La Última Carrera

Capítulo 14

Luciano

 

Cuando entro al despacho de mi hermano todo siento el olor de su perfume llegar a mi nariz, me estremezco.

Comienzo a revisar las estanterías una a una buscando los discos y no hay nada más que libros viejos. Me siento en su escritorio y veo un marco de fotos dado vuelta, lo tomo entre mis manos y veo una foto de él, con Camila y Nicolás ¿Por qué lo habrá dado vuelta?

Reviso los cajones encontrando un montón de papeles, el ultimo cajón está cerrado con llaves. Recuerdo de inmediato a ver visto una pequeña llave entre los libros y camino a buscarla.

Pongo la llave en la cerradura y esta se abre, hay unas fotos y más papeles, las saco todas y comienzo a revisarlas.

Son fotos de Ethan y una mujer de cabello rojo, la miro más de cerca y me doy cuenta que es la misma mujer que vi hace semanas estacionada frente la casa.

Reviso las fotos una vez más y la rabia comienza a inundar mi cabeza, hay fotos de ellos besándose, abrazados y sonriendo como si fueran una pareja. Las doy vuelta una por una tratando de encontrar algo, quizás es solo un recuerdo y la conoció antes de casarse.

Una de las fotos tiene una dedicatoria.

Te amo hoy y siempre, me enamore de ti cuando abriste tu corazón y me dijiste que yo era todo lo que habías buscado en tu vida.

Pronto podremos estar juntos y ser felices sin prejuicios.

Con amor Clara.

 

¿Clara? ¿Cómo su masajista? Joder, esto será divertido. Guardo todo nuevamente y cierro el cajón metiendo la llave en mi bolsillo. Cuando vuelvo a la cocina Camila ya no está. Subo a mi habitación y la veo con la bolsa de seda en sus manos mirando sus bragas.

—   ¿No sabía que te gustaba revisarle las pertenencias a tus invitados? –digo a su lado.

Ella salta y deja caer la bolsa en la cama

— No quise revisar, solo fue curiosidad ¿Por qué aun guardas mis bragas?

— Eso no es de tu incumbencia pequeña. – digo susurrando en su oído.

Me aparto de ella rápidamente, mi cuerpo reacciona de una forma en la que no debería.

— Gracias por guardar mis cosas, el resto lo guardare yo – digo pasando a su lado y volviendo a meter las bragas en la bolsa.

Cuando no dice nada me giro para ver que si aún sigue aquí. Sigue mirando la bolsa en mis manos.

— ¿Estarías más tranquilas si te las devuelvo? – pregunto suspirando

— No, no, solo no pensé que aun las tendrías ¿Por qué las guardarías? No me querías, de hecho, me odiabas.

—  Y aun lo hago, no eres de mi agrado. Pero como dije hace días debemos llevarnos bien por Nicolás.

Ella asiente y se va de la habitación.

Jodeeeer, cuando será el día que por fin le diga que he estado enamorado de ella siempre.

Por ahora solo tengo una cosa en mi cabeza y es conocer a la querida Clara.

 

 

 

Al otro día mi madre se había llevado a Nicolas con ella de paseo, estábamos terminando de almorzar con Camila, desde ayer que la pille revisando mis cosas no ha dicho nada más que monosílabos.

Se levanta de la mesa y no puedo dejar de mirarla mientras recoge los platos, me acerco a ella mientras esta concentrada en el fregadero y le susurro al oído.

— Déjame a mi lavar los platos – ella se tensa a mi lado – tu cocinaste, así que sería correcto que yo los lave.

— No es necesario, puedo hacerlo ¿no tenias que ir a practicar hoy en la pista?

Miro mi reloj y asiento

— Si, en una hora debo estar allá – digo quitándole la esponja de las manos – déjame hacerlo, quiero ayudar.

Suspira derrotada y se aparta un poco, nuestras caderas se rozan y la descarga eléctrica que siento llega justo a mi miembro.

— ¿Qué se siente? – pregunta luego de un rato-

— ¿Qué cosa?

— Correr a toda velocidad, pasando al resto de competidores y ganar una carrera.

— Se siente maravilloso, creo que no tengo palabras exactas para describir la sensación.

— Pero si puedas describirla de una forma ¿Cuál sería?

Pienso un momento una buena respuesta, una idea corre por mi cabeza mientras la miro y sonrió.

— ¿Realmente quieres saberlo?

— Sí, o no te estaría preguntando – dice poniendo los ojos en blanco.

— Bueno, ¿recuerdas tu primera vez?

Su cara de pone roja de inmediato

— ¿Qué tiene que ver eso?

— Es igual, al menos para mí. Cuando estas en una cama junto a la mujer que quieres, le quitas la ropa, besas su cuerpo centímetro a centímetro, recorres con tus manos sus curvas, cuando estas dentro de ella una descarga de excitación y adrenalina recorre su columna haciéndote desear más y más. – digo mientras la recorro con una mirada lasciva y me muerdo los labios. – es prácticamente lo mismo.

— Nunca me he subido a un coche de carreras – dice entreabriendo los labios y dejando salir un gran suspiro.

— ¿nunca? ¿Ethan nunca te dejo subir a su coche? – ella niega con la cabeza – entonces hoy estar de suerte, vas a ir conmigo.

Tiro la esponja en el fregadero luego de terminar de lavar los platos y tomo su mano, llevando fuera de casa.

— ¿adonde vamos? – pregunta tomando mi mano más fuerte

— Iremos a solucionar este problema

— ¿soy un problema para ti? – pregunta divertida

— Nena, desde que estuve dentro de ti comenzaste a ser mi maldito problema.

Ella se ahoga con su propia saliva y comienza a toser, suelto una carcajada y corremos hacia mi auto.
cuando llegamos a la pista vamos por mi auto y le entrego un casco.

— ¿Y esto para qué? – pregunta mientras lo toma

— Vamos a que corras en un auto de carreras – digo sonriendo

— No, no, no solo era una pregunta, no quiero manejar.

— Ya es tarde, te vas a subir a mi auto y lo vas a disfrutar.

Le digo que daré una vuelta y le voy explicando mientras ella asiente sin dejar de prestar atención. Es una alumna increíble.



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En el texto hay: traicion, celos, amor

Editado: 13.01.2022

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