Camila
Su madre estaba entre las primeras filas, yo unas un poco mas atrás, pero aun así podía ver la mueca que tenia en su cara. No estaba contenta con tenerme aquí.
Nos habíamos encontrado sin querer en la entrada
— ¿y tú no te habías ido a casa? – pregunto tirando de mi brazo.
Habíamos hablado con Luciano, si iba a enfrentarme a su madre lo haría sola.
— No, lamento decepcionarte Ana. – dije sonriendo – pero estoy aquí para ver a Luciano, no a ti.
— Eres una cualquiera, siempre lo has sido. Toda tu vida te has encargado de corromper a mis hijos.
— Oh, lo dice quien los dejo botados cuando pequeños por irse con hombre el cual no era su marido.
Me voltea la cara de una bofetada
— No voy a permitirte hablarme a si ¿escuchaste?
— Soy yo quien no te permitirá ponerme otro mano encima, yo sabre que hare con mi vida y con quien estoy y quien no. Tu no eres nadie para meterte en lo que yo haga o con quien este.
— Has arruinado la vida de mis hijos, Ethan a muerto y quieres hacerlo con Luciano ahora. ¿no te basto la herencia que te dejo, que también quieres la de mi pequeño?
— Me importa una mierda el dinero, jamás me ha importado, tengo mi propio trabajo, mi casa y mis cosas. Nunca necesite nada de Ethan.
— Eso dices ahora, pero lo engatusaste y te embarazaste para amarrarlo a tu lado.
— Sabe que señora, puede irse a la mierda. Ethan estuvo engañándome desde que nos casamos, me aguante toda sus porquerías.
— Eso mentira, mi hijo no haría algo así jamás.
La gente estaba mirando y yo estaba perdiendo la paciencia.
— Pues si no me cree, busque a Clara. La maravillosa masajista que usted misma le recomendó y mire su abultado vientre. Quizás con ella pueda hacer la maravillosa relación nuera y suegra que tanto ha querido, yo por mi parte voy a ser feliz.
— Aléjate de mi hijo – gritaba mientras yo seguía mi camino.
Estaba tentada a dar la vuelta y mostrarle el dedo medio, pero me contuve.
Ahora estaba tan tranquila como podía estar, solo quería que la carrera terminara pronto. E ignorar por el resto de mi vida a esta señora.
La noche anterior con Luciano solo habíamos dormido, luego de la agradable visita de su madre todo se había enfriado rápidamente.
Estaba desilusionada de mi misma por no poder estar en publico con él.
Faltaban al menos cuatro vueltas para que la carrera terminara, Luciano iba tercero y veía a su entrenador levantar los brazos enojado.
Un gran ruido se produjo luego de eso, vi el auto de Luciano dar varias vueltas mientras que uno de sus neumáticos volaba por el aire.
Se le había reventado, sus equipo corrió ayudarlo moviendo el auto rápidamente para cambiar el neumático.
Corrí rápidamente para ver de mas cerca que es lo que estaba pasando, toda la gente estaba de pie mirando lo mismo.
Me acerque a la reja y le grite a Luciano que salía del auto.
— ¿estas bien? – pregunto preocupada
Él sonríe al escuchar y mi voz y corre hacia mí.
— ¿estas preocupada por mí? – pregunta tomando mis manos entre la reja.
— Por supuesto que si ¿lo estas?
— Estoy muy bien nena – dice mientras mira más atrás de mi hombro – ella está mirándote mal justo ahora ¿está todo bien?
Suspiro dramáticamente, mientras escucho a su entrenador llamarlo rápidamente.
— Debo volver ahora, tengo una carrera que ganar y una chica a la que impresionar.
Sonrió mientras suelta mis manos y corre a subirse a su auto.
— Te amo – digo susurrando.
Vuelvo a mi puesto rápidamente, mientras toda la gente me mira con curiosidad y susurra a mis espaldas.
No miro a su madre ni una sola vez.
Luciano gana la carrera una vez más.
Estoy en su caravana esperándolo, sé que esta con su madre justo ahora, por que los deje solos. No quería otra estúpida discusión.
— ¿en que piensas? – dice haciéndome saltar en mi lugar
— Mierda me asustaste.
— Ese vocabulario cariño, no queremos decir malas palabras y que Nicolás escuche.
— Menos mal él no está aquí – digo sonriendo inocentemente – ¿Cómo te fue con tu madre?
— Bien, estaba un poco enojada. ¿Puede que haya dicho algunas cosas sobre ti y a mi no me haya gustado? Así que le pedí que fuera a casa.
— Lamento escuchar eso.
— Yo no, ella quiere estar cerca mío, pero si no respeta lo nuestro no es bienvenida, puede que Ethan te haya hecho pasar por las cosas más horribles y yo no lo hare, si debo olvidarme de ella lo hare. Tu estas primero, siempre.
— Bueno si estamos en eso, ¿quizás debería decir que la mande a la mierda? Y puede que le haya hablado de Clara y su embarazo.
— Eso quiere decir que te saco de tus casillas y esta complemente bien nena, tienes que defenderte y no dejarte pisotear por nadie.
— Tengo algo que decirte – digo mirándolo a los ojos – quiero intentarlo, quiero ser feliz junto a ti y… – nuestro hijo pienso.
— Cariño me haces el hombre mas feliz del mundo – dice mientras besa mis labios – te amo.
— También te amo – digo por fin – nunca lo he dejado de hacer.
No suelta mis labios después de eso, me toma entre sus brazos y me carga hasta la habitación.
Esa noche me hace suya por completo, devorándome como si fuera nuestra primera vez juntos. Quizás realmente lo sea, ahora somos una pareja ¿quizás una familia?