La Vampiresa de la Avenida Saint-Bartholomew Nº 13

Capitulo XII: ¿Qué fue de la Doctora Edwyna Wagner? Parte II (Arco II: Una Sombra Sobre New Hope)

Nota del Autor: 

Hola queridos lectores de Litnet, les saludo cordialmente trayendo con ustedes el siguiente capítulo de esta denominada serie de publicaciones.

Espero que disfruten de esta nueva actualización que cierra los eventos visto en el capitulo anterior con posteriores consecuencias para futura publicaciones pero aún falta ciertos eventos y todo eso. Aprovechando la oportunidad quiero dejar algunos datos en torno a lo que veremos en este nuevo capítulo:

-El célebre autor Howard Phillips Lovecraft residió en por algún tiempo en la residencia Nº 194 de Angell Street, antes de ser puesta en venda por su familia.

-Tíndalos como los denominados Perros de Tíndalos son parte de la autoría del escritor Frank Belknap Long.

-Es posible que en futuras actualizaciones haga referencia a otros relatos de los Mitos de Cthulhu.

Y sobre el próximo titulo que se ambientan en la época actual se titula:

Licantropía I: La paciente Nº214.

Ahora vamos con el nuevo capítulo:

                                                                                     

Esta historia se sitúa en la ciudad Providence, Rhode Island. Específicamente a comienzo del siglo 1900 en la época de invierno a finales del mes de enero en la ciudad ya mencionada.

                                                                                   

(En el interior del Nº 194 de Angell Street).

Solo necesito descender hacía el sótano de la residencia, sin llevar alguna vela o lámpara de aceite para iluminar su camino.

Sus ojos adquirieron un color rojizo que brillaban en medio de la oscuridad, descendiendo las escaleras, ignoro algunas figuras de piedras provenientes de países lejanos en cajas de maderas, esqueletos de animales que debían ser ensamblados pero todo el nivel subterráneo de la residencia estaba acondicionado para almacenar ciertos objetos de un valor incalculable.

–Sin duda relacionarse con humanos es algo tedioso– se dijo.

Finalmente poso su mano sobre una manilla oculta bajo las escaleras e ingresando en el cuarto secreto, sus ojos le permitían tener una excelente perspectiva de las hojas sueltas con anotaciones, dibujos con extraños jeroglíficos de tiempos remotos, libros escritos en un idioma blasfemo, una extraña deidad proveniente de tiempos remotos y un plano combinando ciencia como magia arcana.

–Padre y el doctor estarán muy felices por ver los descubrimientos de Edwyna– tomando entre sus manos el último vestigio de la reconocida académica.

Estudio detenidamente la sortija de oro con una gema color azul y parte de la falange del dedo índice derecho completamente seco. Consideraba que uno de los beneficios de la mortalidad humana, era aquel sentimiento de dejar su huella en la historia como ser recordado por algún logro significativo en la historia de la humanidad.

Ella continuo contemplando la falange del dedo e imaginando los últimos minutos de vida de la estimada doctora.

–Nunca me agrado o desagrado pero nadie merece esa muerte especialmente por tratar de romper el velo espacio-tiempo, ir más allá de lo permitido… quizás se lo tenía merecido… en fin es mejor terminar el trabajo y regresar con padre.

Solo había tomando el nombre y las vestimentas de la verdadera sirvienta de Edwyna Wagner. Había reunido todo lo concerniente en torno a la investigación pero debía dejar atrás esa charrada de ser una cándida sirvienta de nombre Nathalie y volver a ser Nub del Clan de los Rampantes.

–Tiempo de acabar el trabajo.

(Taberna Local de Providence, Rhode Island).

La cantina que se encontraba a pocas calles de la residencia Wagner, siendo un edificio de dos pisos donde se encontraba dispuestas varias mesas, banquillos e incluso se servía algo de comida. El lugar solía ser visitado por trabajadores de la clase media para charlar entre amigos o solo extender el tiempo antes de su regreso a casa con sus familias.

El periodista que abordo al detective se identificó como Hank Thompson, un reportero local que ocasionalmente solía visitar a la doctora Edwyna Wagner y mantener extensas charlas donde solían charlar hasta entrada la noche.




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