Hanna Evans
Realmente él me estaba mirando, no quiero hacerme falsas ilusiones, mi última relación fracaso y tenía demasiado miedo en enamorarme de nuevo, no me serviría de nada así que cambie los gestos de mi rostro a uno más serio y frio, al parecer él se había dado cuenta y sus gestos fueron de pura confusión.
—¿Todo bien, Hanna? —pregunto con un poco de confusión.
—Si, Noah- le dije cortantemente.
Él se acomodó y me quedo mirando y yo solamente aparte mi mirada y seguí viendo la película. No quería confundirme, Alexia ya me había dicho que me abriera más, pero, ¿Y si me daña?, ¿Si solo quiere jugar conmigo?, mi última relación ya me había dejado rota y con tantas inseguridades, el me hizo feliz en su debido momento hasta que jodió todo, no lo culpo del todo yo también jodí mi relación siendo fría, el busco amor en otro lado y me dejo realmente destruida, no quería que volviera a suceder lo mismo.
—No sé en lo que estás pensando, pero deberías dejar de hacerlo.
—Noah, yo no sé mucho de ti —se lo dije porque de curiosa nadie me ganaba.
—¿Qué quieres saber de mí? —me dio toda su atención y vi sus hermosos ojos azules con un toque de gris.
Relájate Hanna y concéntrate en las preguntas que le harás
Si te callaras conciencia todo sería mejor.
—¿Como se llaman tus padres? —La pregunta fue muy estúpida. odio cuando me ruborizo y más si es por Noah. Note que él se quedó en silencio y miraba al suelo.
—Perdón si te incomode —ya estaba todo un tomate.
-No te preocupes, mi madre se llama Cielo Gómez y mi padre se llama Jackson Scott- me sonrió a medias. —¿Y los tuyos? —pregunto.
—Son lindos nombres, espero conocerlos algún día —le sonreí bobamente- Mi madre se llama Manuela y mi padre se llama Pablo Evans.
Se me quebró la voz al mencionar el nombre de ellos, pero no quería hacerlo notar, no ahora y simplemente no deje que terminara de hablar.
—Iré por los refrescos- le dije, no lo deje protestar y me fui.
Realmente me sentía vulnerable en esos momentos, no sabía porque sentía estas cosas por Noah, yo no quería y no podía enamorarme de él. Yo me enamore una vez y ¿qué paso?, me traicionaron, no quería que lo volvieran hacer. Sentí que mi teléfono empezó a vibrar y era mi madre, se me paralizo el tiempo y conteste con miedo.
Llamada entrante de Mami Manuela.
—Hanna, ¿Cómo esta hija mía? —dijo mama como si nada pasara.
—Hola, te extraño —le dije con mi voz temblorosa y odio cuando sucede eso, no quiero ser débil.
—Yo también Hanna, me haces mucha falta —me dijo.
—¿Cuándo volverás mama? —le dije mientras miraba a la nada.
—Mi amor, envié dinero en tu cuenta bancaria, te amo mucho mi cielo, no lo olvides. Jamás olvides que yo te amo Hanna, eres mi mayor tesoro y donde este te seguiré amando- me dijo como si fuera una despedida y mis ojos se me llenaron de lágrimas, pero no pude soltarlas y menos cuando Noah estaba aquí.
—Yo también te amo mama —le dije guardándome todo lo que sentía en ese momento.
—Adiós mi vida.
—Adiós mama.
La única persona que me ha visto llorar era Alexia, así que me tome un vaso de agua para poder estar con Noah que me estaba esperando, estaba sirviéndome el agua y cuando me gire me choque con el torso de Noah. Su abdomen estaba duro, me sorprendió mucho que estuviera ahí, el no despegaba su mirada contra la mía, eso hizo que me ponga muy nerviosa y joder, como odiaba tanto eso, sentir nervios de nuevo, ¿el llego en el momento indicado?, quizás no. El me hizo volver a la realidad.
—¿Todo está bien? —me pregunto con un tono preocupante.
¿Noah, se preocupó por mí?
—Si, todo está de maravilla —le mentí y el noto el sarcasmo.
Me quedo mirando cuando menos lo pensé me rodeo sus brazos encima de mí y me dio un abrazo, creo que, si lo necesitaba, no iba a rechazarlo, aunque no aceptaba esos tipos de gestos desde hace tiempo. Me aferre a él, realmente lo necesitaba y no sabía porque sentía eso.
—No estás sola, Depresiva Evans —me dio una sonrisa angelical.
—Gracias...—es lo único que se me dio por decirle.
Escuche que tocaban mi puerta y realmente no esperaba a nadie, Alexia aun no tenía que llegar hasta más tarde.
—¿Esperas a alguien? —me pregunto Noah un poco intrigado.
—En realidad, no —le respondí.
Fui a ver quién era y cuando vi de quien se trataba, me sorprendió demasiado, no podía creer que el estuviera aquí, ¿Qué hacia el acá?, esto será un desastre. Lo conocía perfectamente y hará su estúpido interrogatorio.
—¿No me saludaras? —pregunto.
—Saak, ¿Qué haces aquí? —lo mire sorprendida.
—Oh, sigo siendo tu primo favorito, ¿no? O ¿me cambiaste por el traidor de Jason? —se hizo el indignado y me causo gracia.
Si el chico que estaba ahí era Saak Evans, mi primo favorito, era dos años mayor que yo, pero se comportaba como un chico de 15, aunque es un insoportable y molesta demasiado, es uno de mis favoritos. Si el supiera esto su ego estaría en las nubes y molestaría aún más.
—Claro que no, Saak —puse mis ojos en blancos.
—Bueno enojona, déjame entrar —me dijo sonriendo.
El ingreso a mi casa y vio todo detalladamente mientras dejaba las maletas en el suelo, se dirigió a la sala donde estaba Noah. La expresión de Noah me dio un poco de gracia, note que su cuerpo comenzó a tensarse y su mirada estaba clavada en el chico de cabello castaño y ojos azules igual que los míos. Saak se dio cuenta de la presencia de Noah y se acercó hacia él, y esto comenzaría a ser un desastre.
—Hola soy novio de Hanna —el de por si era un idiota.
La cara de Noah era de pura confusión y su cuerpo estaba más tenso que nunca y fue en ese momento donde intervine.
Editado: 16.01.2023