Sin Correr

Hella se mantenía escondida, Algunas balas golpeaban con fuerza en el auto delante de ella y al de atrás, Atrapada sin poder moverse, solo sentía que su vida se iba, Una Tiro ya había dado en su pierna izquierda y la hacia llorar en silencio había acallado sus llantos y un pedazo de prenda impedía que siguiera sangrando manchando todo, Tenía cerca de dos horas y eso no se detenía, cuando al fin se detuvo ella estaba llorando ahí, Sola, en silencio, Pasaron algunas horas más hasta que su instinto y el sonido retumbante de su estómago la hicieran salir, Con cuidado y en silencio fue saliendo de aquel auto, A pocos metros de encontraba un algo destruido mercado, Estaba segura conseguiría comida y algo para curar su pierna.
Cuando pudo ver que estaba segura salió completamente de su refugio y camino al mercado aquel, con sumo cuidado, la noche terminaba de caer cuando entro a ese lugar, Se enfocó primero en ir al área de farmacia, Arrastras y tomando descanso cada que cambiaba de pasillo. Una mujer con una bata manchada de sangre y sucia se acercó a ella con una pequeña caja.

-Te pude ver a través de las camaras- Dijo la mujer inclinándose frente a ella.
Antes de seguir Hella saco un cuchillo de la funda que había en sus piernas y la dirigió a su cuello con destreza -Alejate- Dijo finalmente 
-No tema- Volvió a hablar la mujer de bata blanca sucia -Solo quiero ayudarte, Dijo tratando de alejar el cuchillo de su cuello.

Al final Hella alejo el cuchillo manteniéndolo en la mano de forma amenazante, La trabajadora de el lugar en ruinas comenzó a atender la pierna mal tratada de la chica que se quejaba con cada golpe y de cómo le ardía cuando el gel antibacterial tocaba la piel y carne abierta, Se aferraba a todo.
La mujer primero rompió un poco el pantalón de la joven herida para darse mejor espacio, Vacío un poco de agua para luego aplicar gel en sus manos y en la herida, Con algunas gasas comenzó a limpiar aquella herida de arma que tenía hasta que pudo ver el regalo que aquel disparo de dejo a la joven de 20 años, Con cuidado se dirigió al área de belleza sin llamar la atención de el exterior y poco después volvió con unas pinzas para las cejas, Ropa del área de vestir, y un pequeño kit de emergencia de costura.
Con aquellas pinzas limpias después de quemarlas un poco y aplicar Gel saco la bala de la pierna de Hella, con el Kit y un hilo que ella cargaba se encargó de cerrar la herida que había quedado, Al final, coloco gasas y aseguró con una venda.

Hella aún no dejaba de llorar por aquella operación improvisada pero lo tenía que hacer en silencio, Se sintió calmada cuando la mujer le llevo un poco de comida.

-Debemos ir a la parte de atrás -Explico la mujer- Aquí estamos expuestas, Vamos, Tengo atrás cosas que te pueden ayudar- Le dió una leve sonrisa y comenzó a arrastrarse para llegar a la puerta que la llevaría a la trastienda.

-¡Mama!
-¡Hella! ¡Por favor! ¡Deja de correr en los pasillos! ¡Te van a regañar y no te ayudaré! 
-¡Nunca serías capas de hacerlo mamá! ¡Le diré a mi papá lo que dijiste!- ese día, Mamá estaba enojada porque yo corría y tumbaba cosas de este mismo mercado, Si mamá viera esto, Quizá se burlaría me diría algo como;
-No tienes ni 15 días fuera de la casa y ya estás herida casi muriendo de hambre y sin lugar al que ir, Será mejor vuelvas a casa y te quedes con nosotros, Te protegeremos
Mami, ¿Porque te fuiste? Al final, Era mentira que siempre estarías conmigo

El teléfono de la joven hace unos días se había quedado sin pila y ya pocos lugares tenían cargadores para recargar la batería, ese era uno de ellos así que decidió usar la fuente de energía que aún quedaba ahí.
Con ayuda de la mujer que cuidaba la tienda en malas condiciones fue a la trastienda y la coloco en la cama donde se acomodó después de conectar el móvil a la corriente eléctrica, cerro los ojos y se concentró en lo que había pasado, Al final el dolor de su pierna era algo tolerable.
Con los ojos en un limbo miraba como todo a su alrededor daba vueltas, escuchaba algunos ruidos de impacto y gritos, También como hablaba la mujer que la ayudo para sí misma.

-¿Como te llamas? -Pregunto la mujer con bata a la chica tirada en aquel improvisado sillón.
-Hella Peyton- Dijo respirando con tranquilidad
-Mucho gusto Hella, Yo doy Evelin Zaragoza, Trabajaba en esta farmacia hasta que todo esto comenzo, Aquel terremoto no solo trajo destrucción de propiedades;
-Mis padres murieron en aquel accidente
Se hizo un silencio hasta que la farmacéutica hablo.
-Perdoname Hella, debo asegurarme de que nadie pueda vencerme, Debo sobrevivir- Hella abrió los ojos y pudo ver un arma apuntando justamente a su cabeza, Dió un suspiro y tomo su pierna.
-Me matarás? -Pregunto con frialdad, Mirando el arma para luego ver a la mujer -Ya no le temo a la muerte, Estube cerca de ella en varias ocasiones ya.
-Entonces. ¿dices que no sirve si te amenazó para que no digas que estoy aquí?
-Nop, No me importa eso- Precio no otro poco su pierna- Me da igual si vives o no, No me importa que te maten- La miro con frialdad- Solo buscaré mi propio beneficio, para mí quien importa que viva soy yo, Me mantendré lo suficientemente viva para llevar a mis padres a un lugar seguro, donde no esté corrompido.
Sonrió y con la distracción de aquella mujer enterró en su costado el cuchillo que cargaba, Movió aquel afilado objeto y cuando el arma disparo ella de encontraba a unos centímetros de donde dió aquel impacto, Se acercó nuevamente a la mujer y quito el arma en un ridículo forcejeo donde el arma se apartó, La joven de 20 años comenzó apuñalar a la mujer de la farmacia tantas veces como pudo con ira y tratando de hacer el menor ruido posible. Cuándo la mujer quedó ahí tirada y sin moverse la sangre mancha a el suelo su sucia bata y la ropa que Hella vestía, Con la ropa de Evelyn quito la sangre que manchaba su afilada arma para luego guardarla y dirigirse al lugar donde la pistola ahora estaba para tenerla cerca, Apagó todas las luces de aquella farmacia y con la misma dificultad de movimiento se recostó para dormir.