PARTE XXI: EL FUNERAL DE LIAM - CAPÍTULO 103

Mientras Liam se recuperaba en los brazos de Juliana. Lug se dedicó a sanar a Rory.

—Gracias, Lug —dijo Rory, probando el movimiento de los dedos de sus manos con alivio.

—De nada —le sonrió Lug.

—¿Cómo haces para que tu poder funcione aquí? —le preguntó el Sanador, intrigado.

—Todo este planeta está envuelto en una red que lo vuelve una especie de enorme bosque de balmoral —comenzó a explicar Lug—, pero Lyanna me enseñó a eludirla.

—¿Podrías enseñarme a mí también?

—Con gusto lo haré, Rory, pero no ahora —le respondió Lug—. El entrenamiento lleva tiempo y ahora tenemos otras cosas urgentes que resolver.

—Merianis agoniza mientras perdemos el tiempo aquí —dijo Marga, surgiendo de entre los árboles.

Todos se volvieron hacia ella.

—¿Quién es esta mujer? —le preguntó Liam a Lug.

—Mi madre —respondió el interpelado con un suspiro.

Liam arrugó el entrecejo, descreído. Aquella joven no tenía edad como para ser la madre de Lug, sino su hija. Pero luego recordó que Lyanna tenía el poder para cambiar de aspecto:

—¿Tiene la habilidad de cambiar de forma como Lyanna? ¿Es por eso que se ve tan joven? —quiso saber.

—No exactamente —respondió Lug vagamente.

—¿Por qué tiene las manos atadas? —preguntó Bruno.

—Porque es una mujer muy peligrosa y sus lealtades no están claras —respondió Dana.

—Gracias —gruñó Marga—. Con tus recomendaciones, será muy fácil para mí hacer amigos en este mundo —le reprochó a Dana con tono irónico.

—A ti no te interesa tener amigos, solo juguetes que cumplan con tus caprichos —le retrucó Dana.

—Ya basta las dos —les advirtió Lug—. No tenemos tiempo para esto.

—Un momento… —intervino Juliana, dirigiéndose a Lug—. ¿Tu madre recuperó la memoria?

—Sí, cortesía de Nemain —respondió Lug con disgusto.

—¿Qué tiene que ver Marga con Nemain?

—¿Recuerdas lo que nos explicaste sobre la Tríada celta? No es una persona con tres aspectos, son tres personas unidas en una. La Tríada fue disuelta, pero Nemain está buscando volver a unirla. Morgana está tratando de evitarlo a toda costa, por eso borró su memoria y tomó la forma de Emilia Morgan. Pero Nemain ha logrado poseerla varias veces, forzándola a cumplir su voluntad.

—¿Los episodios de tiempo perdido de Emilia son posesiones de Nemain? —preguntó Luigi.

—Sí —asintió Lug.

—Por eso sus huellas la marcan como la asesina… —murmuró Polansky—. Nemain mató a Walter usando a Morgana.

—Sí —volvió a asentir Lug.

—Pero eso no explica la relación con Marga —cuestionó Juliana.

—Mi verdadero nombre no es Marga —dijo la aludida—, sino Macha.

—¡Macha! —exclamó Juliana, horrorizada—. ¿Tu madre es uno de los miembros de la Tríada? —le dirigió una mirada pasmada a Lug.

—Sí, y hay más —replicó Lug, sacando un cuaderno negro del interior de su túnica y extendiéndoselo a Juliana abierto en una página específica—. Según mi madre, este es el texto completo del Túmulo. Nemain lo recortó para confundirnos.

Juliana leyó en voz alta:

—La alteración ha puesto en contacto mundos separados, abriendo la posibilidad de la liberación humana.

La evolución natural de cada mundo ha sido interferida por predadores inescrupulosos por largos milenios, pero si cada uno de estos seres infames no atiende el mundo en el que fue engendrado, el peligro es para todos los que violaron la ley del libre albedrío, pues sus maquinaciones largamente perpetradas, sembrando caos, conflicto y limitación, llegarán pronto a su fin.

Nemain está al acecho, y su furia y sed de sangre, exacerbadas por el uso del Ojo Rojo, precipitarán temidos eventos, pues sus manipulaciones y engaños lograrán que el Señor de la Luz destruya sus mejores logros con sus propias manos.

El Ojo Azul vigila el lago, donde vive el joven Alquimista cuya mente debe ser resguardada. Es un ojo protector que no cederá ante los obstáculos que intenten desviarlo de su misión: preservar y patrocinar al Alquimista, para que en la realización de su arte en conjunto con el Sanador, restaure la esencia de la reina de las hadas.

El Ojo Verde vigila el bosque protegido, esperando el despertar de los recuerdos del tercer miembro de la tríada, el punto medio. Aquella que puede ver las líneas de tiempo completas, actuará en consecuencia.

La niña-mujer libre no puede intervenir de forma eficiente a menos que comprenda la función de sus vínculos.

El tiempo de actuar estará marcado por la desaparición de la reina de las hadas, de allí en más, solo pueden esperarse ríos de sangre y muerte, a menos que las tribulaciones que llevaron al Señor de la Luz a sumirse en el naufragio de la indolencia, no lo mantengan en el olvido y la desidia para siempre. La colaboración de todos es primordial.