Desde pequeña he sido un ejemplo a seguir, todos los niños querían ser como yo, los padres querían una hija como yo, y es que aparte de bella e inteligente, soy un alma pura, bondadosa, sin un rastro de maldad en su pequeño cuerpecito, estoy segura que cuando muera el vaticano me canonizarán convirtiéndome así en una santa más. Mi foto aparecerá en cada casa de los devotos, me venerarán en cada iglesia y harán altares en mi nombre, quedaré plasmada en la historia como la madre de todos los santos. Tan pura y Virgen que... Ah no, ¿creo que esa es María?.
¿En serio? ¿Seguirás con esto?-Alza la voz mi conciencia.
Está bien, está bien. Quizás no sea tan pura y buena, pero lo de bella e inteligente nadie me lo quita.
"Como quieras, iré a dar un paseo, cuando te canses de alardear me avisas."
¿En que estábamos? Ah sí, ya recordé, hablamos de mi singular belleza. Soy de tez blanca, cabello castaño, alta y delgada con las curvas necesarias donde deben estar. Afrodita no me llega a las suela de los zapatos.
"Sigue así, las personas que están leyendo tu historia se llevarán una gran idea de ti" -Aparece mi conciencia.
¿No se supone que te hubieras ido? -Pregunto.
¡Bien! Adiós. -Ahora resulta ser muy digna.
Mi amistad con Valery, mi mejor amiga, inició cuando solo éramos unos bebés que su única misión en la vida era comer, eructar, dormir y cagar. Cito textualmente a mi madre, no me culpen.
Mamá conoció a la señora Maribel hace veinte años en el centro de vacuna cuando yo contaba con tres meses y Valery con cinco.
Al llegar al centro un llanto incontrolable se apoderó de mi angelical cuerpo al instante. Es que desde pequeña he sido inteligente, sabía que ese lugar no me convenía.
Mi llanto provocó el del resto de los niños que allí se encontraban, sin embargo, sus madres lograron calmarlo rápidamente. Claro está, a excepción de a Valery y a mi quien decidió acompañarme en mi pequeña rebelión cuyo objetivo era que exterminarán todas las vacunas habidas y por a haber en todo el mundo, estoy segura que si los bebés en la sala de espera hubieran conocido la causa de nuestro llanto, nos apoyarían.
Quizás no tenía un gran conocimiento sobre el tema, por lo que opté seguir mi instinto de supervivencia que me decía que tenía que escapar de ese lugar y Valery se había convertido en mi aliada.
Nuestras madres al ver que nuestro llanto persistía, supongo muertas de vergüenza por el show que estamos brindando, se acercaron la una a la otra con nosotras en brazos, la mirada de Valery conectó con la mía sucediendo de esta manera un hecho irrepetible en la historia de la humanidad, ese día nació el BFF a primera vista, porque como por arte de magia nuestros llanto ceso y en nuestros rostros se formó una hermosa sonrisa, o al menos el intento de una.
Como podrán darse cuenta nuestras madres ante ese milagro divino siguieron en contacto, por ende Valery y yo también.
Me encantaría seguir contándole lo grandiosa que soy y de como a evolucionado mi amistad con ella, pero tengo que irme a la universidad.
A lo mejor más tarde me animo y le sigo contando mi apasionante vida.
Porque definitivamente creo que el mundo me odia, porque si, la vida me regaló belleza, inteligencia y hasta sentido del humor, pero no todo es perfecto, y en la misma medida me otorgó mala suerte, créanme cuando les digo que eso de tirarse en el mar de cabeza no funciona, yo lo hice alrededor de diez veces y quedó demostrado que eso solo es una falacia, la constancia quedó en mi brazo izquierdo que se fracturó en mi último intento.
En fin, ahora si tengo que irme, no quisiera tentar a mi mala suerte.
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