La Venganza del Alfa

Capítulo 11: Prueba Final

Mantuve mi respiración bajo control a pesar de estar haciendo varias piruetas de las que me hacen parecer una especie de bestia flexible que no se rompería un hueso con sus movimientos; a parte de ello, no puedo permitirme pensar mucho en mis ataques cuando el oponente en tan solo unos cinco segundos ya está cambiando de golpes que van para cualquier parte de mi cuerpo a fin de derivarme, pero para su mala suerte, me he convertido en más ágil y experto que en menos del tiempo esperado, es el primero en caer al suelo.

La virtud de aprender rápido como cuando un niño suele ser una esponja que recolecta todo lo que ve y lo que escucha es lo que hace que haya progresado muy rápido en los últimos seis meses y medio, apenas ayer me quejaba del calor y ahora sé dominarlo a la perfección, eso sin añadir que, los temblores ya no me ocasionan un desequilibrio que antes provocaba que tuviera que agitar mis brazos o piernas para no caer al abismo; aunque también se encuentra la consistencia en haber incrementado algunos poderes de los que solo necesitaban fortalecerse con un buen entrenamiento, ¿qué quiero decir con eso? Mis sentidos entre ellos el auditivo y la vista.

Estar en un lugar donde la luz se vuelve cada vez más tenue al caer la noche aligero una adaptación en mi ojos causados por la oscuridad, añadiendo que, los ruidos que hay en mi alrededor suelen ser ecos cuando son transmitidos a los lejos en donde para avanzar el sonido auditivo tuve que practicar la concentración de mi mente y mantener una paz interna que logrará que pusiera atención a cada pequeño detalle del campo de entrenamiento, desde la más pequeña piedra que se cayera a la profundidad del núcleo del planeta hasta la avalancha de tierra que a veces se daban con algún deslizamiento provocado por los temblores.

A parte de ello, tener que acostumbrarme al exhaustivo entrenamiento que Keren empezó a aplicarme del cual siguió sin ser sencillo, lo digo, porque con sólo trabajar en mi físico casi dieciocho horas en absoluto ejercicio logro que cumpliera aquellos objetivos que ella me propuso desde que llegamos a este lugar, entre ellos en enriquecer mis destrezas para poder agilizar mis movimientos, fortificar mis sentidos y utilizar todos los recursos que podría obtener en la palma de mi mano para que encontrará soluciones; quisiera poder decir que lo último era lo que más escaso que podría obtener de un lugar donde solo hay arena, rocas y arcilla pero en sí, estuve equivocado al saber que aquí, cualquier material puede ser útil para una batalla.

He aprendido que nunca hay que ver de menos lo que tenemos a nuestro alrededor, ya que a pesar de carecer de materiales que se pueden encontrar con más sencillez en otros sitios, eso no demuestra que acá se pueda construir algo de lo que sea de buen uso para defenderse o incluso, lograr un cometido.

—Ahora verás. —Le dije al gigante de roca que Keren creó.

Cuando estuvo a punto de darme un golpe, con fuerza agarre su puño para después tirarlo a un lado, me moví a su lado para poder rodearlo y escalar en su espalda a través de un salto, sus brazos pequeños pero fuertes me buscaron a punto de que casi rozan mi espalda si no hubiese sido porque me agache y me deslice un poco en él. Me percate de su intención en el instante en que se dejó caer hacia atrás, por lo que, al querer dar un salto, tomo mi pierna para darme unos giros a fin de tirarme, pero en vez de funcionar su técnica, fallo en el momento en que con fuerza, mis pies se apoyaron en la pared de roca para tomar impulso y dirigirme hacia él.

Le di un golpe con mi pierna que si lo hizo caer, a parte de ello, empecé a golpear puntos débiles de su cuerpo para que quedara indefenso, sin embargo, al querer romper su brazo, agarro el mío para elevarme, aunque eso fue poco porque pronto su otra mano agarro mi cuerpo y empezó a estriparlo haciendo que gimiera del dolor, como también, me moviera para liberar alguna extremidad.

—Concéntrate en como liberarte. —Escuche el grito de Keren a lo lejos.

Al principio estuve inmerso en el estrés de querer liberarme que no pensé que esa tendría que ser la última opción que debería tomar, por ello, deje de moverme como un gusano para quedarme quieto mientras pensaba en un par de segundos algún plan que me ayudara a salir de aquel aprieto. A veces me era imposible concentrarme cuando apretaba más mi cuerpo sintiendo como si algo se estuviera encogiendo dentro de mí, no quise frustrarme porque eso hará que pierda la cabeza, como también, quise mantener mis emociones bajo control antes que me causarán un problema antes que una ayuda.

Mire al gigante de roca detenidamente, será imposible usar al menos mis piernas cuando la mitad de ellas se encuentran en la palma de su mano, por lo que tendré que recurrir al plan B, que no es más que abrirme paso para como cuando una mariposa empieza a salir de su capullo para extender sus alas.

Deje ir un gruñido a punto de que use la fuerza de mis brazos acorralados para irlos extendiendo de poco a poco, solo fue así, cuando use la energía de mi cuerpo para ir incrementando mi poder; achique mis ojos para mantener la mirada en el gigante, un instante dejo de poder apretarme por lo que se quedó asombrado, pero eso no fue nada, cuando poco a poco fui abriendo la palma de su rocosa mano haciendo que mis manos se quedarán colgadas entre la división de sus dedos.

Empecé a sudar por el exceso físico que estoy ocupando pero aún así, no me sentía derrotado, en vez de eso, al quedarme colgado, balanceé mis piernas de adelante hacia atrás de una forma ligera de la que ni alcanzará el gigante a poder detenerme cuando inesperadamente recibió unas patadas de mi parte en su mandíbula, ocasionando que se desequilibrada, me soltará y llegará el momento para darle el golpe final que logró que se derrumbará.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.