Ya habían pasado unas semanas desde que dejaron a la pequeña en el hospital, los días se hacían largos y eternos.
Robert trabaja de asesor en el centro de Londres todos los días va a su trabajo, algunos días no va con muchas ganas.
Robert y Natalie hablan a menudo de la pequeña preguntándose que habrá sido de ella.
Natalie se queda en casa, allí imparte clases de español a sus alumnos en la parte trasera de la casa, desde los grandes ventanales se ve su hermoso jardín, se pueden ver sus bonitos rosales y tulipanes.
Mientras está impartiendo clases esta entretenida y el tiempo se le pasa rápido sin darse cuenta, pero después cuando termina se sube hacia una habitación que tiene decorada para un bebe.
Esta es grande y con unos hermosos ventanales por donde entra mucha luz y los rayos del sol, está decorada con mucho gusto y cariño, junto a un ventanal esta una hermosa mecedora donde Natalie se sienta sumergiéndose en sus pensamientos.
Suena el teléfono Natalie se dirige hacia la sala y lo coge.
—Si ¿Dígame? —Contesta Natalie.
—Soy el agente —dijo Adán.
—Si Adán —¿Sabes algo ya?
—No Natalie seguimos investigando, está siendo un poquito complicado, pero no te preocupes, te llame para que sepas que estamos en ello.
—Vale Adán— dijo con voz triste, con lo que sepas me llamas, adiós.
—Si claro— quédate tranquila, hasta luego.
Adán colgó el teléfono, no le había contado todo a Natalie, no tenía el valor suficiente, sabía lo que ella estaba pasando, había tenido una experiencia parecida con una prima ...
La verdad era muy dura se había estado pasando por muchos hospitales de Londres, Adán contaba con algunos datos y pensó que sería más fácil, en los hospitales que ya había pasado tenían informes de los partos de ese día, había revisado los informes del día 14 de mayo a las 4 de la madrugada. Según los datos que tenía, la niña era blanca de piel, ojos verdosos y de origen asiático por sus rasgos. Adán no se daba por vencido y seguía buscando sin descanso.
Adán llamo a un amigo que es detective.
—Hola David— soy Adán.
—Hola Adán ¿Cómo estás?, ¿Qué tal la familia? cuanto tiempo sin saber de ti ¿Pero que pasa Adán? No me llamarías al trabajo si no sería algo serio, dime que te preocupa. —dijo David.
—La familia, todos bien gracias —contestó Adán.
Te llamo porque estoy llevando un caso, de una pequeña y me está siendo difícil de aclarar, y tengo mucho trabajo aquí en la oficina acumulado, necesito de tu ayuda.
Adán le explico los datos que tenia de la pequeña y de los hospitales que había visitado.
—Vale tranquilo—me pondré con el caso, pero no puedo empezar hasta mañana ¿te parece bien? Dijo David.
—Vale David —muchas gracias le contestó Adán.
—Esta me la debes, y se empezó a reír David.
Al día siguiente muy temprano David cogió su coche, tenía una lista con los hospitales que Adán le había pasado, que ya estaban descartados, él se dirigió a más hospitales de Londres con su libreta
iba apuntando el nombre del hospital y tachando, sin resultado alguno.
Natalie como todos los días espera, a Robert para la cena, no le gusta cenar sola, pues algunos días el sale más tarde del trabajo. Ella esa noche había preparado de cena unas chuletas de cerdo a la plancha con unas verduras y patatas al horno, cuando llego él.
Robert se acercó a Natalie le dio un beso en los labios.
—Natalie le pregunto con una sonrisa en los labios ¿Hola amor como estas? ¿Cómo te fue en el trabajo?
—Bien preciosa, ya sabes es cotidiano. ¿Y a ti cariño como te fue?,
—Bien, llamo el agente Adán, me dijo que todavía no sabe nada. Bueno, cielo ya verás que pronto, nos da buenas noticias.
Robert no las tenía todas consigo, él también estaba en contacto con Adán, sin que Natalie lo sabría.
Para que Adán no le dijera nada malo a Natalie.
No quería que sufriera más, de lo que había sufrido en su vida
Robert hablaba todos los días con el agente, que le mantenía informado de todo.
Ya le había contado de su amigo el detective, eso tranquilizaba un poco a Robert.
Robert llevaba una semana con mucho estrés en el trabajo.
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Editado: 15.02.2023