La Última Flor Para El Invierno

VEINTISIETE

JANE DEE

Hoy era el último día de libertad que Tim y yo teníamos. Mi padre regresaría a eso de las diez de la noche de su viaje y Minnie estaría en casa alrededor de las siete debido a que se había quedado en casa de sus padres después de Acción de Gracias. Quise saber si Tim tenía planes para salir con sus amigos y al decirme que no le pregunté si quería acompañarme a casa de un buen amigo. Me ofendió tanto que Tim pensara que ese amigo del que le hablaba no era real. De cualquier manera, Tim y yo decidimos caminar y así despejábamos un poco nuestra mente que comenzaba a ser un verdadero desastre gracias al regreso de mi padre. Yo tenía el presentimiento de que su regreso no iba a ser bueno. Había algo en mí que me decía lo fatal que sería volver a estar con él y Minnie compartiendo una casa que jamás ha sido nuestra.

—¿Cómo es tu amigo?

—Gracioso, amable y atrevido. Te agradará, créeme.  

Kyle me abrazó como siempre hacía cada vez que me veía. Jamás creí que el abrazo de un chico me pareciera tan honesto y lleno de bondad. Los abrazos que Kyle daba te hacían sentir en un hogar en el cual podías ser quien quisieras. No importa lo alocado que sea porque serás respetado de cualquier manera.

—Tim Dee, su hermano.

—Kyle Liberman.

Kyle avisó que sus padres habían salido de compras, pero no se encontraba totalmente solo, ya que Allison estaba con él. Ambos se encontraban en el patio trasero jugando ping-pong en la pequeña mesa que Kyle tenía en una de las esquinas que daba a la verde enredadera de su padre. Creí que el brillo en los ojos de mi hermano se debía a la mesa de ping-pong y el enorme tamaño del patio de Kyle, sin embargo, me equivoqué porque Tim en realidad miraba a Allison.

—Tú debes ser Tim —No respondió—. Jane nos habló mucho de ti en Acción de Gracias. Y ahora que te veo, admito que sí tienes unos ojos muy peculiares. Me gustan.

—Dice que eres bueno dibujando. ¿Has pintado alguna pared? —Negó con la cabeza sin dejar de observar a Allison. Su actitud comenzaba a incomodarme—. Yo puedo ayudarte con eso si acaso te interesa esparcir tu talento, amigo.

—No creo que Jane acepte que incites a su hermano a hacer algo ilegal, Kyle.

La pequeña conversación se volvió entre Allison y Kyle. Entonces fue mi oportunidad para darle un golpe con el codo a mi hermano para sacarlo de su incómodo trance.

—¿Por qué no me dijiste que tenías una amiga tan linda? Ni siquiera me vestí correctamente para la ocasión.

—Allison es siete años mayor que tú, Timothy. No pienses locuras.

—¿Qué te trae por aquí, Jane? Hace semanas que no sabíamos nada de ti y Blake no ha mencionado tu nombre desde entonces, ¿no es así, Allis?

—Sí.

—De eso quería hablar. Vine aquí porque sé que eres el mejor amigo de Blake, Kyle, entonces supuse que tú sabrías responder a mis preguntas.

—Lo soy, pero su hermana está justo sentada a tu lado. Ella es la indicada para responder preguntas respecto a él.

Miré a Allison con la inseguridad de preguntarle sobre su hermano. A pesar de ser tan rubia como su padre y tener los mismo ojos que él, no podía evitar ver a Blake a través de ella. Ambos tenían un parecido increíble con su madre y por lo tanto eso los hacía especiales. La misma nariz y la misma barbilla. Sigo sin creer lo iguales que son entre ellos de manera física. Por un segundo deseé que fueran así de la manera sentimental. Deseé que Blake fuese así de transparente y sensible como su hermana. Deseé que esa niebla que siempre ocultaba su verdadero ser y esa actitud tan insensible y directa no existieran, pero de inmediato me di cuenta de que, si no hubiese sido por aquellas características, Blake no me interesaría en lo absoluto.

—Me han dejado en claro que no es un secreto lo que siento por Blake —Allison sonrió y asintió. Luché contra mí misma para ocultar el calor que comenzaba a subir por mi cuello—. Después de Acción de Gracias lo invité a mi terraza y… yo… le dije lo que siento. Le hablé acerca de todo y creo que no fue una buena idea porque él…él se fue. Dijo muchas cosas respecto a nosotros y se marchó. También renunció en la pastelería y no me ha hablado desde entonces. No quiero aceptar que se está alejando de mí por lo que dije. Estoy aquí porque necesito saber por qué a Blake le da tanto miedo ser amado.

Allison no dijo absolutamente nada por un rato. Lo que ella hacía era morderse los labios y mirar al suelo repetidas veces, parecía que buscaba las palabras correctas para expresarse. Busqué su mirada y cuando la encontré, no me gustó nada lo que vi. Su mirada parecía herida, como si lo que acababa de decir la lastimara casi de la misma forma que a Blake esa noche.

—Ay, Jane —Abrió la boca, pero nada salió de ella. Allison parpadeó repetidas veces y no dijo nada hasta que sus ojos encontraron los de Kyle, otorgándole seguridad—. Lo que sea que te haya dicho mi hermano, no es cierto. Estoy segura de que no lo siente de verdad. Verás, él… A mi hermano le aterra amar a alguien y ser correspondido porque tiene la falsa idea de que, si recibe amor de alguien más, lo destruirá y arruinará todo —Había lágrimas en los ojos de Allison, sus ojos estaban invadidos de tristeza y luchaba consigo misma para mantener su voz estable—. Cuando… Cuando Blake era niño, tuvo una mejor amiga. Su nombre era Julie Díaz. Ella fue nuestra vecina y la mejor amiga de mi hermano durante diez años enteros. Jane, tú no mides lo mucho que Blake la amaba, no solo como su amiga sino también como algo más. Todos los que lo conocemos sabemos que Julie fue su primer amor y su primer corazón roto.




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