—Despierten dormilonas hoy Abril regresa a casa así que tenemos que prepararlo todo. —Tengo una sonrisa enorme en el rostro aunque mi corazón está dividido entre la alegría por lo que pasará hoy y la tristeza por lo que pasó ayer. Porque la verdad es que realmente estoy feliz por la llegada de mi hermanita. Hoy mi familia empieza a reconstruirse, aunque papá se siga negando a ello.
Amy abre los ojos y me sonríe inmenso. Megan se tapa la cabeza con la manta y murmura algo sobre no levantarse los sábados antes de la una de la madrugada. Supongo que se refiere en realidad antes de la una de la tarde.
Para ella, las mañanas nunca han sido el mejor momento del día y, por lo visto, tampoco lo son las tardes, aunque tampoco lo son las noches. La verdad es que el único momento en que mi amiga es feliz, es cuando está dormida. Tal vez ese sea el motivo por el que odia tanto despertarse.
—Vamos Megan, te necesito para llevar a Abril a casa —Le quito la manta de la cabeza.
—De acuerdo —murmura. —pero que conste que lo hago porque quiero ver a la enana. —dice bostezando.
—Gracias. —Volteo a ver a mi hermana. —Amy ve a lavarte los dientes para que desayunes.
Cuando Amy se va, me acerco a Megan.
—Gracias por lo de ayer y por traerla, digo señalando en dirección al baño. Y... —bajo la mirada —Perdóname. Perdón por ser la peor amiga del mundo, no te merezco.
Megan me sonríe.
—Para eso estoy Alex. —dice y luego me abraza. —a pesar de todo sabes que siempre estaré para ti.
—Te quiero. —Murmuro llorosa.
—Deja de llenarme de moco y lágrimas ¿quieres? —dice para interrumpir este momento melancólico. Esa es la Megan que conozco y quiero tanto.
******************
Cuando llegamos al hospital Abril está esperándonos con una sonrisa inmensa en el rostro y yo no puedo estar más feliz por ella. Aún tiene que mejorar mucho, pero lo lograremos. Sé que juntas podemos.
Amy corre a abrazar a Abril y esta grita de felicidad, es una escena que conmueve hasta a las enfermeras. Amy ha esperado mucho tiempo por este momento y ahora por fin estamos las tres juntas.
—Bueno, bueno, bueno ¿y acaso no hay abrazo para mí? —Canturrea Megan —Amy, te estas quedando con toda la diversión. —le dice a mi hermana.
Ambas niñas sonríen y abrazan a Megan fuertemente.
Luego llega mi turno y no pude evitar llorar cuando tengo en brazos a mi hermanita pequeña. Ha pasado por tanto, fueron dos terribles años, lleno de incertidumbres, dolor, problemas, pero hoy por fin puedo tenerla junto a mí, puedo abrazarla y llevarla a casa y a pesar de todo estoy muy, muy feliz por eso.
Y por primera vez desde que Abril despertó del coma, no pregunta por papá. Creo que por fin se dio cuenta que él no vendrá, que solo estamos nosotras y nadie más.
Y en este punto no sé si alegrarme o entristecerme por el hecho de que, a una corta edad de 8 años, ya sabe que no cuenta con el apoyo de su padre.
El viaje de regreso está lleno de risas y cantos hasta que llegamos a casa. Luego, yo me dispongo a ayudar a bajar a Abril del auto mientras Megan y Amy bajan sus cosas.
Es entonces cuando siento que alguien se acerca a mí.
Sé que es él, incluso antes de verlo u olerlo.
Se coloca a mi lado, toma a Abril en brazos con confianza y ella sonríe mucho cuando lo ve.
—Eider —murmura ella con torpeza, pasando sus bracitos por el cuello de este.
Me paralizo de la sorpresa.
¿Por qué Abril conoce a Eider? ¿Por qué él la toma en brazos como si ya lo hubiera hecho antes? ¿Qué pasa aquí?
—Hola hermosa, ¿feliz de estar en casa? —Le pregunta a Abril con una sonrisa sincera en su rostro. Aún no ha volteado en mi dirección, pero yo sí que aprovecho para mirarlo. Se nota que no ha dormido en toda la noche, se ve descuidado, con ojos cansados y tiene la misma ropa de ayer.
¿Qué hace aquí?
—¿De dónde conoces a mi hermana? —pregunto un poco más fuerte de lo que pretendía.
—Es el doctor Alex —Responde Abril ajena a mi molestia.
—Déjame llevarla adentro y luego hablamos ¿te parece? —Sé que está tratando de evitar una discusión frente a mi hermana, pero no puedo dejarlo pasar.
—Yo puedo llevarla, tú no tienes nada que hacer aquí, y lo único que quiero que me expliques es por qué mi hermana te conoce. Tú no eres su doctor. —respondo en un tono duro.
—Alex. —Megan se acerca a mí, dejándome saber que tanto Abril como Amy están escuchando. Renuentemente asiento y me dirijo a casa a abrir la puerta.
Eider entra, seguido de Megan y Amy y lo conducen al cuarto de Abril, mientras yo me quedo en la cocina hecha una furia.
Pocos momentos después, sale él solo.
—¿Podemos salir para hablar por favor? —pide con una ternura que no me creo en ningún momento, pero yo estoy tan molesta y sé que empezaré a gritar pronto provocando solo que las chicas se asusten, así que accedo y salgo con él.
—Alex yo… —empieza él.
—¿Por qué Abril te conoce? —Me adelanto.
—Porque la he tratado otras veces. —dice sin mirarme a la cara.
Esto no me lo puedo creer. Quiero gritar, pero logro mantener la calma, tengo aún muchas cosas que preguntar.
—¿Cuándo fueron esas otras veces?
—Muchas veces Alex. —Está siendo evasivo. Me mira con una disculpa abierta en su rostro.
—Eider —pregunto con una calma que no siento en absoluto. —¿Desde cuándo conoces a Abril?
El me mira con expresión culpable y me responde después de lo que parecen horas.
—Yo soy su doctor.
Curiosamente lo primero que llega a mi cabeza, es la vez que Eider me preguntó por mi actividad favorita y yo respondí que amaba leer.
Me gustan los libro por muchas razones, pero una de las principales es que están divididos en capítulos, este es un atributo importante porque de esta forma si algo no te gusta, puedes simplemente saltar hasta algo que si te guste, y así puedes limitar en capítulos ciertas partes de la vida de los personajes.