Eran las diez de la mañana, Robert hacia un rato que estaba levantado, ya se había duchado, se había acercado a por el periódico, le gustaba leerlo por la mañana, paso por una pastelería, y entro, para comprarle un croissant de chocolate a Daniel.
Natalie estaba haciendo la cama, y recogiendo la habitación, bajo a la cocina para ir preparando el desayuno.
Robert fue a despertar a Daniel...
—¡Buenos días grandullón!¡Ya es hora de levantarse! No se has perezoso ¡¡Venga arriba! —Dice Robert.
—¡Es muy pronto todavía! Déjame un poquito más tío...—Dice Daniel.
—¡Entonces te perderás la sorpresa que te tengo! ¡Bueno vale, yo y tu tía, nos vamos! ¡Como quieras! —Dice Robert, sonriéndose.
Robert se salió de la habitación, sabiendo que Daniel, bajaría corriendo hacia la cocina, al cabo de unos minutos el pequeño llego a la cocina.
—No te sientes Daniel, té tienes que bañar antes. —dice Natalie.
—¡No tengo ganas, más tarde! —Dice Daniel.
—¡Ahora mismo! Si no, el tío se enfada contigo ¡Y no te enseña su sorpresa! ¡Venga vamos a la bañera! —Dice Natalie.
—Bueno está bien ¡Vamos! —Dice Daniel.
Daniel es un poco perezoso, para madrugar y bañarse, sobre todo en invierno por el frio.
Natalie termino de bañar a Daniel, y bajaron a la cocina a desayunar.
—¡Toma Daniel tu cola cao aquí tienes! Y un croissant relleno de chocolate, — dice Natalie.
Terminaron de desayunar, y mientras tanto Robert sacaba el coche, Natalie recogía la cocina, y lavaba las tazas, y se dejaba todo recogido.
—¡Ya está todo chicos!¡Cuando queráis nos vamos! —Dice Natalie.
—¡Pues vamos entonces!¡Vamos Daniel súbete atrás! ¡Hoy lo vamos a pasar en grande! — Dice Robert.
Se subieron en el choche los tres, dirección a Hyde Park, mientras tanto, Robert le iba contando a Daniel donde iban...
—El territorio invernal Magical Ice Kingdon, ha sido completamente renovado con pasadizos secretos, con un desfiladero de hielo, y túneles de hielo y un imponente Carruaje de hielo para el palacio de cristal, — dice Robert.
Daniel estaba entusiasmado, con lo que su tío le estaba contando, nunca había estado allí antes.
—¡Vamos a Hyde Park!, es una localidad Daniel, ahí está Winter Wonderland —dice Robert.
Natalie y Robert hacía tiempo que no iban, pero seguían yendo a patinar...
—El recinto vallado de Hyde Park, Winter Wonderland se emplaza en el corazón, de esta zona verde, del centro de Londres, junto a famosos lugares, de interés del parque, como el lago Serpentine, el Speaker Córner, o la fuente conmemoratoria de Diana—dice Robert.
Natalie miraba a Robert, sorprendida, a él le gustaba leer mucho, sobre todo de historia.
Llegaron Hyde Park,direccion a Winter Wonderland, le costó encontrar aparcamiento, en estas fechas, solo lo abren en fechas navideñas, del dieciocho de diciembre hasta el dos de enero, ¡Está siempre lleno!
Entraron dentro, había atracciones, norias, el circo navideño, y se pueden hacer compras navideñas de regalos, hay restaurantes con la típica comida de la zona, pasarían allí todo el día ...
Daniel se quedaba con la boca abierta mirando de un lado para el otro.
—¡Mira tío, subamos ahí!¡En esa noria grande! —Dice Daniel entusiasmado.
—¡Vale Daniel!¡Pero después iremos a patinar! —Le dice Robert.
—¡Yo no sé tío! ¡Me caire !¡Y no tengo patines! —Dice Daniel.
—¡No te preocupes cariño! Tu tío y yo sí, y no dejaremos que te caigas, amor —dice Natalie.
Estuvieron allí todo el día, de un lado para el otro, sobre las ocho de la tarde, se marcharon de allí, Daniel estaba agotado, Robert lo tuvo que coger en brazos, hasta llegar al coche, porque se caía de cansancio.
—¡Madre mía como pesa, Daniel! No pensé que pesara tanto, ¡Tengo el brazo dormido! Menos mal que hemos llegado al coche, —dice Robert.
Por el camino Daniel, fue dormido como un ángel, Natalie y Robert hablaban en bajo, para que no se despertara, Natalie le iba contando sus planes, de renovar la habitación de Elisabeth.
Llegaron a casa, Robert subió al pequeño a la habitación, lo tumbo y como pudo le puso el pijama.
Natalie mientras tanto, se fue a la habitación a ducharse, y a ponerse su pijama, los días que estaba Daniel en casa, dormía con pijama, porque había noches en que el pequeño tenía pesadillas se despertaba llorando, y se lo llevaban a la habitación y lo metían en su cama, los demás días Natalie tenía sus picardías provocativas.
Esos días Robert ya sabía, que no podía jugar con Natalie.
Paso el fin de semana, Robert como todos los se fue a su trabajo.
Natalie se quedó en casa, al cabo de un rato salió para ir hacer algunas compras, paso junto al parque y vio una señora con una niña pequeña jugando, se les quedo mirando, y por un segundo se vio a ella con la pequeña Elisabeth, en el parque.
Siguió caminando, fue al mercado a comprar fruta algo de verdura y algo de pescado.
Natalie llego a casa, guardo todo en la nevera, se puso a barrer la casa, que estaba siempre muy limpia, termino de hacer todo, se sentó un rato, había empezado a llover, cogió su novela para leer un rato, estaba sumergida en su personaje una joven, que había sufrido por amor.
Mientras estaba leyendo, estaba pensando en Robert, en la suerte que había tenido de conocerlo, cogió el teléfono y llamo a Robert.
—¡Hola amor! ¿Qué haces? Estaba pensando en ti ahora mismo, ¿Me quieres Robert? —Dice Natalie.
—¡Hola amor! ¡Estoy aquí en la oficina al mando del general! ¡Qué quieres, a ver dime! ¡Por qué quieres algo seguro, mujer! ¿Qué clase de pregunta es sea?¡Acaso dudas de mí! —Se empezó a reír Robert.
—¡Pues claro que te amo!, Más que a mi vida, para mi eres lo más importante. ¡Aparte de mi otra chica claro! —Dice Robert sonriendo.
—¿Otra chica?¡ Que dices Robert—dice Natalie un poco celosa!
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Editado: 15.02.2023