—Dime cuál es tu idea— le pidió Clarisa a Augusto—. ¿Cómo podemos restituir a Morgana?
—Bueno…—comenzó Augusto—. Como lo veo, necesitas a alguien que pueda transmutar materia y a la vez a alguien que tenga capacidades sanadoras.
—Sí.
—No necesitas dos personas para eso, solo a una: Lyanna— sonrió Augusto ante su brillante idea.
—¿Esa es tu solución? ¿Meter a Lyanna en esto?— le retrucó Clarisa, desilusionada.
—¿Qué tiene de malo? Ella es perfecta para esto— aseguró Augusto—. Entiendo que no se lleva bien contigo, pero yo puedo convencerla de que ayude a Morgana. No se negará a ser parte de una causa justa.
—No se trata de si ella acepta o no— trató de explicarle Clarisa—. Se trata de que tiene lazos de sangre con la Tríada por partida doble.
—¿Qué?
—Lyanna es nieta de Nemain por parte de madre y de Macha por parte de padre.
—No— negó Augusto con la cabeza—. La madre de Lug se llama Marga, no Macha.
—Marga debe ser un nombre que adoptó a partir de su separación de la Tríada— dijo Clarisa sin rectificarse.
—Aunque así fuera— planteó Augusto—, ¿qué tiene eso que ver?
—Lyanna no destruirá a su propia sangre, no irá contra ellas.
—Lo hará si entiende que son una amenaza— porfió Augusto.
—No, no lo hará.
—Tú no la conoces— perseveró Augusto en su opinión.
—Y tú tampoco, al parecer— le retrucó Clarisa.
—¿De qué hablas?
—Su padre fue una seria amenaza para ella una vez, y sin embargo ella no lo combatió— respondió Clarisa.
—¿Cómo sabes eso?
—Sé muchas cosas, es mi trabajo.
—Lo de Lug fue diferente— lo defendió Augusto.
—No, no lo fue— lo contradijo Clarisa—. Si no me equivoco, quería enterrarla viva.
—Se dejó llevar por el miedo, nada más— lo justificó Augusto.
—¿Sí? ¿Y qué fue lo que provocó ese miedo irracional que casi lo lleva a asesinar cruelmente a su propia hija?
Augusto no contestó.
—Fue una profecía de Macha, ¿no es así?
—Sí— admitió Augusto.
—¿Entiendes hasta dónde puede llegar el poder de corrupción de Macha y Nemain?
—Lyanna es diferente. Ella no sucumbirá a esa corrupción— aseguró Augusto con confianza.
Clarisa resopló con frustración.
—Lyanna puede liberar a Morgana— insistió Augusto—, y estoy seguro de que el hecho de que sus abuelas estén involucradas no le importará.
—Ese es exactamente el problema— meneó la cabeza Clarisa con preocupación.
—¿Por qué?
—Porque si lo hace, si decide ir contra su sangre, lo cual no creo probable, quedará atrapada en la Tríada ella misma.
Augusto guardó silencio por un largo momento. Luego dijo despacio:
—Nadie tiene el poder de obligar a Lyanna a hacer algo que ella no quiere hacer. Nemain y Macha no pueden forzarla a tomar el lugar de Morgana en la Tríada.
—Es verdad— admitió Clarisa—, pero subestimas el poder de seducción de Nemain y Macha. Para Lyanna, ninguna experiencia es negativa o positiva de por sí, todo es neutral y por lo tanto válido. ¿Qué tal si decide que experimentar el vínculo de la Tríada es lo suficientemente interesante como para correr el riesgo de intentarlo?
—No, Lyanna no se pondría en semejante peligro— trató de convencerse Augusto.
—¿En serio? ¿Olvidas que Lyanna no le tiene miedo a nada? ¿Olvidas que su filosofía es que su mayor poder está en su mayor vulnerabilidad? ¿Qué mejor forma existe para confirmar sus ideas que someterse a la Tríada?
—No… no lo haría…— murmuró Augusto para sí.
—No puedes estar seguro de eso— le dijo Clarisa, apoyando una mano sobre el brazo de él—. ¿Por qué crees que Morgana aceptó ser parte de la Tríada en primer lugar? Un ser puro e inocente como ella… ¿Crees que si hubiese conocido cabalmente las consecuencias, lo habría siquiera considerado?
—Tal vez si Morgana le explica…— intentó Augusto.
—¿Desde cuándo Lyanna toma sus decisiones dependiendo de las experiencias de otros por sobre la suya propia?— le replicó Clarisa.
Augusto no respondió. Sabía que Clarisa tenía razón.
—¿Qué hay de mí?— cuestionó Augusto de repente—. ¿Corro el mismo peligro de ser absorbido por la Tríada al liberar a Morgana? Dime la verdad, Clarisa.
—No, tú no eres compatible— le aseguró Clarisa—, y menos trabajando en conjunto con un cuarto elemento como el Sanador. La colaboración del Alquimista y el Sanador desequilibrará la Tríada para siempre. Por eso es la única solución viable. Lyanna no puede intervenir— reiteró con vehemencia—. Si lo hace… ¿Te imaginas el poder que adquiriría la Tríada con Lyanna como miembro voluntario y deliberado?
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Editado: 14.10.2019