Todo era perfecto, era perfecto por el simple de echo de ser un desastre.
Mamá se quejaba por matar otra planta de su jardín, Papá se ponía tapones de oídos para no escucharla, a mamá no le gustaba eso y discutían, terminaban olvidando porque peleaban y volvían a sus cosas, mamá a intentar plantar o cocinar y papá a su estudio.
Mamá no era buena cocinera, solo le salían bien los postres, Papá no era bueno en los deportes, su fuerte era la biblioteca, yo no era la mejor en la escuela, me costaba concentrarme, las clases eran aburridas.
¿Cómo eso podía ser perfecto? Una madre que no es buena cocinando, un padre que no grita por los deportes, una hija tonta, éramos un desastre y eso nos hacia perfectos, éramos una terrible familia a los ojos de los demás, pero todo era una fachada, pocos veían nuestro verdadero ser, lo que nos hacía únicos.
Mamá era la mejor cantante de todas, no puedo decir solo del país, era la mejor, Papá era el mas querido del pueblo, las canciones que mamá cantaba el las replicaba en pequeñas cajas de juguete, disfrutaba verlo trabajar, y yo… yo solo me sentaba y los veía en el proceso de fabricación.
Esa era mi familia, un perfecto desastre o quizás desastrosamente perfecta, no lo sé, solo se una cosa, eran mi familia y eso bastaba, pero teníamos un secreto más, uno que pocos comprenden, uno que mal entienden, un secreto que alguien revelo a las personas equivocadas y por el cual estoy sola.
Recuerdo la noche que todo ocurrió, estaba por cumplir catorce años, recuerdo como mi débil cuerpo en camisón corría tras esa camioneta rogando se detuviese, vi a mis padres tras el cristal, sus miradas de tristeza mientras sus bocas se curvaban para mostrarme una sonrisa.
Las palabras de mi padre que irrumpían mi mente y se desvanecían a medida que el auto avanzaba, y mi llanto siendo disimulado por la lluvia que caía y me empapaba, el ultimo día que escuche esa canción.
El tiempo a pasado, ya no lloro por eso, mis lagrimas se las llevo la lluvia aquella noche, las cosas cambiaron poco, aun vivo en la misma casa, el negocio prospera como siempre, fui mala en la escuela siempre y no la termine, el estudio no ha cambiado, el jardín de mamá esta repleto de flores, las personas creen que tengo una buena vida pese a todo, pero no es así, ya nada es perfecto, es frio y monótono, pero es la única forma en la que puedo vivir.
Y hoy, en el aniversario de la desaparición de las personas que ame tanto, trato de no pensar en eso, pero es imposible, solo puedo sonreír y fingir, las ventanas se abren, canciones comienzan a sonar, el letrero finalmente dice “abierto”, espero en el mostrador, hasta que la campana me alerta que el día de trabajo comienza y al igual que mi madre levanto la mirada y sonrió para recibir a la persona frente a mí:
-Buenos días, bienvenido a “Harmonie Magique”, ¿Viene por algo en particular? -
-Si…He venido por ti- empieza el joven frente a mí.
Este será una larga jornada, una más de mi imperfecta y ,no más , alegre vida.