Tanto Change como Elektra se vieron transportados a otro lugar. Toda la habitación había desaparecido y ni siquiera parecía que estuviesen en Moscú. Lo único que podían ver era blanco y no pareciera que tuvieran un suelo bajo sus pies ni un techo sobre sus cabezas.
-¿Dónde estamos?- preguntó Elektra.
-En una dimensión intermedia entre tu y yo- respondió Change- Nuestros cuerpos siguen allí, en la habitación. Nosotros, ahora mismo, somos lo que se llama "ánima".
-¿Qué es un ánima?- preguntó Elektra.
-Piensa en el ánima como si fuera una proyección de tu yo ideal- respondió Change- Por lo que puedo ver, a ti te gustaría tener el pelo largo.
Elektra inmediatamente pasó su mano por detrás de su cabeza. Era verdad. Su corto pelo se había alargado de repente y ahora le llegaba hasta las rodillas.
-En mi anterior "trabajo" me obligaban a mantener mi pelo corto- dijo Elektra- Siempre quise volver a tenerlo así.
-Personalmente pienso que te ves mucho mejor con poco pelo- dijo Change.
-Gracias- dijo Elektra- ¿Y que hay de ti? ¿Por qué sigues igual?
-Por que ya soy perfecto tal y como soy- dijo Change.
-Que presuntuoso de tu parte- dijo Elektra.
-Lo se- dijo Change soltando una ligera risa- Ahora hablando en serio, mi yo ideal era bastante simple. Era yo sobreviviendo. Pasé tres años de mi vida viviendo como podía en las calles de Estados Unidos. Lo único que deseaba era poder despertar con vida al día siguiente, no morirme de hambre y encontrar un lugar más o menos cómodo para dormir. Vivir era todo lo que quería. Por lo menos hasta que recibí la carta de Lilith. Y una semana después aquí estoy.
-Si que has tenido una vida dura- dijo Elektra.
-Pero imagino que no tanto como la tuya- dijo Change- Lo cuál nos trae de regreso a la razón por la que estamos aquí.
-¿A que te refieres?- preguntó Elektra.
-Hay cuatro barreras que tengo que destruir para que te conviertas en una nephalem- dijo Change- Cuerpo, alma, mente y corazón. Esas barreras están escondidas en tus recuerdos. Necesito que me guíes por ellos. Solo tu puedes hacerlo.
-¿Guiarte por mis recuerdos?- preguntó Elektra- ¿Cómo se supone que haga eso?
-Concéntrate en algún punto significativo para tu vida- respondió Change- Algo que te haya marcado, que forjara quien eres. Aún si es un recuerdo doloroso.
-En ese caso... supongo que hay que empezar por el inicio- dijo Elektra.
De la nada aparecieron en una calle de un pequeño pueblo. Era invierno y estaba nevando bastante. Debían de estar muy al norte. No había una sola alma en la calle, lo cuál no era sorprendente. Sin embargo, había varias luces en las casas y algunos autos estacionados en la vereda.
-¿Qué es este lugar?- preguntó Change.
-Este es el pueblo de Vóljov, a unos 128 kilómetros al este de San Petersburgo- respondió Elektra- El lugar en que nací.
-Parece un lugar muy tranquilo- dijo Change.
-Lo era- dijo Elektra- Por lo menos hasta aquella noche.
Change quería preguntarle a que se refería pero Elektra empezó a avanzar calle abajo y el la siguió. Mientras caminaban, Change iba mirando el pueblo. Inmediatamente notó que algo iba mal. Muchas de las casas parecían casi de cartón, como si su diseño fuera enteramente producto de la imaginación de Elektra. Aunque la "resolución" de los alrededores iba aumentando a medida que avanzaban.
-Elektra, por algún casual no viviste mucho aquí ¿verdad?- preguntó Change.
-No, solo viví en este pueblo cinco años- respondió ella- Apenas conocía nada más allá de los límites de mi casa. Hacia allí nos dirigimos. Si tienes que conocer mi pasado... lo mejor es empezar por ahí.
Elektra aceleró el pasó, como diciendo que prefería no seguir hablando de eso. Change se adelantó hasta quedar a su lado. No necesitaba verle la cara para saber que esos recuerdos le dolían. Algo muy malo ocurrió en ese pequeño pueblo la noche en la que se encontraban. Change no se le ocurrió más que poner su mano en el hombro de su amiga para tranquilizarla.
-Se que esto te duele y perdóname por hacerte revivir de esta forma un recuerdo tan doloroso- dijo Change- Pero quiero que sepas que estoy aquí contigo. Te ayudaré a enfrentar tu pasado y a superarlo para que puedas vislumbrar con claridad el futuro que te espera con nosotros.
Elektra sonrío ante el comentario de Change. Este se alegraba de poder sacarle una sonrisa. Entonces, para sorpresa de él, Elektra tomó la mano que había depositado en su hombro y la apretó con fuerza, como queriendo decir que se sentiría mejor si continuaban el trayecto de esa forma. Change se puso un poco nervioso pero no se quejó y le hizo una señal para decirle que estaba bien. Los dos continuaron avanzando de esa forma, sin que ninguna palabra saliera de sus bocas. Tras unos pocos segundos, Elektra finalmente se detuvo frente a la única casa que realmente parecía bien detallada. No era muy grande, tenía solo dos pisos y era algo estrecha. Unas paredes de ladrillos color marrón y tejado de chapas negro completaba el exterior. No era capaces de ver hacia adentro porque todo estaba cerrado pero había luces que salían de las ventanas.