La Verdad Detrás de La Mentira (editando)

La Idea

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-no te atrevas a rendirte, no ahora… no cuando tienes un motivo- señor no puede pasar- no sé qué extraña fuerza me hacía estar conciente de todo, de pronto todo aquello en lo que crees firmemente, tus pilares los ves tambalearse, tus bases en los que construiste tu vida no son firmes como creistes, es ahí cuando te das cuenta que no tienes nada a que aferrarte y cuando llega el momento todo se derrumba frente a ti.

Hacia más de un mes que estaba en Alemania con mi supuesto esposo, mi papá y mi hermano estaban en Inglaterra para el tratamiento de Fabian, los médicos estaban valorando a mi hermano y haciendo una gran lista de exámenes. Todo indicaba que en unas semanas se comenzaría con las terapias celular y el pronóstico era alentador.

Esa parte de mi vida al menos me reconfortaba  pero cada dia sentia que mi orgullo quedaba por el barro y que puedo decir así era, Johann no era un tipo fácil, nuestra primera noche juntos fue justo el dia que nos casamos en una casita de el lago que había acondicionado para los novios, en la misma hacienda. Había una cama de dosel de madera fina vestida de blanco, en el centro de esta había un moñito de flores que por su olor eran de lavanda, en el piso habia petalos de rosas rojas y algunas velas aromáticas, la luz era tune, se podía ver desde el ventanal el reflejo de la luna en el lago y parte de lo que creo era un mini muelle.

Estaba muy nerviosa, pero de alguna forma el logro calmar mis nervios, bebimos champagne, nos besamos, no era una niña sabía lo que tenía que pasar, él fue muy considerado en algún momento de ese encuentro en el que al principio fue doloroso llegue a sentir un placer que no pensé que existiera, sus manos tocaban mi piel como si de seda se trataba, podría decir que hasta con adoración, los besos no dejaba que pensara en nada más, él sabía perfectamente lo que hacía, cuando descubrió mi tatuaje lo besó, lamió y toco, cada roce era aún más exitante.

Pero cuando toda esa bruma de pasion termino, y aun con la respiración descompasada, salió de la cama como si lo que había pasa fuese un error, una capa de sudor cubría su muy bien definido y proporcionado cuerpo, dejando al mio con una sensación de vacío, se vistió y se fue sin decir una palabra, no fue hasta el desayuno que lo volví a ver y desde entonces he tenido que acompañarlo a diferentes lugares para asistir a cenas de negocios, eventos de su empresa, fiestas benéficas, de todo.

En Alemania conocí mejor a su familia, ya que en la boda no hubo mucho tiempo para conocernos sus padres Saskia y Vladimir, y su hermano gemelo y una hermana los dos eran menores que el, Erika una mujer bastante guapa casada y con un hijo, y su hermano Harry soltero entre los dos se encargaban de la empresa, desde distintos puntos.

Todos me trataron como si me conocieran de años, su mamá no era el típico estereotipo de bruja malvada que no quiere compartir a su hijo, para todos eramos un matrimonio feliz, nada más lejos de la realidad.

A mi esposo le gustaban las mujeres fáciles, las que por dinero hacen cualquier cosa, asi como yo decía él, pero menos mojigatas, menos remilgadas desde aquella primera noche después de la boda solo habíamos estado dos veces más y ninguna agradable debo decir.

Era super opuesto a lo que fue esa primera vez no había amor ni siquiera pasión, era solo un simple acto sexual, una necesidad fisiológica, sin tomar en cuenta lo que yo quisiera.

Dos semanas después de la boda estábamos en una cena de negocios con unos Rusos en moscú y al único que conocía y que hablaba mi idioma era Luka, el que me presento en aquella fiesta a Johann, recuerdo haber hablado con él sobre el clima de ahí y los horarios tan distintos que tenía Rusia, no recuerdo haber sido ni en lo más mínimo coqueta, yo no era así.

-No me gusta que nadie me deje en ridículo- gire para verlo de frente pues no entendía a qué se refería, en su rostro había molestia, estaba enfadado.

-No se de que hablas- me atrevi a decir bajito, en cierto modo temía a su reacción, aún sabiendo que no había hecho nada malo.

-Estabas coqueteando con Luka, parecías lapa pegada a él, peor que una cualquiera- su voz se elevó unos decibelios más.

-No, no fue así- se abalanzo sobre mi y sujeto mi cuello, tome sus manos pero él era más fuerte que yo, me acerco a él y espeto.

-Si lo hacías- el auto se detuvo, cuando la puerta se abrió me tomó del brazo y casi me arrastró fuera, entramos a la casa y sin soltarme me llevó hacia la habitación.

Recuerdo pensar a mi mama en aquella hamaca grande mientras acariciaba su vientre poco abultado, a mi papá llegar de trabajar temprano era algo mágico presenciar cuando sus miradas se topaba se perdían, nada existía eran solo ellos dos, nada más importaba eso era lo único que deseaba, llegar a sentir ese amor, amar y que me amaran de tal manera que nada más importara.



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En el texto hay: misterio, sexo, romance y luto

Editado: 10.08.2019

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