me sonríe y agita una mano en mi dirección.
Hunter, se gira a verlo y frunce el ceño al ver que yo también le devuelvo el saludo. No parece importarle mucho porque se gira y se sienta.
El profesor de sociología hace su aparición y todos guardan silencio. Otra clase más.
No tardo mucho en dormirme.
***
Un golpe seco contra el pupitre de madera me sobresalta y alzo mi mirada. Tengo ganas de meterme en un pozo cuando noto al profesor de sociología mirándome con una ceja alzada. Sostiene un gran libro de pasta dura en la mano. Apuesto que me despertó con eso.
—Williams.
—Uh...—murmuro y me quedo en silencio. ¿Qué voy a decirle? ¿Qué estaba meditando sobre Marx con los ojos cerrados?
—Detención —sentencia con una mirada severa—. Después de clases —completa.
—No puede hacerme eso... Tengo entrenamiento —hablo intentando escapar de esto.
—¿Quiere agregarle una hora más?
—Pero... —pienso mi respuesta—. No.
Asiente y vuelve a dar clase.
Genial. Mi lunes no puede ir mejor. Ahora tengo detención. No piso ese salón hace un año. Estaba haciendo un buen trabajo manteniéndome lejos de los problemas.
El timbre suena y me apresuro a salir del salón.
Tenemos un receso de diez minutos antes de entrar a la próxima clase que es Matemáticas. ¿Más genial? No.
—¿Por qué esa cara Julie? —inquiere Cara al acercarse a mi cuando estoy abriendo mi casillero. No la vi durante todo el fin de semana, sin embargo ya le puse al tanto sobre lo que hizo Summer y el beso con Tanner por teléfono.
—Detención —suspiro. Ella se ríe.
—No te rías de mi desgracia —bufo.
—Nah, me río contigo —responde y busca entre los cuadernos que trae en su brazo derecho un papel, me lo extiende. Niego con la cabeza divertida al ver que ea un papel de detención—. Parece que hemos sincronizado para hacer enojar a nuestros profesores en el primer periodo..
Me río y asiento. Por lo menos no lo pasaría sola.
—Eres lo mejor —murmuro.
Espero un comentario como "Ya lo sé" de su parti, pero en vez de eso, Cara se queda mirando por encima de mi hombro. Abre sus ojos con sorpresa.
—Juliette, Tanner Cooper se acerca a nosotras —avisa.
—¿Y qué? —inquiero desinteresada. Cara no es de exagerar las cosas. No es ese tipo de chica.
—Que está viniendo con una rosa en la mano —lo último lo dice en un susurro. No me toma tiempo de procesar nada ya que siento un dedo tocándome el hombro. Me estremezco.
Volteo sintiendo el corazón latiendo tan fuerte que en cualquier momento me estalla el pecho. Todo lo que dijo Cara es verdad.
Tanner Cooper, mejor amigo de Hunter, dueño de mi flechazo desde hace años, el chico que me beso el viernes y que pensé que nunca más me volvería a hablar, está parado a un metro de mi. Con una sonrisa y una rosa entre sus manos.
No demoramos en llamar la atención de todos los estudiantes del corredor. Esta escuela se nutre de chismes.
Me extiende la rosa y por un momento pienso que es broma. Hasta que veo la cara de confusión de Hunter en el público y sé que está tras esto, por ende no es una broma.
Siento mis mejillas arder. Nadie nunca hizo esto por mí, no sé como reaccionar.
—¿Saldrías conmigo mañana? —pregunta. Creo que si el cuchicheo se callara y pudiera ignorar las miradas de odio que me están enviando algunas pretendientes de Tanner, podría oír mi corazón latiendo a millones de revoluciones.
—Sí —respondo. Tanner me sonríe y yo le devuelvo la misma sonrisa.
El timbre suena y todos comienzan a dispersarse cosa que agradezco.