Introducción

Luego de ver cómo su Shijie era apuñalada en lugar de él, la mente de Wei WuXian se desconectó. Su mirada se había perdido en un punto fijo sin importarle en dónde se encontraba y la situación en la que estaba.
Aún con la mirada perdida, Wei WuXian tomó al cultivador por el cuello y se lo rompió. En el momento que él hizo eso, la energía resentida se desató haciendo que todos dirigieran su mirada al Patriarca Yiling.

Jiang Cheng observó como Wei WuXian tomaba la espada del cultivador sin vida y lo apuñalaba repetidas veces en el mismo lugar en el que su Jie fue apuñalada.
Todos miraban horrorizados la escena mientras que Wei WuXian reía como desquiciado.
El pequeño loto rojo no había perdido el control por culpa de una matriz —aunque sí tenía un poco de culpa eso—, él perdió el control por culpa de un maldito cultivador que mató a una de las personas que podía calmarlo. Wei WuXian sentía que ya no tenía a nadie, Wen Qing y Wen Ning fueron quemados por Jin Guangshan, su Shijie estaba muerta en los brazos del que alguna vez fue su Shidi. Ya no le quedaba nada, estaba solo. No había...

"Xian-gege."

Wei WuXian soltó la espada con horror, su cuerpo había empezado a temblar preocupando a un par de personas.
El llamado de A-Yuan lo había regresado a la realidad.

—¿Por qué? —preguntó observando a todos con desprecio—. Yo estaba bien y tranquilo en los Túmulos Funerarios, ¿Por qué tuvieron que acabar con esa paz?

Algunos desviaron la mirada sabiendo que era verdad lo que decía Wei WuXian, pero se negaban a aceptarlo.
De repente, el Sello del Tigre Estigio apareció al lado del Patriarca Yiling. Los ojos de la mayoría se abrieron por la ambición, especialmente los de cierto líder. Wei WuXian al notarlo rió sin gracia negando con la cabeza.

—Todo por esta maldita cosa —murmuró con rabia.

La energía resentida rodeó el Sello del Tigre; tal acción asustó al líder Jin como a su hijo.
Jin Guangshan buscó la mirada de su hijo bastardo con rapidez, y este usó a los cadáveres para que atacaran a Wei WuXian. Ninguno esperó la aparición del General Fantasma.
Las miradas de todos se posaron en un pálido Jin Guangshan buscando respuestas. Después de todo, él había dicho que las cenizas del General habían sido esparcidas junto con las de su hermana.

El más sorprendido sobre tal aparición fue Wei WuXian. Él había observado el momento cuando las "cenizas" de Wen Ning fueron esparcidas en Ciudad Sin Noche.
El Wen por otro lado, observaba a todos con cierto odio y asco antes de acercarse a su maestro.

—Maestro Wei —habló Wen Ning arrodillándose frente al susodicho.

—Wen Ning —contestó el Patriarca sin salir de su asombro.

—No sé cómo...

Wei WuXian negó con la cabeza interrumpiendolo, ahora no era el momento de pensar en lo que Jin Guangshan fue capaz de hacerle. Lo importante para el Wei era que tenía a Wen Ning otra vez.

—Voy a destruir el sello pero necesito tu ayuda.

—¿Qué tengo que hacer?

—Aléjate con el líder Jiang y Madam Jin, por favor.

—Está bien.

Wen Ning se levantó y caminó hasta Jiang Cheng, lo separó del cuerpo de Jiang YanLi ignorando sus gritos, y luego los tomó a ambos para alejarlos de Wei WuXian.
Una vez estuvieron con los otros cultivadores, Jiang Cheng no dudó en gritarle.

—¿¡Qué crees que hacer!? ¡No vuelvas a tocar a mi hermana con tus asquerosas manos!

Wen Ning lo ignoró, él estaba bastante preocupado por Wei WuXian como para discutir con ese líder.
Al verse ignorado, Jiang Cheng intentó gritarle una vez más, pero el Wen habló.

—Líder Jiang —hizo una pausa y se giró a verlo—, si usted se quedaba cerca del maestro Wei, la explosión de energía resentida lo habría alcanzado.

—¿Qué quieres decir? —gruñó Nie Mingjue, quien en ninguno momento había despegado su mirada de Wen Ning.

—No hay que ser tan estúpido para no darse cuenta, Líder Nie —respondió el General con burla.

El Nie gruñó con rabia e intentó acercarse al General pero, fue detenido por la voz de Xichen.

—Wei WuXian destruirá el sello del Tigre, ¿Verdad, joven Wen?

—Así es, Zewu-Jun.

Las mirada se dirigieron rápidamente a Wei WuXian, pero esto solo observaba a Wen Ning y en ocasiones, a Lan WangJi.

«Cuidaré de A-Yuan, maestro Wei.» pensó Wen Ning sin dejar de mirar a Wei WuXian.
El Patriarca cerró los ojos y sonrió. Lan WangJi intentó dirigirse hacía Wei WuXian pero fue interceptado por Wen Ning.

—¿Qué haces? —soltó con un gruñido molesto.

—Hacer que dejen tranquilo al maestro Wei —bramó el General de igual forma.

Al volver a abrir sus ojos, Wei WuXian frunció el ceño aunque la escena no lo dejó retroceder, él destruiría el sello. Le sonrió a Jin Guangshan con arrogancia, provocandolo; luego rodeó con energía resentida el sello, dió una última mirada y sobrecargó el sello con energía provocando su destrucción, junto con una explosión.
La explosión había alcanzado a los cultivadores, después de que se disipara, algunos empezaron con sus gritos hacía el joven Patriarca. Wei WuXian abrió los ojos con sorpresa, se suponía que esto no debía pasar.

—¡Wei WuXian! ¿¡Qué diablos hiciste!?

El nombrado rió con frialdad mirando a Jiang Cheng.
—¿En serio me está preguntando esto, Líder Jiang? Pensé que era más inteligente, pensé que se daría cuenta lo que el abuelo de su sobrino codiciaba tanto.

Antes de que Jiang Cheng pudiera contestar, una voz conocida para los ex hermanos se hizo presente.

—A-Ling también es tu sobrino, A-Xian.

Yiling Laozu y Sandu ShengShou se quedaron inmóviles; ambos adultos miraban a su hermana con las mismas emociones.
El primero en reaccionar fue Jiang Cheng, quien salió corriendo a abrazarla.
El Jiang lloró con fuerza en su cuello mientras abrazaba a su hermano con fuerza. Wei WuXian desvió la por la culpa, a su lado Wen Ning no sabía cómo consolarlo. El Wen sabía que algo así iba a suceder.
Jiang YanLi se separó de su pequeño A-Cheng y se acercó a su A-Xian. Se sentía culpable por ver a su hermanito de esa manera.