La Vida y Mi Mundo

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Escribir.

Algo que suena tan fácil. Tan superficial. El simple hecho de escribir palabras, de hacer garabatos en una hoja de papel o apretar teclas en una computadora. Hacer reportes para la escuela o algún trabajo especial. Usarla como técnica en el trabajo o incluso simplemente lo ven como una pérdida de tiempo.

Para mí, la escritura ha sido un gran punto en mi vida. Ha sido la cosa más increíble que he podido hacer desde que la natación paso a ser un segundo punto en mi vida. He sido un lector fiel toda mi vida, me encanta leer, historias de fantasía, de romance e incluso una que otra de terror. Pero las cosas siempre se limitaron a eso.

Leer las grandes novelas que sus respectivos escritores habían compartido con el mundo, y que habían maravillado a cientos de personas que admiraban sus formas de contar una historia donde había magia, peligro, monstruos o romances un tanto complicados.

Sin embargo, con el tiempo que mi lectura se volvió más extensa y maravillosa, cuando encontré lo que verdaderamente me apasionaba, comencé a garabatear historias que me venían a la mente, cuentos cortos de animales parlantes, brujas malvadas e incluso de amistades que superaban todos.

Pero solo eran cosas superficiales, no abarcaba mucho más allá de una idea primaria que solo rondaba en mi mente como si fuera un molesto mosquito. No me apasionaban esos relatos, pero me ayudaban a satisfacer mis ansias de escribir.

No fue hasta ese día, hasta ese día que la idea me llegó a la cabeza, hasta el momento en que decidí aventurarme a intentarlo y permitir que aquellos personajes que habían nacido en mi cabeza tuvieran una historia. Tuvieran una vida que yo pudiera manejar a mi manera y contar en mi forma.

Los cuadernos que compraba se convirtieron en mi lienzo en blanco para crear ese mundo, se convirtieron en el lugar donde mis personajes comenzaron a tomar forma. Donde yo me liberaba y escribía lo que quería.

Escribir es una increíble forma de expresarse, siempre lo he visto de esa manera. Pero también es un increíble poder, pues puedes manejar los personajes, las situaciones e incluso el propio mundo que he creado a mi manera, como yo quiera. Hacerlos felices o darles un gran sufrimiento, cambiar las reglas si se me da la gana o que ese mundo se vuelva más grande, hermoso o sea destruido.

Escribir siempre ha sido mi momento favorito, pero a veces debes dejar de presionarte y dejar que la historia fluya con naturaleza y que te guíe.

***

Y pensar que yo mismo a veces dudaba en terminar este relato, cuando la inspiración llegaba, no importaba donde estaba o en qué momento, intentaba tener algo para escribir y tenerla plasmada en un lugar si en algún momento se me llegará a olvidar.

La historia de Zarina fue la primera que se desarrolló en mi cabeza después de tomar la decisión de comenzar a escribir. Bueno, la primera historia original, la verdad es que tenía varios relatos escritos, pero todos eran fanfics de mis parejas favoritas de las películas, series o incluso de caricaturas.

Llena de magia, de héroes y villanos, criaturas mitológicas y miles de batallas que se tenían que pelear para el futuro de ese mundo que creció y comenzaba a florecer en mi cerebro. Sufría y de hecho aún lo sufro de bloqueo de escritor. Odio cuando eso me pasa, el no saber que escribir, no saber que pensar... no saber cómo continuar.

Por esa razón, aprovechaba cuando mi cabeza tenía ideas como esas, aprovechaba cuando la historia regresaba de nuevo para poder escribirla y no parar hasta que cada idea, cada descripción y cada relato estaban plasmados en un papel, cuando ya existían y eran reales para mí.

A pesar de que mis papás ya saben que adoro escribir, debo decir que ninguno de ellos ha leído ninguno de mis borradores. Ni siquiera saben que cosa pasa por mi cabeza y queda en un cuaderno, pero a ellos no parece importarles, pues no he hecho nada para que así sea.

Mi mano comienza a dolerme, he escrito ya varias páginas con la pluma que tengo reservada para éstos casos, sin embargo, no permito que eso me detenga. Me permito seguir imaginando y que todo fluya de mí a través de la tina negra que se marca en el lienzo en blanco que tengo reposado en el escritorio.

"Zarina miraba al príncipe con gran sorpresa. Ella jamás imaginaba que se encontraban lejos de su hogar con tan solo haber cruzado una pared mágica que los transporto a ella y a sus amigos a un extraño bar donde las víboras eran la mayor decoración del lugar.

El sabor raro del trago que había bebido seguía vigente en su garganta, el sentimiento en su interior, amargo y dulce no se iba. Pero todo eso se fue a segundo plano cuando el príncipe le revelo todo. Como habían salido del reino, habían cruzado esa barrera y ni siquiera se acercaron a los límites encantados del reino."

Y el timbre tenía que sonar justo en ese momento.

Cuando estaba más inspirado, cuando la historia más me había consumido y cuando ya quería llegar a esa parte que me emocionaba por escribir. El sonido tintineante de esa molestia cuando llaman a la puerta. Si mis papás estuvieran, hubiera podido pasar eso de largo y podría continuar con lo que amaba, pero lamentablemente, ambos estaban trabajando y no había nadie que atendiera la puerta.

Y tampoco Toby podía hacerlo, no alcanzaba el picaporte para abrir la entrada.

Esperaba que después de un rato se cansaran de llamar a la puerta, pero al ver que no se iban, decidí bajar y atender. Tal vez solo se trataba de algún vendedor que venía hacer una mala oferta de algo que no necesitábamos. Solo ellos se quedan tocando el timbre de forma tan molesta después de que nadie los atiende de forma rápida.

Al llegar a la puerta, simplemente la abrió sin molestarme de fijarme de quien se trataba mi maldito interruptor.

Los ojos verdes de Alex me reciben cuando abro la puerta de golpe. Me da una media sonrisa casi imperceptible. Noto que lleva puesto ropa demasiado ajustada a su cuerpo que deja ver su tan bien formado físico que me hacía babear (no literalmente) cada vez que lo veía. Tenía una taza en su mano, mientras la otra la tenía dentro del bolsillo de su pantalón.



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En el texto hay: escritor, amor, lgbtq

Editado: 20.03.2021

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