CAPITULO CUATRO: FELICES PARA SIEMPRE

Mi presentación al pueblo fue sorpresiva para todos, debido a que nadie esperaba algo así, según lo que me enteré, se les avisa con semanas de anticipación para que los habitantes estén preparados, pero como mi llegada fue tan rápido ni siquiera la habitación en la que me quedaría de encontraba lista. 
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Rápidamente el chisme de que me casaba con uno de los solteros más codiciados de la alta sociedad llegaron a mí, Lorand me pidió hacer caso omiso a cualquier revelación, pero esto era algo de lo que yo no estaba enterada.

Según la iglesia, a menos que haya algún motivo para discutir la fecha, nos casaríamos en dos meses, tiempo necesario para preparar un boda decente en donde toda la comunidad pueda asistir.

A pesar de cualquier cosa, la familia de Lorand no se mostraba sorprendida, ellos ya habían escuchado los planes del rubio antes de su partida a la ciudad, además de que debe tomar su puesto en el parlamento y para esto, necesita estar casado.

"El día de nuestra boda llego más rápido de lo que esperaba, todo el pueblo se encontraba en la fiesta y solo nosotros y su familia en la iglesia debido a que la ceremonia era algo tan íntimo que solo lo podrían presenciar aquellos miembros de la familia que él decidiera conveniente. 
 

Los votos fueron algo súper especial para nosotros desde que llegue aquí hemos tenido que vivir nuestra relación al ojo público y si nos encontrábamos en un lugar privado, se nos designó un acompañante, pero a partir de ese día, nada sería igual". 
 

"-No tienes ni la mas minina idea de como marcaste mi vida desde el momento en que llegaste, gracias por llegar con esa sonrisa que paraliza mi vida y dejarme besarla. Te convertiste en la promesa de algo que creía perdido, algo que pensé que jamas me pasaría y entonces llegaste y cumpliste sueños que habían estado en el olvido. Hiciste mis días más bonitos, durante todo este tiempo he olvidado como sesiente la tristeza y solo pude sentir como todo marchaba bien, tus buenos días cada mañana me hacen sentir el hombre más feliz del mundo. Seremos felices para siempre. Te amare esta vida y la siguiente amor de mi vida."

"En ese momento de mi vida yo me encontraba tan feliz que las palabras "esta vida y la otra" sonaban demasiado lejanas... nunca me imagine que algo como aquello sucedería, de la forma mas inesperada y pronta posible.

Esa noche conocí a demasiadas personas que según Lorand eran importantes para la sociedad de Weterbell, personas a las que se les trataba mejor que a una reina, también se presentaron algunas no tan aceptadas por la sociedad, cosa que en realidad no les puse mucha atención, solo los sobrenombres que tenían eran un poco extraños... la promiscua, el soltero y el fantasma.

Cabe mencionar que no entendí, hasta el día en el que yo, al igual que ellos, fui marcada"