Camila
Nuestra relación con Luciano había mejorado significativamente, compartimos varias horas durante el día luego de mi trabajo, los días se hacían increíbles estando juntos.
— ¿Cómo va la familia feliz? – pregunto Kate al teléfono
— No somos una familia Kate – digo mientras tecleo la última noticia del día.
— Aun – dice ella – estoy segura que pronto lo serán, es cosa de ver como Nicolás lo mira, como si fuera su padre.
— No empecemos – digo cambiando el tono de mi voz – sabes que me molesta que hables así, se supone que eres mi amiga.
— Y lo soy nena, pero solo digo que ¿Qué tiene de malo querer ser una familia? Son jóvenes, ya han tenido una relación antes y quizás tengan hasta un hijo en común.
— Kate, basta – digo antes de colgar.
— Espera, espera, no me cuelgues, solo te llamaba para invitarte a una cena esta noche. Puedes venir con el resto de los Clark, ya sabes Luciano y Nicolás – dice riendo.
— Te avisare más tarde, ¿qué es lo que estamos celebrando de todas maneras?
— Me voy a casar – dice dando un gritito emocionada – anoche Liam me pido matrimonio.
— Eso es increíble, felicidades – digo sonriendo – estoy muy feliz por ti.
— Por eso es la cena, quiero tenerte aquí a mi lado cuando se lo cuente a mi familia.
— Bien estaremos ahí, envíame la dirección y la hora por mensaje. Ahora debo irme, hay algunas cosas que debo terminar antes de irme.
— Te amo nena, te estaré esperando.
— Te amo más, ya te dije ahí estaré.
Termino rápidamente mi trabajo y me voy a casa, cuando llego Nicolás, Luciano y su amigo Clemente están sentados en el sofá viendo una película.
— Hola, chicos – digo entrando a la sala - ¿cómo están?
— Ey – dice Luciano poniéndose de pie y besando mi mejilla – estas muy guapa hoy.
Sonrió mientras él toma mi mano, Clemente hace un ruido de tos y borro mi sonrisa. Beso la cabeza de mi pequeño hijo y saludo con la mano al mejor amigo de Luciano.
— ¿No te molesta que este aquí verdad? – dice Luciano susurrando en mi oído – siempre puedo pedirle que se vaya.
— Esta es tu casa también y él es tu amigo, es bienvenido aquí siempre.
— Gracias – dice me hace un espacio en el sofá.
— Kate me invito a cenar esta noche – digo de repente – buenos nos invitó, también puedes venir.
— No podre ir – dice mientras me mira a los ojos – esta noche es noche de partido, normalmente nos juntamos a verlo en casa, lo siento.
— Kate es tu amiga ¿la rubia no? – pregunta Clemente interesado.
— Sí, ella misma ¿Por qué?
— ¿crees que le moleste si me uno a su cena? – pregunta más interesado aún.
— No lo sé, no lo creo.
— Entonces no se diga más – dice palmeando el hombro de Luciano, cambiaremos la noche de futbol por una cena – dice sonriendo.
— ¿Qué estas tramando clemente? – pregunta Luciano. Este le dice algo en el odio que no logro escuchar y sonríe.
— Bien iré a cambiarme, ¿nos encontramos aquí en una hora? – ellos asienten mientras comienza a subir las escaleras – Nicolás, vamos bebé.
Mi hijo corre a mi lado, no sin antes abrazar a su tío en el camino, toma mi mano y subimos jugando.