Llevamos más de seis horas en el hospital. Dentro de poco abriría un surco en medio del pasillo del hospital con Aless. En su cara se podía ver la preocupación y angustia por la falta de noticias de su ahora esposa. Los chicos habían ido a fuera a fumarse un cigarrillo exepto Samuel, quien estaba mirando su celular de manera aburrida pero de vez en cuando me miraba con una sonrisa afable.
Chica, o ese chico tiene doble personalidad o le gustas.
Ay, aveces mi conciencia suele ser tan exagerada. Aunque si es incómodo cuando viola por segundos mi espacio personal.
Kira estaba sentada mirándonos como caminábamos de un lado a otro con expresión aburrida. Ya estaba cansada de caminar de un lado a otro así que me senté a su lado solo por unos minutos porque me paré enseguida cuando vimos aparecer al doctor que atendía a Christina.
— ¿Familiares de Christina del Rey? – preguntó metiendo sus manos en los bolsillos laterales de la bata de médico.
— Nosotros, soy su esposo ¿ Cómo se encuentra ella? – Habló Alessandro enseguida.
— Felicidades, ya es papá. Su esposa está bien, no se preocupe pero tuvo un parto prematuro por lo que la bebé deberá pasar un par de días en la incubadora mientras es monitoreada. Al ser un parto prematuro la bebé tiene un alto riesgo de tener afectaciones futuras porque dependiendo del nacimiento y de su desarrollo embrionario, puede presentar dificultades respiratorias transitorias. Además, los bebés prematuros pueden presentar síntomas de anemia, infección neonatal, bajo nivel de azúcar en sangre. Por todo esto debemos estar vigilando a la bebé en todo momento y ustedes cómo su familia deberán tener mucho cuidado en las primeras semanas de vida.
— Le aseguro que tomaremos las medidas necesarias – le afirmé al doctor.
— ¿ Cuando podremos verlas? – Su rostro ya no era de angustia ahora reflejaba la felicidad.
— A la señorita del Rey podrán verla en un par de horas, necesitamos que descanse, fue un parto difícil. A la bebé podrán verla mañana desde la unidad de cuidados intermedios neonatal.
— Gracias doctor, ¿ podría hacerle una pregunta?
— Claro ¿ señorita....?
— Kira – Kira extendió su mano y el doctor la estrecho con uns sonrisa de boca cerrada.
— De acuerdo señorita Kira, acompáñame al despacho, ahí tengo todo del caso de la señorita del Rey ¿ Supongo que su pregunta es relacionada con eso?
— Acertó, bien lo sigo. Rubí deberías irles a avisar a los chicos. Vuelvo rápido.
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Volvió a pasar tiempo... mucho tiempo. Parecía que los problemas se habían esfumado de nuestra vida. Todo iba bien. Amira ya tenía cinco añitos recién cumplidos. Su cabello color castaña y sus ojos tan negros como su madre. Hades se encargaba de cuidarla de cualquier peligro mientras era consentida por sus dos tíos, Damián y Leo quienes la llevaban al parque todas las tardes, compraban muñecas y chunches... bolsas llenas de golosinas. La pequeña Amira era el alma de la casa. Kira entró a la universidad hace tres años mientras yo hace dos años que entré para graduarme de Administración de empresas. En todo este tiempo gané mucho dinero por grandes y fructíferas inversiones nacionales y extranjeras en el sector automovilístico y arquitectónico. La agencia seguía trabajando al tope, logramos acabar con más de díez bandas de tráfico de personas en los últimos dos años además de reafirmar los lazos entre las demás agencias con el mismo trabajo que nosotros, el mismo que para el gobierno no tiene tiempo. Adriano Di Marco seguía siendo nuestro objetivo principal por ser el jefe de grandes redes de trabajos ilícitos, droga, tráfico de personas y de armas.
La familia estaba completa, la alegría reinaba en la mansión Harrison. Se podría decir que nuestra vida era de color rosa... pero estaría mintiendo.
No me llames mentirosa ... no lo soy, todo lo que te dije es verdad exepto que reinaba la paz y la familia estaba completa.
Hace cuatro años tuvimos que ver partir a Christina hacia el otro mundo si es que existe. Un terrible accidente automovilístico. La lluvia puede ser fatal cuando conduces a toda marcha para proteger a tu familia de un guapo mafioso pelirrojo llamado Darién Di Marco. Esa noche la perdimos a ella y a Leonardo...
NOCHE DEL 23 DE ABRIL
— ¿ No tenemos noticias de Samuel? – pregunté mientras me llevaba algunas palomitas de maíz a la boca, Leo tenía su brazo por encima de mis hombros. El y yo estábamos solos en un sofá mientras que Kira, Damián y Aless en otro.
— No, aún nada. No debe tener tiempo.
— Ya Amira está dormida y Chris aún no llega, creo que debería llamarla.
Aless se puso de pie para ir a por su teléfono pero no llegó a ir muy lejos. De pronto las luces empezaron a fallar hasta que pocos segundos después se volvió todo oscuro. Nos extrañó que el generador de emergencia no las volviera a encender. Hades comenzó a ladrar sin control. Enseguida todos nos pusimos en alerta. Se escucharon ruidos en la segunda planta donde estaban las habitaciones. Hades no paró de ladrar mientras corría escaleras arriba. Aless sin dudar subió detrás de el, la pequeña está dormida en esa planta. Damián prendió la linterna de su teléfono, se dirigió a la cosina y en unos cuantos segundos regreso con dos armas para lanzarle una a Leonardo.
Se siguieron escuchando ruidos por toda la casa hasta que uno nos hizo que un escalofrío recorría nuestros cuerpos. El ruido de un cristal haciéndose añicos en la tercera y última planta de la casa. No lo pensamos dos veces y corrimos escaleras arriba. Entré a mi habitación y abrí el segundo cajón de mi escritorio con la ayuda de la linterna de mi teléfono, saque mi pistola calibre 32 y me junté de nuevo con los demás.
Alessandro cargaba con un brazo a la pequeña hasta que se la entregó a Kira quien ahora la sostenía de igual forma mientras que con su otra mano sostenía una pistola.
Se escuchó como la puerta principal se abrió. Todos bajamos las escaleras con cuidado, siempre protegiendo a Kira que sostenía a Amira, Hades no fue un problema, tuvo a los mejores entrenadores así que se mantuvo dentro del círculo.