Suelo aislarme del mundo
con la esperanza de pasar
un buen tiempo a solas.
Tardo poco en recordar
que no me caigo demasiado bien
y busco consuelo en otro lado.
Las páginas de mis libros
siempre están dispuestas a ofrecer
algo de su encanto.
***
Cada vez que siento algo de felicidad,
escucho una voz diciendo:
«Una persona como tú
no tiene derecho de disfrutar tanto».
Mi respuesta suele ser inmediata:
«Deja que disfrute el momento.
¿Por qué no te callas un rato?».
***
Sabía que llegarías lejos,
quisiera darte un abrazo.
Aunque ya no esté presente,
ten por seguro
que todavía sigo
caminando a tu lado.
***
Estimado corazón valiente,
otra vez nuestros objetivos
han sido destrozados.
Empieza a recoger tus piezas:
te aseguro que en el próximo intento
no seremos derrotados.