La siguió y la siguió durante varias cuadras acercándose poco a poco hasta que estuvo lo suficientemente cerca para que la joven se diese cuenta de su presencia. Ella paró y se dio la vuelta. A la luz el hombre pudo ver mejor su rostro. Tenía unos ojos café que brillaban a la luz y una piel pálida.
Bajo el abrigo llevaba un vestido blanco y sujetaba algo en la mano. Enseguida lo ocultó atrás de la espalda. Se quedó mirando al hombre muy quieta, sin decir nada. Durante unos instantes él fue capaz de contener sus impulsos, hasta que no pudo más y se tiro sobre ella.
La agarró fuertemente de los brazos, y a pesar de la presión la mujer no hizo nada, solo lo miraba fijamente. Sorprendido por su reacción, el hombre la soltó lentamente y con su mano le saco la máscara que cubría su rostro para besarla.