La última estación

Capital 2 (Tan solo un segundo)

DASHLEY

Para que tantas palabras ahí estaba ese chico que me tenia a descubierto, en ese momento en el que no ponía barreras donde en mi mente solo estábamos los dos. Estaba colgada de su mirada sabía que si el se hacía un costado seguiría sin mi barrera porque su mirada la derrumbó, me hizo creer en tan solo un minuto que si existía un cuento de hadas, tal vez el era el que curaría mi locura. Pero claro no lo demostraria, así el derrumbe mis barreras aún emanaba miedo por saber que era el amor —Toma y ten más cuidado—dije mientras volvía a subir hasta que sentí su mano apretar mi muñeca y jalarme para pegarme más a él. —Aquí estas, nueva presa—me dijo al oído para bajar la gradas con la pelota. ¿Eso era bueno o malo? Carajo ya no entendía nada, empecé a seguirlo como podía. —Qué pasa ratoncito porque me sigues—dijo volteando mientras se acercaba. Claro por impulso retrocedi cayendo de culo. —Oye despistada ten más cuidado— dijo mientras extendía su mano y me la ofrecía. Agarre su mano por impulso mientras el me levantaba. —Gracias supongo— dije mientras sacudida mi ropa. Aun tenía miles de dudas sobre el pero entendí que no era el momento perfecto ya que todos nos estaban viendo, por impulso lo empuje haciendo que pierda el equilibrio aún así no se cayo solo bajo las escaleras dejándome ahí.

EDGAR

Que mierda me pasaba se supone que ella solo es uno más de mis juegos... Pero era tan diferente, complicada, con una mirada indesifrante. Ella misma me obligaba a querer conocer más de ella, pero yo no podía hacerlo o bueno no en este momento. Decido buscar a mi único cómplice. —Necesito tu ayuda en estos momentos— dije algo impaciente. —Ya lo se galán pff se nota que no pierdes el tiempo—dijo golpeando mi hombro. —Me puedes escuchar... Bueno esa chica, carajo es tan complicada, necesito saber más de ella— dije mientras le daba un poco de comida. —¿Te enamoraste?, wow esa es una sorpresas—dijo mientras se reía. Carajo porque era así en momentos serios. —No bromeó Saul necesito tu ayuda, no me puedo acercar a ella en estos momentos y pues tu... — no me dejo terminar me corto de un momento a otro. —Okay romeo si entendí, se lo que debo de hacer esta bien ahora vete— diciendo lo último se alejo en busca de aquella chica.

DASHLEY

Empecé a caminar lo más rápido que podía no podía llegar tarde, grabe error unas chicas se intrepusieron en mi camino —Permiso tengo que llegar a mi salón— dije mientras trataba de esquivarlas. —Claro que no zorra, vamos dime que quieres de Edgar ¿fama? Yo te ayudo ¿dinero? También te lo doy pero alejate de el— dijo mientras se acercaba como una fiera. Esto era malo muy malo, vamos solo tenia curiosidad no sabía que las chicas se me vendrían encima ahora era una profuga solo por enamorarme de su mirada... ¿Oh de el tal vez? Vamos Dashley no era el momento. —Vamos responde zorra— dijo mientras sus amigas me sujetaban de los brazos. —Dejala Zhara o quieres que le diga a Edgar que su ex anda armando un escándalo— dijo un chico acercándose. Mi salvador claramente, era un chico alto, blanco, con una mandíbula definida y una nariz recta, sus ojos eran marrones, su pelo castaño y tenía un lunar en la parte inferior de la boca... —Vete Saul esto no te concierne— dijo la chica mientras sus amigas me soltaban. —Claro que si lo que le pase a este dulcecito ahora es mi problema así que largate rápido—dijo acercándose para intimidarlas más. —Vámonos chicas—fue lo último que escuche antes de que desaparecieran.

—Hola dulcecito, ¿como te llamas?— dijo mientras me analizaba de pies a cabeza. —Soy Dashley y por lo que e escuchado tu Saul— dije mientras empezaba a caminar. —¡Ey! Más despacio que vamos al mismo lugar—dijo parándose a mi lado. —Claro, Claro, supongo que eres amigo de ese tal Edgar—dije rodeando los ojos y avanzando. —Si dulcecito soy el mejor y único amigo de tu futura pareja—dijo mientras me daba una palmada en la espalda. Okay eso era raro pero lo podía soportar, empecé a caminar en silencio pero no puede evitar ver sus ojos marrones, su mirada transmitía tranquilidad, seguridad y felicidad... Mientras que la de Edgar tramitia un infierno como cuando es verano y todo es tan caliente, pero también un huracan como el que pasa en la llegada de otoño. —En que piensas dulcecito, solo te recomiendo que me dejes de mirar o Edgar estará celoso y me dará una paliza no querrás eso verdad —dijo mientras parpadeaba varias veces.

EGDAR

Mierda porque no llegaban, ya había pasado 10 minutos desde el inicio de la penúltima clase y no había rastro del ratoncito y menos de Saul. La profesora decidido hacer un cambio de lugares haciendo que me siente a lado de una chica a la cual no soportaba no paraba de hacerme preguntas y claro ya me estaba impancientando. Hasta que alguien toco la puerta si era Saul solo, claro que lo mataría pero al contrario fue ella dando la cara por Saul y ella, más razones para matarlo. La profesora les dio un pequeño regaño para dejarlos entrar, tenía fe de que los haría sentar juntos pero no... Hizo un pequeño cambio haciendo que ella se siente adelante mío con un imbécil hormonal que al parecer también era nuevo en el salón. Carajo porque me molestaba si no me había acercado aún.

DASHLEY

Imbécil era una palabra y Saul el significado, me hizo dar la cara por ambos y claro no pude evitar que la profesora mal pensara, hizo un cambio para que terminará sentándome a lado de un chico que tampoco había visto en mi vida, empecé a sacar mis cosas pero al parecer no estaba mi lapicero y tampoco es que quisiera hablarle al idiota que estaba a mi lado y a los que estaban adelante peor opte por pedir un lápiz o lapicero a los que estaban detrás de mi, ahí esta el y su mirada que me podía desarmar a lado de una de las chicas más lindas del salón... Por alguna rara razón me moleste pero no me quedaba de otra —Xiomara ¿tienes un lapicero?— dije tratando de sonar amable. —Toma Dash—dijo dándome un lapicero, ella era una de las tan pocas chicas con las que me llevaba bien o eso creo. —Gracias Xio—dije tratando de voltear hasta que sentí una mano en mi muslo, era ese chico que se sentaba a mi lado.




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