En ese instante, Fabricio se levanta de su silla y se sonríe al ver a Eliza, diciendo:
— Mi viuda favorita, ya me tenías olvidado mujer.
— Tengo mucho trabajo, ya sabes, tengo que manejar a más de setecientos empleados.
— Bien por ti, pero siéntate, ¿qué te trae por estos lados?
— Voy a ir directo al grano.
— Te escucho.
— Ayúdame a comprar la fábrica Carrasquilla.
Estupefacto, Fabricio se acomoda en su silla, y le dice a Eliza:
— ¿Carrasquilla? ¿De qué se trata eso y dónde queda?
— Solo dime si estás dispuesto a ayudarme.
— Claro que sí, ni tu difunto esposo ni a ti, se pueden quejar de mi trabajo, pero quiero saber de qué se trata esta fábrica.
— Es una fábrica de calzados y su dueño se llama Rodolfo Ramos Carrasquilla.
— Ah, ya se dónde queda... ¿y tú por qué quieres una fábrica de zapatos si tienes una petrolera y exportas máquinas pesadas?
Eliza cruza sus piernas, y le responde a su amigo:
— Porque yo soy así, algo me gusta y lo obtengo como sea, ahora te vuelvo a preguntar, ¿te mides a esto?
— ¿Y de cuanto estamos hablado?
— No te preocupes por dinero, has lo que tengas que hacer para conseguir esa fábrica.
— Bueno...
Barrio Preston Street, Salomé camina de un lado para el otro pensando en la mujer que contesto el teléfono de Julián, y dice:
— ¿Sera que me confundí?
Salomé coge su celular y revisa el número de teléfono, y dice:
— No estoy equivocada, este es el número de Julián.
Salomé vuelve a marcarle. Cuando Julián le contesta, diciéndole:
— ¿Cómo estas Salomé?
— Hola Julián, estoy bien, yo pensé que me había equivocado de teléfono.
— La que te contesto fue mi esposa, porque yo estoy en casa enfermo hace varios días.
— ¿Qué tienes?
— Un fuerte dolor de cabeza y otro dolor en mi espalda.
— ¿Ya fuiste al médico?
— Si... pero dime Salomé, ¿a qué se debe tu llamada?
— Ya conseguí una niñera y, por lo tanto, ya estoy lista para regresar al trabajo de la fábrica.
— Bueno, déjame yo hablo con unos contactos y mañana te llamo, pero, de todas maneras, vete preparando para entrar el cuatro o el cinco de diciembre.
— Bueno Julián, espero tu llamada, y te cuidas.
— Gracias.
Salomé cuelga el teléfono y se le sube el ánimo al tener la esperanza de volver a trabajar.
7:30 pm, Jorge entra a la casa. Cuando Salomé con Miguel en brazos le dice:
— Ya me estaba alistando para salirte a buscar.
Jorge se sonríe y le responde:
— El transporte se puso pesado.
— ¿Y por qué no contestaste el teléfono?
— ¡Mira!, mi teléfono se descargó... ya pareces un militar.
— No eso, es que la ciudad es grande y me dio miedo de que te pasara algo.
Jorge le da un beso a Salomé, y le expresa:
— ¿Y cómo has pasado el día?
— Bien, ya contraté a la niñera, se llama Charlotte y después hablé con Julián para que me reintegren a la fábrica.
— ¿Y qué te dijo?
— Que es posible que entre a trabaja el día cuatro o el cinco.
Jorge se queda pensando en Eliza. Cuando Salomé le dice:
— ¿En qué piensas?
— Ah, en la comida, solo en la comida... ¿qué has preparado?
— Ya te sirvo, hice un bisté de carne.
El día siguiente, Rodolfo se dispone a irse a trabajar. Cuando varios vehículos de la policía rodean su carro, y no lo dejan salir.
En ese instante, cuatro policías se bajan de sus vehículos, y uno de ellos le dice:
— Get out of the vehicle.
Rodolfo le hace caso al policía y se baja de su vehículo, y le dice:
— ¿Qué paso?... ¿what happened?
— You are detained for smugglin of immigrants.
Rodolfo se altera y comienza a gritar:
— ¡NO!, YO NO HE TRAFICADO CON EMIGRANTES, USTEDES ESTAN COMETIENDO UN ERROR, ¡THIS IS A MISTAKE¡
Ante la mirada de varias personas que gravan por sus teléfonos, los cuatro policías lo sujetan y le ponen las esposas. Y otro de ellos le dice:
— ¡Shut up!
En ese instante, un policía latino le dice a Rodolfo:
— Tiene derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga podrá ser utilizada en su contra en un tribunal. Tiene a la asistencia de un abogado durante su interrogatorio.
Emilse alcanza a ver a la policía que tiene a su esposo detenido desde la ventana del tercer piso, y rápidamente baja por las escaleras. Y les dice a los policías:
— ¿Qué hacen con mi esposo? No se lo lleven...
Rodolfo le dice a su esposa:
— Yo voy a estar bien, llama a nuestro abogado.
De inmediato, la policía se lleva a Rodolfo. Cuando Emilse vuelve a la casa y busca el número del abogado.
Barrio The Glebe, Eliza se encuentra en la sala de su mansión, y ve el arresto de Rodolfo por televisión. Cuando Fabricio la llama, diciéndole:
— Hola Eliza, todo va como lo acordamos.
— Que buen trabajo Fabricio, ahora falta adueñarme de esa fábrica.
— Tranquila, ya está en marcha el plan final...
Minutos después, la policía también llega a la fábrica de calzados e inspeccionan todos los rincones del lugar y hacen que todos los trabajadores presenten sus documentos.
Jorge presenta el documento que le hizo Julián y logra pasar ileso. Cuando ve temblando a un trabajador que nunca había visto en la fábrica, y dice en voz baja:
— ¿Y este quién es?
En ese instante, un policía y va a revisar los papeles de Víctor. Cuando ve temblando y con muchos nervios a otro trabajador.
El policía deja tranquilo a Víctor y se acerca al hombre tembloroso, y le dice:
— ¡Papers!
De inmediato, el hombre le da los papeles al policía, el cual lo revisa y luego se va hablar con los otros policías.
Jorge le dice a Lorenza:
— ¿Usted sabe que está pasando?
Editado: 23.03.2023