Después de un rato bajé a dejar mi plato a la cocina. Fui a la sala y me senté a ver una serie, escuché a mi abuelo.
-¡Katia!- mi abuelo me llamaba desde el estudio.
-¿Si?-
-¿Puedes venir un momento arriba?-
-Claro-, apagué la televisión y subí.
Al entrar al estudio había dos hombres y una mujer, Cora y mi abuelo.
-¿Qué pasa?-
-Ven Katia- miraba a mi abuelo confundida, que es lo ¿qué pasaba?, me abrazó y me dio un beso en la mejilla.
Voltee a ver a las personas que estaban en la habitación, me llamaron la atención los dos hombres, -Yo a ustedes los conozco.- desde que entre se me hacían familiares aquellos dos, -Ustedes dos son los oficiales que fueron el día que desperté al hospital.- A la única que desconocía era a la mujer.
-Sí, así es.- Habló uno de ellos, -Nos da gusto volver a verte, vemos que ya mejoraste desde la última vez que nos vimos.- Asentí con la cabeza, no me gustaba que estuvieran en mi casa.
-Ella es la agente Aurea Prada, es especialista en sustancias.- dijo mi abuelo.
-¿Sustancias?- resalté.
-Un gusto Katia.- sonrió.
No puedo decir lo mismo, pensaba. -¿Por qué están aquí?- pregunté a mi abuelo ya molesta.
-Ellos solo te quieren hacer algunas preguntas. -
-Preguntas... ¿sobre que?- dije cortante.
-Katia- dijo la agente, -Sobre uno de las declaraciones de unos de los asesinos que sobrevivió.-
De repente se formó un silencio tenso.
-Ah ya entendí.- Todos me voltearon a ver.
-¿Enserio?- preguntó mi abuelo.
Fui hasta el escritorio y de un cajón saqué la carpeta que había encontrado el día anterior. La abrí busque lo que necesitaba, al encontrarlo coloqué la carpeta en el escritorio.
Señalé con el dedo la parte que me importaba, y empecé a leer:
"Ella no era normal, sus ojos eran grises, su cabello empezaba a tornarse blanco además su piel era pálida, ella brillaba, cuando llegó ella era normal."
-Supongo que de esto, ¿no es así?.- Todos los que estaban ahí me miraban con cara de incredulidad.
-¿Cómo sabias que eso estaba ahí?.- preguntó mi abuelo.
-Eso no importa ahora, ¿es esto a lo que se referían sí o no?-
-Sí, es eso.- hablo calmada Aurea. -Eres muy lista por lo que veo, así que no hace falta que hagamos una historia para que nos entiendas.- fue fría, arrogante y a la vez amable. -Déjame decirte.- continuó, -Que los hombres no estaban bajo sustancias, lo que significa que no logramos entender esta descripción.- me miro de pies a cabeza, -Tu cabello es castaño, tus ojos café almendra y aunque eres de test clara, no eres pálida.
Para este punto solo sentía que estábamos ella y yo en aquella habitación con 6 personas, los demás habían desaparecido.
-Okey, aun así, no sé qué hacen aquí.- dije fríamente.
-Queremos hacer pruebas de sangre.- sin rodeos, sin vueltas, lo dijo directamente.
Su aspecto era de una persona linda y amable, pero era tan fría y directa por dentro, me preguntó cuál es su papel, la "policía buena o la policía mala", era las dos.
-¿Por qué?- la miré a los ojos, -¿Quieren saber si me drogo?-
-Katia. - dijo mi abuelo, de repente volvimos a ser esas seis personas en la misma habitación como en el principio, -Solo deja que te hagan las pruebas.-
-¿Es enserio?- ya no podía más, -déjame descansar un poco de esto ,hace unos meses mi mamá falleció.- lo mire directamente a los ojos. -¿Enserio crees que me drogo?-
-Katia- Cora interrumpió.
-¡No!, tu no hables, tú no eres parte de esto.- reflexioné un momento, -No, ¿sabes qué?- dije mirando a Cora, -Tu eres enfermera, ¿me viste síntomas?.
Estaba empezando a tener miedo, tenía miedo que descubrieran mi secreto, un secreto que ni yo acababa de entender.
-Yo... no… nunca note algo de eso.- Nos miró y bajó su mirada.
-Solo deja que te hagan los estudios. - hablo mi abuelo en voz alta, estaba molesto, -¿Por qué no quieres hacértelos Katia?, ¿ocultas algo?- molesto tomó mi mano y me jaló.
-¡Noo!- grite, -Pero me duela que no me creas.- me solté.
Nos miramos fijamente.
-Deje pasar un tiempo para que estuvieras más tranquila pe...- lo interrumpí.
-¿Crees que las cosas se olvidan de la noche a la mañana?, ¿Tu ya lo superaste?, me pasa tragedia tras tragedia, decepción tras decepción, y en la única persona en la que podía confiar era en ti, pero igual que todos me dejaste.-
-¡Cállate Katia!-
-¿¡Cómo pudiste olvidar a mamá tan rápido?!-
-¡Bastaa!- grito y sin más me pego.
El estudio se sumió en un silencio profundo, lo último que se escuchó fue el golpe y un grito ahogado de Cora.
-! OJALÁ HUBIECES SIDO TU EN VEZ DE ELLA ¡-