La Vida Que Yo EsperÉ

UN DÍA ESPECIAL

Sentados en su nuevo comedor, Jorge termina de comer el sudado de pollo y queda mirando a Salomé, y le dice:

— Amor, este es el mejor sudado que has hecho.

— Gracias, y eso que le falto tomate.

— ¿Qué te ha parecido el barrio?

— Bonito, muy bonito, me gustaría recorrerlo en estos días... estaba pensando en lo que dijo Julián, sobre la niñera para Miguel.

— ¿Qué sucede con eso?

— Es que me entro la idea de llevarme al niño al trabajo.

— No, es una fábrica de calzados, es no es un buen lugar para Miguel.

— Yo lo sé, es que en Colombia le tenía mucha confianza a Nicol, no sabemos a quién conseguirá Julián.

— Confiemos en él.

— Está bien.

Jorge recoge los platos del comedor, y le dice a Salomé:

— ¿Vamos aprobar la cama de la habitación principal?

— Pero primero tenemos que organizarle la habitación a nuestro hijo...

En ese instante, Ramiro llama a Jorge, y este se va hablar con él en el sofá de la sala, ante la mirada de Salomé.

En seguida, Salomé carga el niño y va a la habitación del medio y lo acuesta.

El día siguiente, Julián llega muy temprano a la casa de Salomé y de Jorge, y antes de tocar la puerta, recibe una llamada de su esposa, cual le dice:

— Hola cariño, ¿cómo estás?

— Bien amor, trabajando, ya te estoy extrañando, ¿cuándo te vienes?

— En unos días, todavía tengo mucho trabajo.

Salomé abre la puerta, y le dice a Julián:

— Buenos días.

De inmediato, Julián le dice a su esposa:

— Cielo, ahora te llamo.

— Bueno.

Julián cuelga el teléfono, y le responde a Salomé:

— Muy buenos días, ¿qué les pareció todo?

— Genial, pase un día como hace mucho no lo pasaba.

— Bueno, hoy va a ver cambio de planes.

— ¿Cómo así? ¿No vamos a trabajar?

Jorge sale a la puerta y saluda a Julián, y está dispuesto a irse a trabajar. Cuando Julián dice:

— Hoy vamos a ir a conocer la fábrica, pero hoy no van a trabajar, hoy los voy a llevar a conocer algunos lugares de Ottawa.

Salomé y Jorge se alegran. Cuando Julián les pregunta:

— ¿Tienen alguna inquietud?

De inmediato, Salomé le responde:

— ¿El idioma?

Julián pone su mano en su rostro, y dice:

— Oh, si, se me olvidaba, ustedes tienen cupos para entrar a un curso de inglés y francés... ¿ya están listos?

Jorge le responde a Julián:

— Si, pero que hacemos con el niño.

Julián coge las dos manos de Miguel, y le expresa a Salomé y a Jorge:

— Ya hablé con una persona especializada en niños, así que no se preocupen, desde mañana ella cuidara de Miguel, ahora vayamos a conocer la fábrica y algunos lugares emblemáticos de Ottawa.

En ese instante, Salomé y Jorge entran a la camioneta con su hijo. Y se van con Julián a la fábrica.

Minutos después, Jorge y Salomé conocen el lugar donde van a empezar a trabajar. Pero después Julián a recorrer Ottawa y conocen el Museo Canadiense de la guerra, Canal Rideau, Museo de la naturaleza y el Museo de Historia.

Luego de conocer todos estos lugares, Julián lleva a Jorge y a Salomé a un restaurante español que hay en pleno centro de la ciudad, y les dice:

— Quiero que prueben la comida de este lugar, yo sé que ustedes vienen de un país magnifico en lo que se trata de comida. Pero aquí se van a deleitar con unos platos fabulosos.

Salomé se sonríe y le da el niño a Jorge, y le dice a Julián:

— Pues entremos.

Barrio Preston Street, 5:23 pm, Julián lleva Jorge y a Salomé de nuevo a su casa, y les dice:

— Falto mucho para mostrarles, pero más adelante ustedes mismos recorrerán y conocerán todos los rincones de la capital.

Jorge le dice a Julián:

— Gracias Julián, estuvo fantástico el recorrido y el restaurante ni hablar.

Salomé también le dice:

— Gracias, nos has hecho pasar un día muy bueno y de mi parte, yo me he divertido mucho.

Jorge y Salomé se bajan de la camioneta. Cuando Julián les dice:

— Bueno, mañana traigo a la persona que cuidara al niño. Para que los dos puedan trabajar, recuerden, ya tienen todos sus papeles en reglas y después que comiencen a trabajar se valdrán por si solos, así que mañana sería la última vez que me verían por aquí, bueno, si no pasa algún inconveniente...

En ese instante, Salomé y Jorge se despiden de Julián y entran a la casa. Para luego dejar a Miguel en el suelo y sentarse juntos en el sofá de la sala.

Jorge abraza a Salomé, y le dice:

— Dime lo que piensas, ¿esto era todo lo que esperaba?

— ¿A qué te refieres?

— A la vida que vamos a llevar en este país.

— Si, esta es la vida que esperé... pero falta algo.

— ¿Qué?

Salomé le da un beso a Jorge y le acaricia el pecho, diciendo:

— Esto.

De inmediato, Jorge carga a Salomé y la lleva a la habitación, mientras Miguel se queda jugando en la sala.

Desesperado, Jorge le quita la blusa a Salomé rápidamente, mientras la besa con gran pasión. Y la lleva hasta la cama...

Minutos después en la cama, Salomé se sonríe un poco. Cuando Jorge le dice:

— ¿Es que estuve tan mal que te sonríes así?

— No, no, no... es que me acorde que hace mucho tiempo, no hacíamos el amor de esta manera.

— ¿Y eso te causa risa?

— Es que, si no me equivoco, la última vez también estábamos contentos.

— Yo no me acuerdo cuando fue la última vez, es que hemos pasado por tanto sufrimiento, que ya uno no sabe que es sonreír.

— Gracias a Dios las cosas cambiaran...

En ese instante se escucha un fuerte ruido en la sala. Y Jorge y Salomé salen corriendo hasta la sala. Cuando ven a Miguel tumbando todo en la sala...

Jorge le dice a Salomé:

— ¿Quién arregla todo esto?

Salomé lo mira, y le dice:




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