El Arlequín

Era una tarde como cualquier otra, las aves cantaban, el frio aire y la cálida luz tenue del ocaso entrando por la ventana, Jean Pierre Baptist aun dormido en su cama se encontraba reposando en un su letargo. 

Aun somnoliento abrió uno de sus ojos viendo su cuarto frío y lúgubre, se levantó de su cama y soltó un pequeño quejido al tocar el helado piso con sus pies descalzos, no obstante se fue acostumbrando al frío del suelo, se sentó en su escritorio sin saber que hacer, puesto que el ya había terminado el libro que le había llevado tanto tiempo escribir, y ya no sabía en que invertir todo ese tiempo libre qué poseía. Jean no tenía ganas de salir, ya que el no era mucho de eso, pero poco o nada podía hacer debido a que ya había acordado en reunirse a las siete con su promoción, a Jean le disgustaba un poco la idea de reencontrarse, debido a que en su etapa escolar sus ex compañeros se dedicaron a ignorarlo, apartarlo y usarlo a su beneficio. Empero, quería restregarles en la cara el éxito qué tuvo con su novela "101 poemas de amor" qué fue todo un éxito en ventas. 

Jean bajo las escaleras y cruzó la puerta de madera oscura de su casa, salió con dirección a él parque, aun le quedaba una hora para encontrarse con su promoción así que podía estar tranquilo, en esos momentos, por mera casualidad que parezca se cruzó con Lucas un ex compañero. 

Después de eso Jean y Lucas estuvieron charlando sobre el pasado, sus viejos compañeros y sobre todo lo que han hecho los últimos años. Con toda esa conversación ya se estaba oscureciendo, el ocaso ya los estaba bañando de pies a cabeza y la oscuridad estaba invadiendo hasta los más pequeños rincones de la ciudad creando consigo un silencio sepulcral y un ambiente lúgubre y solitario.

Jean: Bueno Lucas fue un gusto volver a verte. 

Lucas: Nah no qué lo menciones, a propósito, ¿Iras a la reunion? Además, irá la mayoría de la promoción. 

Jean: Si por que no. – decía con melancolía y con una sonrisa. 

Lucas: Esooooo, te espero en mi casa a las siete. 

Jean: Claro, no hay problema. 

Lucas: ¡Genial! Nos vemos, ¡Adiós! 

Jean: ¡Nos vemos Lucas!

Al despedirse Jean se quedo mirando al cielo en el silencio sepulcral de la noche plutonica, pensando si debería ir con los canallas qué le hicieron la vida difícil en su etapa escolar, sin embargo quería ir para demostrarles qué si pudo ser algo en la vida pese a los comentarios negativos qué le decían casi a diario. Y mientras estos dos pensamientos rondando por su misteriosa y lúgubre mente para no tomar una decisión de la cual se arenpentiria, Jean tomo la de ir pasara lo que pasara, una vez listo de apresuró a levantarse de la banca he irse directo a la reunion. 

Llegó frente a una casa que parecía medieval, de madera oscura, de dos pisos y un sótano. Era realmente grande comparado con las demás casas, y a pesar de su aspecto era la menos aterradora. Y así, se determinó en entrar. 

DING DONG

Lucas: ¡Hola Jean! Gracias por venir a la reunion. 

Jean: Hola Lucas, gracias a ti por invitarme. – dijo con tono decaído. 

En la fiesta no habían muchas gente, en total solo habían ocho personas Juan, Kevin, Jean, José, Lucía, Lucas, Luis y María.

Al transcurso de la noche todo anduvo con tranquilidad, sin embargo kevin lo seguio molestando por seguir siendo como era antes, pero a Víctor no le importo y siguió con el resto de la noche con tranquilidad bebieron y bailaron con la música a alto volumen. Pero la fiesta se empezó a tornar en un ambiente muy aburrido y poco motivado, tanto así que Jean se sentó en una silla para poder leer algo desde su celular. 

Kevin: ¡Oigan!, escuchen todos, la noche aun es Joven, así que le dije a Lucas que íbamos a jugar un juego para animar la fiesta ya qué está muy aburrida – decía con una sonrisa egocéntrica y un tono bromista. 

Todos se voltearon a ver a Kevin y prestarle  atención. A pesar de que el seguía siendo el misma persona problemática, burlona y molesta. 

Lucas: Así es, yo y Kevin encontramos un juego en internet para así poder animar la fiesta, pero no es cualquier juego.

La intriga invadía a todos pensando en que tipo de juego de rol se verían involucrados sin poder salir. 

Kevin: Aremos una ¡invocación!

Esto le heló la sangre a más de uno en la fiesta, y se preguntabas si deberían realmente hacer esa clase de cosas. Ya que algunos incluso empezaron a planear el como decir que no. 

Kevin: No se asusten es un juego con sencillas reglas así que no será difícil – dijo con inmensa confianza – Se llama El Alequín.

El arlequín es un personaje de la antigua comedia del arte italiana que llevaba una máscara negra y un traje de cuadros o rombos de distintos colores.

El origen de Arlequín está en Hellekin o Helle-kin que era un reflejo diablesco del dios Odín (padre de todos en la mitología escandinava). Era el personaje principal y satánico del Car-navalis o Carrus-navalis de las fiestas del equinoccio de primavera, fiestas que duraron hasta el siglo XIII en Flandes y Alemania.

Kevin comenzó a explicar de que trataba el juego. 

Kevin: Tras la media noche su sangre en un papel con su nombre han de quemar, una silla me han de dar pues el rey cansado está, el rey llegará y escojera a una persona como su arlequín, este lo va a tener que hacer reír, si no, las consecuencias pagará, el próximo en sangrar lo hará su arlequín, hasta que el alba salga de un ventanal.

Lucas: Suena interesante ¿no creen? – decía con una gran sonrisa. 

Todos escucharon confundidos por lo que acababan de escuchar, pero lo entendieron con claridad. Tras convencer a todos para jugar decidieron decir las reglas 

Kevin: Muy bien, deben seguir las siguientes reglas si quieren ganar:

1) Solo el que es escojido como el arlequín puede hacer reír al rey, si el rey se ríe, el arlequín habrá cumplido su propósito y estará a salvo.